De las veces que he deseado ser un Epsilon

– Hacen 5 años del Delta y vuelvo a vivirlo de la misma manera. Conté más de 254 relámpagos, que me redujeron de tamaño, en medio de una cama que se convirtió en gigante, y que me hicieron anhelar eso que no tengo, eso que necesito, y eso de lo que estoy casi segura de que no llegará.
La resignación nunca ha sido mi fuerte, y la frustración va ganando espacio.
– El tema aparcamiento combinado con obras, se convierte en un tema espinoso que me produce enfado y desanimo. El no encontrar un salvavidas en este asfalto roto, me provoca tristeza, y un poquito de frustración más.
– Que venga el puente, que lo tenga hipotecado, que esté pagando cuotas de algo que yo no he decidido tener o comprar o adquirir, sigue aumentando el nivel de frustración.

Necesitaría, una vez más esa trinchera, esa donde sueño que me escondo, donde no tengo que responder, donde no tengo que trabajar, donde un abrazo es suficiente para que todo pase.
Quisiera ser invisible, pasar desapercibida, y hacer realidad el sueño que se repite desde hace una semana: tirarme al agua de MiNorte, sumergirme en su transparencia, llenar mis poros de su sal, y no sentirme frustrada, ni desvalida, ni desesperanzada, ni tampoco hipotecada.
Hoy me sería suficiente convertirme en el Epsilon que siempre he sentido ser.

son tan largas estas calles

tiempo hace que siembro
lo que un día recogí
hago surcos en la vida
que yo no elegí
convertido al hedonismo
de morir para vivir
he encontrado la razón de ser tan leve
cada abrazo que no doy
lleva escrito tu silencio
cada paso me recuerda
un pesado mes de enero
que el camino sin tu mano
es tan largo y tan estrecho
tengo torpe la memoria
tengo frescos los momentos
de oxidar las cicatrices
con el frío del invierno
visitar lugares santos
del delirio y del deseo
me arrodillo en cualquier verbo
ardo en brazos del destierro de tu voz
columpliándome en secreto
para que me crezcan alas
deshacerme piel con cuerpo
pechos en mi mano cálida
he soñado que estoy muerto
deseando despertarme con tu olor
convertido al hedonismo
de morir para vivir
he encontrado la razón de ser ten breve
dominando la impaciencia de salir de esta condena
voy pisando bajos fondos
mi escenario las aceras
estas calles son tan largas sin tu mano
son tan largas estas calles si tu mano
oxidar las cicatrices
con el frío del invierno
visitar lugares santos del delirio y del deseo
ardo en brazos del destierro de tu voz
columpliándome en secreto
para que me crezcan alas
deshacerme piel con cuerpo
pechos en mi mano cálida
he soñado que estoy muerto
deseando despertarme con tu olor

Mejor hablemos de la imprescindible superficialidad

Ante tal descontrol testosterónico en este estrés tan mal llevado por determinados personajes de mi círculo laboral, me entretengo haciendo una lista de los mimos que me voy a auto-proporcionar el jueves por la tarde, para la BigOpening y estar estupenda, mimada y resplandeciente.
Semejantes cuidados vienen siempre ayudados por mis básicos del gran mundo de la cosmética.
Pongo en antecedentes que soy una completa adicta a cualquier potingue cremoso y que huela bien. De un tiempo a esta parte, estoy completamente abducida por las mantecas para el cuerpo, que por supuesto requieren post aparte.
Soy bastante metódica, y mi rutina desde hace años, es siempre la misma.
En la cara crema hidratante día y noche (ya sé que ante mi edad, debería cambiar la hidratante por la nutritiva, en la noche, pero eso sería asumir la aplastante realidad, y lo siento, aún no estoy lista); y contorno de ojos, también dos veces al día.

Y para el cuerpo tengo una mini-selección, que depende del momento psicológico, del tiempo y de las ganas que tenga para dedicarme a la labor de hidratarme.
Y con esto, tiempo y ganas, me mimo cada día, por fuera… que para dentro tengo otras caricias.

Las sorpresas nunca se acaban

Tengo que reconocer
que has hecho un trabajo fino
y ahora parece que soy yo
la que se ha hecho un lío.

No duele que se acabe, duele que ..
te echo de menos, amigo.
Ahora hablaras de mí
como lo hacías de ellas conmigo.

Me equivoqué contigo,
me equivoque contigo .. contigo ..
a mí que me gustaban tus principios.
Me equivoqué contigo .. contigo ..
a mí que me gustabas.

¿Quién va a ponerme ahora, quién
en la furgo los discos:
Neil Young, Lamontagne? ..
la carretera no será lo mismo.

Me equivoqué contigo,
me equivoque contigo .. contigo ..
a mí que me gustaban tus principios.
Me equivoqué contigo .. contigo ..
a mí que me gustabas ..
a mí que me gustabas ..
a mí que me gustabas ..
a mí que me gustabas.

Despistando al Sr. Estrés

Desde las seis de la mañana ando dando vueltas en la cama. Sé que estos últimos días que faltan para la BigOpening van a ser de infarto, y estoy haciéndome un trabajo de recuperación personal para que el estrés no haga casa en mi, y empiece a abrirme sucursales en mis necesidades básicas, esto es: comer, dormir, reir, tejer.. Si dejo que me invada, todo se convertirá en un sufrimiento, y me niego a que esto pase.

