Misión cumpleaños: Accomplished.
Es de todas conocido mi poco gusto por las reuniones sociales. Pero claro, no puedo hacer extensible este gusto a las generaciones venideras.
De momento, MiMariposita es la fan número uno de cualquier reunión. Sean de niños o de adultos. A ella le gusta la gente, la algarabía, y el jaleo.
Durante el año vamos negociando a qué asistimos, y qué nos perdemos. Pero claro, hay un acontecimiento al año que es innegociable: su cumpleaños.
Con la boca pequeña, tengo que decir que este día me apetece celebrar. Lo tomo como con un triunfo personal cada vez que superamos el año tan bien. Me gusta hacer recuento de lo que hemos vivido, y lo que hemos aprendido. Hago resumen de risas, bailes, y decepciones. Y me gusta. Lo paso bien, porque a mi un balance, me gusta más que a un niño un caramelo.
Este año ha sido un buen año. Dejamos atrás conversaciones super interesantes, las primeras decepciones, y la frustración de no poder poner colchón, solo acompañar. Es también una lección para mí.
Este año han aparecido también las primeras dudas sobre su personalidad, y sobre la autoestima. La superación de ciertas vivencias que no tienen causa ni respuesta, pero que han de acompañarle toda la vida. Y diría yo, que no es porque me ponga en modo #madrepantoja que lo estamos haciendo bien. Las dos hemos llegado sanas y salvas a los ocho años, y yo ya eso lo vivo como un total triunfo.
Este año, convenimos en una merienda familiar para festejar el día. No hay nada peor que perder el tiempo en Pinterest, primero porque el tiempo lo pierdes y segundo porque las expectativas se ponen por las nubes. Y amigas, para esto hay que tener práctica, actitud, y aptitud. Y a mi me faltan la primera y la última, ganas le pongo, pero como en el amor, a veces no es suficiente.
En las últimas semanas, aquí mi amiga, se ha puesto a actualizar su blog, y ella es la máster del Universo de los sándwiches.. me puse manos a la obra siguiendo la inspiración de sus indicaciones, pero para esto, tampoco ha sido suficiente.
Rindiéndome a mis pocas aptitudes, me limité a ponerle más ganas, y a concentrarme en que aunque no estuviera bonito bonito, por lo menos que estuviera bueno. Y ahí sí que cumplí, porque sobrar, sobró poco.
La tarta, elegida por la cumpleañera, fue una cheesecake. Acompañada de medias noches de jamón y queso, y jamón serrano; sándwiches de atún y cosas, salmón y cosas, y surimi y cosas. De dulce, y siguiendo mi máxima de zapatero a tus zapatos, encargué con suficiente antelación para que no hubiera problema, una buena bandeja de cupcakes, de los mejores cupcakes, si te digo la verdad. De bebida: limonada y té frío. El resto fue la emoción que le puso la homenajeada, que de milagrito no acabamos en urgencias con un ataquito. Así que pese a no ser una fiesta Pinterest, fue bastante real y divertida.
Esta nueva vuelta al Sol comienza en patines, y al son de un ukelele.. Yo diría que esto promete.