Me resulta inevitable salir al risco, asomarme a Piedra Playa y que los versos de Tomás Morales no se me vengan a la cabeza..
… En esta hora, la hora más noble de mi suerte,
Vuelve a henchir mis pulmones y a enardecer mi canto…
Y con esta mar del Norte, con mucho frío y también mucha corriente, ahí en medio de sus brazos, los cuatro valientes, o también los cuatro locos, esos que necesitan más del agua que del aire. No puedo parar de cuestionarme qué les dan las olas…
Si se parece a lo que me dan a mí, de lejos, abrigada y con mi tacita de té caliente, puedo entenderlo.
Sigo pensando que no hay nada que la mar del Norte no se lleve.. es purificadora.
Este fin de semana hubo producción en serie, con foto. Pero como ya se acercan las fechas estas, donde todo son regalos y comprar.. yo me he propuesto no sucumbir al consumismo que a todos nos ataca y voy a repartir mi artesanía.. así que hasta que no llegue el momento las fotos estarán bajo secreto de sumario.
Mientras, he vuelto a comer flores, como cuando vivía en Las Palmas y quedaba para estudiar… (como extraño a Marcos). Y lo mejor,… ya no me saben a culpa.
Terminé de leer a Cristina Rivera Garza… y me quedó el sabor agridulce de las historias contadas sin orden, y más reales que la vida misma.
Pero lo mejor, desde el sábado por la tarde es la emoción de tener en mis manos el disco. Suena increíble, es deliciosa la escucha, y aún después de escucharlo varias veces, me dura la emoción. Pedazo de trabajo!!!