Así, esta mañana cuando he sentido que empezaba a notar ciertas taquicardias, pensando en cosas que no me vienen al caso, porque hay otras personas a parte de mí que pueden controlar la situación, he saltado de la cama, y he buscado la tarea a la que encomendarme y que al mismo tiempo aleje de mi mente el centrifugado laboral.
De todas las cosas pendientes, tediosas y aburridas que tenía por hacer, me he decidido por el bloqueo de la Saroyan. Y en unos minutos, me he puesto manos a la obra.

He sacado mis varitas de soldar, mi corcho, la toalla de base, y todos los alfileres que tenía.
Para mi sorpresa los he usado casi todos. Me he pasado casi una hora poniendo alfileres en tooooooodas esas hojitas, y ha sido algo cansino, pero mientras estaba en ello, el estrés se fue alejando de mi mente. Lo ocupación mental es inversamente proporcional al nivel de estrés, en mi caso.
He terminado empapando a conciencia toda la bufanda con esa mezcla explosiva de almidón+toke+agua, que guardo en un bote. Se podría pensar que el resultado sería algo tieso como la mojama, pero nada que ver. El tejido se queda firme pero suave, y con un aroma muy bueno.

Y con el piso en completo silencio, porque LaBajista se recupera de la segunda noche de fiesta, yo me premio con un brebaje que reconforta el sentido del gusto ante tanto sabor y olor, mientras me decido por el patrón al que meterle las agujas, ahora que ya me he desecho de este último proyecto.

Elaborando el perfecto kit

Llega a mis manos, porque a ella le apetecía un kit perfectamente preparado y confeccionado para adornar mi cuello en los próximos días que haya frío, que con este tiempo (que de paso he de decir que me encanta) es posible que lo use a riesgo de sufrir una lipotimia del calor.

El kit de nuestra tienda francesa preferida viene compuesto de: un trozo de tela (aproximadamente 30cm de ancho) cuatro cuentas (dos y dos) y dos borlas.

El confeccionado del mismo es fácil, hacer un vuelto en cada extremo de la tela, hacia el revés. Poner derecho con derecho doblándola por la mitad, y coser.
Pasar un hilo (yo usé una lana fina) para poder fruncir y armar los extremos. Añadir las cuentas y las borlas et voilá.
Supongo que se puede intentar con cualquier tela que sea lo suficientemente llamativa, y que acompañe y complemente tu fondo de armario.
Viendo lo fácil que es armar un kit, me pregunto dónde tengo que cursar la petición correspondiente para recibir en casa el perfecto kit de acompañamiento.

Por si sirviera de algo, he de decir que tengo los deseos, las necesidades, las ganas, y casi casi las instrucciones de uso, lo único que no tengo es la capacidad de hacerlo materia, todo es tan fácil cómo lo siento? o todo es absolutamente tan complicado que de tanto es imposible?

No sé, yo sólo quiero un kit.

Libro 30 (2010): Maldito karma

“… Volví a nacer como lombriz en Irlanda. Allí me retorcí, día sí, día también, sobre la tierra húmeda y supe qué quería decir ser hermafrodita. (Por ejemplo, no hay conflictos entre los sexos, con lo cual la vida resulta mucho más fácil).
También supe qué significaba partirse cuando un cortacésped te pasa por encima.
Pero, por encima de todo, supe qué significa sentirse completamente impotente. No podía alejar a Nina y deseaba con fervor que Alex la desterrara de su vida.
Sin embargo, no podía contar con que sucediera esto. Me controlé y me dispuse a acumular realmente buen karma. Mi única esperanza era volver a nacer algún día cerca de Postdam. Así es que acumulé buen karma enseñando a las lombrices a retorcerse para apartarse del camino de los cortacéspedes….”

Yo sí sé dónde voy a echar raíces

Yo no sé dónde voy a echar raíces.
Ya las eché en la aldea.
Dejé el arado y el cuchillo grande,
las cuatro fanegadas de la vieja…
– La hostelería es buena, me dijeron.
Y cogí la bandeja.-
Si señor, no señor,
servida está la mesa…
Yo por vivir entre los míos
hago lo que sea.
Pero no importa, me quedé plantado.
Aquí nací, de aquí nadie me echa.
(Hasta que el otro día lo he sabido,
y he hecho de nuevo la maleta.)
He sabido que pronto van a venir de afuera
técnicos de alambrar los horizontes,
de encadenar la arena,
de hacer nidos de muerte en nuestras fincas,
de emponzoñar el aire y la marea,
de cambiar nuestros timples por tambores,
las isas por arengas,
las palabras de amor por ultimátums,
por tumbas las acequias
Voy a volver la espalda al forastero
que vendrá con sus máquinas de guerra
para ensuciar de herrumbre las auroras,
de miedo las conciencias…
Pensándolo mejor, voy a sacarde la vieja maleta
el libro, la escudilla, la camisa,
Ellos, ellos,que cojan ellos la maleta.
Los invasores de la paz canaria
que cojan la maleta.
Los que venden la tierra que no es suya
que cojan la maleta.
Los que ponen la muerte en el futuro
que cojan la maleta¡
Que cojan la maleta,
que cojan para siempre la maleta!

no puedo evitar,
meterme en el Binter
con rumbo a MiNorte,
y recordar los versos
de Pedro Lezcano
recitados por ElFlaco