El descanso y mi bisabuela Maximina

Tengo las muñecas a tope de power estos días, porque no he hecho más que tejer. Anoche, un un calambre como rayo sutil, me atravesó desde el codo a la muñeca y ahí me salió una red flag.

Pensé que más me valía descansar un poco porque a este paso habré acelerado mi artrosis unos cuantos años, y pensar esto amigas, hace que se me seque un poco bastante la risa.

Así las cosas, me he propuesto descansar.. (mucha suerteh).

De momento he intentado despistarme todo lo posible haciendo otras labores. He hecho tareas domésticas, he visto como mi hermana pequeña, la otra artista, ha maquillado a las tres personajillas que hablan sin parar en esta casa. Me ha dado hasta envidia y he terminado pidiéndole que me maquillara a  mí. Luego, cuando me lo he quitado para irme a la playa me dado una pena tremenda, la verdad.

Se ha quitado el viento, y los días son largos y quietos, con una brisa marina ligera que al menos impide que nos derritamos. Se está bien aquí, por momentos me olvido de todo lo que está pasando por fuera del entorno que es esta casa, pero me acuerdo rápido, porque por la calle pasa gente, y todas llevan mascarilla. La realidad aplasta como el sol de medio día. Todo es incertidumbre, y yo esto lo llevo regular. Creo que por eso he tejido tanto estos días, es la única forma que tengo de evadirme de ella.

Me han traído  el periódico donde escribo, y sigue dándome mucha vergüencita verme ahí, en la página 19. Aunque también me da mucha emoción, para qué te voy a decir otra cosa. Me pongo a pensar en esta bisabuela que no conocí, que enseñó a bailar a mi padre, y que podía pasar horas caminando sin decir una palabra, aunque fuera acompañada. No sé qué pensaría de todo lo que está pasando, de lo poco que se nos pide, y lo mucho que nos cuesta. Igual aprovechaba uno de sus silencios para hacerte entender que lo que pasa es serio, y que no deberíamos tomarlo a la ligera, como parece que hacemos por la cantidad de contagios que hay estos días.

 

 

A tope con La Forte

Tengo el cuerpo, bueno, más bien la mente, en modo vacaciones. Mira que lo intento, pero llega el verano y yo no puedo evitar bajar el ritmo. Se me pone el cuerpo en modo vacación. Yo creo que no me voy a sacudir nunca el espíritu estudiante. Sigo los ritmos de un escolar.

En uno de esos videos – conferencias que veo con asiduidad, escuché decir a Sergio Fernández, que él cada año se da una microjubilación. Y mira, me gustó el concepto, así que voy a sentirme menos culpable, pensando que es una minijubilación cada verano.

Así que ya mismo pongo en reposo mis neuronas y me voy a dar a la Dolce Far Niente. Y de paso me voy a poner al día con mi última obsesión.

Hace un montón, como 15 años o así  que escucho podcast. Recuerdo cuando lo hacía desde mi ipod nano, que ahora usa Emma (gracias Apple por hacer aparatos que duran tanto). En aquel entonces escuchaba todo en inglés, porque en español había entre cero y nada.

Durante este tiempo he ido cambiando de programas, y de canales. También he ido por rachas, unas veces escucho más, otras escucho menos.

Hace un tiempo, vi en los stories de LuciaBe, que soylaforte la había entrevistado para su patio de vecinas. En ese momento, me suscribí al podcast para oírlo después. Y ahí lo dejé.

No fue hasta que llegó la pandemia cuando volvió a cruzarse por mi camino. De lasclavesdesol te vengo hablando hace tiempo, porque me he hecho mega fan. En uno de sus directos de IGTV habló con Enric Sánchez, y mira tú por donde, resulta que es pareja de LaForte. Ya después de esto, pues le puse toda la atención.

Ahí descubrí que tiene dos podcasts, uno sola “Mi patio de vecinas” y otro junto a Enric “Si es lo que parece”. Me puse a escucharlos en cuanto pude, y me hice fan total.

Pero no acaba aquí mi relación con LaForte, escuchando uno de sus podcasts, la oigo decir que tiene un libro. Y a mi que el título me empieza a sonar. Al mismo tiempo dice que no lo busquemos, que ya no está. Y yo ahí que me quedo con el runrún del título y de por qué me sonará tanto.

Como digo, esto fue durante la mitad del estado de alarma, en esos días en el que a casi todas nos poseyó salvajemente el espíritu de MarieKondo. Y ahí estaba yo, haciendo un Konmari en toda regla, cuando en medio del inventario de libros sin leer me encuentro el libro de LaForte. No recuerdo ni cuándo lo compré, seguro fue en la librería de mi pueblo, y seguro que fue por la portada y el título, pero en ese momento ni idea tenia yo de quién era LaForte. Según me di cuenta de que lo tenía, me lancé un mensaje con abrazo al pasado, así bien fuerte. O más bien, recibí un mensaje que me había enviado al futuro hace mucho tiempo. Ayer repasando las fotos del carrete, me encuentro con esta, en la que estoy leyendo el libro. Tengo un sinfín de fotos que me hace aquí MiMariposita sin yo darme cuenta.

Y ya para rematar, pues que se une con las Papirogas y que se marca unos pendientazos, que como buena fan, ya me compré.

Si no la conoces, escúchala y sigue sus stories. Te aseguro que te va a sacar como mínimo un par de carcajadas.