Despistando al Sr. Estrés

Desde las seis de la mañana ando dando vueltas en la cama. Sé que estos últimos días que faltan para la BigOpening van a ser de infarto, y estoy haciéndome un trabajo de recuperación personal para que el estrés no haga casa en mi, y empiece a abrirme sucursales en mis necesidades básicas, esto es: comer, dormir, reir, tejer.. Si dejo que me invada, todo se convertirá en un sufrimiento, y me niego a que esto pase.

Así, esta mañana cuando he sentido que empezaba a notar ciertas taquicardias, pensando en cosas que no me vienen al caso, porque hay otras personas a parte de mí que pueden controlar la situación, he saltado de la cama, y he buscado la tarea a la que encomendarme y que al mismo tiempo aleje de mi mente el centrifugado laboral.
De todas las cosas pendientes, tediosas y aburridas que tenía por hacer, me he decidido por el bloqueo de la Saroyan. Y en unos minutos, me he puesto manos a la obra.

He sacado mis varitas de soldar, mi corcho, la toalla de base, y todos los alfileres que tenía.
Para mi sorpresa los he usado casi todos. Me he pasado casi una hora poniendo alfileres en tooooooodas esas hojitas, y ha sido algo cansino, pero mientras estaba en ello, el estrés se fue alejando de mi mente. Lo ocupación mental es inversamente proporcional al nivel de estrés, en mi caso.
He terminado empapando a conciencia toda la bufanda con esa mezcla explosiva de almidón+toke+agua, que guardo en un bote. Se podría pensar que el resultado sería algo tieso como la mojama, pero nada que ver. El tejido se queda firme pero suave, y con un aroma muy bueno.

Y con el piso en completo silencio, porque LaBajista se recupera de la segunda noche de fiesta, yo me premio con un brebaje que reconforta el sentido del gusto ante tanto sabor y olor, mientras me decido por el patrón al que meterle las agujas, ahora que ya me he desecho de este último proyecto.

Historia de una transformación

Todo comenzó cuando tejía el segundo citron. La lana la traje de Houston, sé que es merino, pero no tengo ni idea de donde es, la etiqueta la perdí en algún lugar entre el despiste y el descuido.
Trabajé el patrón con agujas del 3.5mm, y tuve que hacer una repetición más porque tal y como decían las instrucciones me parecía que quedaba pequeño.
La primera sorpresa fue que el ovillo alcanzaba. Haciendo incluso una repetición más de lo que estaba previsto, me iba a sobrar!!!, la primera vez en mi vida tejeril que me sobraría material lanero tejiendo un chal!. Indudablemente era el principio de un cambio.
La segunda señal, llegó unos días después, cuando dormí dos noches seguidas, sin interrupciones, ni terrores, ni calores, ni depresiones.
El tercer detalle síntoma notable, fueron la afonía (canción estupenda, video no apto para diabéticos, sobredosis de azúcar) del domingo, que vino acompañada de unas suaves agujetas en algún lugar entre el corazón, el riñón y los intestinos, en un pequeño hueco donde guardo una cajita de ilusión.
Lo que me hizo recordar el sábado noche, los quintos, el queso, y los pepinillos…

Y la guinda final lo puso la laca de uñas, de color rojo pasión, cuando yo creía que de eso ya no me quedaba nada.. qué equivocación. Estoy transformada en pasión pura, tanta, que ayer poniendo mucha pasión, fui capaz de alargar las horas del domingo casi el doble, tejiendo como poseída, en contraposición de mis pensamientos que iban lentos como una manada de elefantes.
Total, que vengo a resumir que la metamorfosis es total, que estoy ready to go, or to take away como te guste más.

Veylas, Lost e hiperónimos

Segundos Veylas en marcha.
He mezclado dos fibras: 1 hebra de Malabrigo, y 1 hebra de Seda y Mohair (Habu).
Tejidos con dpn de 3.5mm.
El calado de las muñecas es sencillo, aunque se trabajan todas las vueltas tanto en derecho como en revés.
Dado el pequeño diámetro de mis muñecas, he tejido una repetición menos.


Este es el segundo par que hago. El anterior es solo Malabrigo de un color rosa, nada chicle, pero muy princesa, que también tienen dueña ya. Que le vienen bien con sus mallas de ballet negras y burdeos, y sus medias rosas rotas.
Y mientras tejo, sigo enredada, buscada o perdida, en medio de perdidos.. Sigo buscando significados a todo este enredo que duró 6 años, y que aún no sé bien si entendí, y que poco a poco me parece así como que me tocó de cerca.
Y como mi cabeza sigue centrifugando, ahora algo dispersa entre conceptos ligüísticos, tengo todos los hipónimos, y tengo claro cuál es el hiperónimo, tengo la plaza vacante, estoy por poner un anuncio: Se busca hiperinomio, alguno disponible?.

Erizándome en Sábado

Desde que lo ví en Ravelry me enamoré de él, y supe que debía intentarlo.
Tenía en casa una madeja de Katia Tweed, que ya llevaba guardada más de un año, y que no tenía finalidad ni proyecto.
El sábado por la mañana, litro de té en la tetera, y la primera temporada de Lost en el pc, y me fui a por él.
Patrón Smith de Ysolda. Medio ovillo para el cuerpo de Katia Merino Baby, y otro ovillo de Katia Tweed para las púas.
El patrón es sencillo, y las capas de púas se van insertando a medida que se va tejiendo el cuerpo. Es trabajo de un día, bien acompañada de té, y perdidos.
Y en mente, se me ha quedado la idea de tejer una familia entera de Erizos.

Tejiendo en BocaBarranco

Después de un fin de semana, donde se me hincharon los ojos de tanto leer, decidí que sería buen momento, para poner mis pensamientos en estado off, y dedicarme a tejer.
A veces, debo hablar menos, pensar menos aún, y solo dejar que mis manos hagan. Ellas también hablan a su manera, y a veces, lo hacen bastante bien.
Sara, llegó al mundo hace un poco más de mes y medio. Tengo unas ganas tremendas de conocerla. Actualmente vive en Toulousse, pero mañana estará en Gran Canaria, por un tiempo indefinido. Tengo el firme propósito de verla mucho, a ella, y a la mamá, claro.
Nunca me ha llamado la atención, tejer para bebés. Algo está cambiando, porque de pronto todos los patrones me llaman la atención. En casa tenía Katia Mississippi matizada, y un patrón Little girl dress. Por el tamaño que va tomando, creo que Sara, lo va a lucir para la primavera.
Es fácil, y bastante ameno de tejer.
Hoy he seguido dándole forma, tejiendo unas vueltitas en Boca Barranco. He tardado un año, bueno, el difícil acceso que antes había me ayudó a no poder transitarla cómodamente. Hoy la he inaugurado, y sé que vamos a hacernos buenos amigos, ese banco de hormigón y yo.
Hoy el día está fresco, pero hace un Sol y hay una luz, que alimenta el espíritu. Aunque yo, para eso tengo las páginas del último libro de Elsa Punset, que como el anterior, no tienen desperdicio ni los espacios en blanco.