Será verdad?

Encender una vela untada con aceite de esencia, colocarla encima de un papel en el que hemos escrito al menos tres deseos y como máximo siete.
Untar ligeramente la base de la vela con miel, y dejarla quemar libremente.
El papel se quedará con restos de miel y de cera. Dejarlo toda la noche al sereno.
A la mañana siguiente guardarlo en una cajita con una hojita de laurel, atando el papel con una cinta de color roja o rosa.
Durante el año, y hasta el próximo San Juan, se irán cumpliendo nuestros deseos.
Al año siguiente haremos el mismo ritual quemando antes el papelito de este año y deshaciendo la hoja de laurel con los dedos y dejándola correr con el agua.
Esta noche también se puede aprovechar para cargar energéticamente una piedra, dejandola en agua con sal toda la noche al aire libre. Al día siguiente sacarla del agua, secarla y llevarla con nosotros.
Esta piedra nos dará protección y energía.
También dejaremos un ajo al sereno. Y al día siguiente lo meteremos en la cartera donde llevamos las monedas.
Así nunca nos faltará el dinero metálico.

Madrid en 24h

El domingo a medio día embarqué en un airbus 320 rumbo Madrid. En dos horas y poco más ya habíamos aterrizado en la temida T4 del aeropuerto de Barajas.
Ahí empezaron mis miedos, mis inseguridades y se hizo presente la poquita fé que en estos casos tengo en mí misma.. qué error!!!
Salí triunfante de la T4, llegué hasta el metro en la T2, y después de 4 transbordos (Madrid está lleno de obras y pude corroborarlo) salí a la calle en la Puerta del Sol. Una vuelta en redondo, breve ubicación, y decisión firme de hacerle caso a mi instinto, para poder ir dejando atrás la inseguridad e ir recuperando la fé.
Diez minutos más tarde estaba en la puerta del hotel, y unos pocos minutos más tarde y refrescada por una ducha rápida, me eché a la calle de nuevo.
Subí por la calle Montera.. esta calle es para hacer canciones, escribir libros.. incluso pintar cuadros, todo me parece digno de retratar..
A las nueve y media, tenía tres acompañantes, que serían los que me llevarían hasta el Búho. De camino, breve reseña turística, charlas iniciales para ubicarnos, y las ganas incontrolables de llegar….
Llegaron también los primero abrazos de la noche, las charlas, los reencuentros… las canciones.. LAS CANCIONES, que tanto echaba de menos, y con ellas las lágrimas, las risas, la nostalgia… todo lo que al final se reduce en máximo placer, en sentimientos y en satisfacción.
Siguieron más besos, y más abrazos.. y ya era casi de madrugada cuando me volví al hotel. Callejeando nuevamente por Madrid, sin más compañía que mi conciencia.
Lo que vino al día siguiente poco tiene para ser señalado. Agotador, cansado y mucho aprendizaje.
Mi primer viaje a Madrid completamente sola. Primero, y sé con seguridad que no el último.

Diálogos III

– Yo voy hacia la derecha, vienes?
– Nooo, yo nunca iré a la derecha, yo caminaré siempre hacia la izquierda.
– Entonces… nunca nos vamos a encontrar..
– mmmmmm… sí, sí que nos encontraremos
– ¿Cómo?. Nuestras direcciones son opuestas.
– Caminaremos haciendo círculos.
– mmmmmmm…..
– Además, no te puedes olvidar, de que nuestro encuentro es cósmico

1786km

Es es la distancia que recorrí dos veces en 24h.
Fui y vine.. y me traje una bolsa llena hasta la cremallera de abrazos.
Abrazos de verdad, de oso, rompecostillas, de los que se dan con los ojos, con los brazos… y con la boca.
También me traje algunas promesas.. que espero que pronto se cumplan.
Aún tengo el olor y el sabor en mis terminales nerviosas.. aún tengo que digerirlo.

Hacía ya rato que no me sentía tan feliz

Basta ya!!!

Cada domingo la misma historia.
Al lado de casa tengo una tiendita que no cierra nunca. Abre la primera y cierra la última. Cualquier día la tienes dispuesta para que entres y surtas tu despensa, tu estómago o simplemente tu ansiedad.
Solo tiene una pequeña pega, que incrementa los precios hasta un 300% del precio estándar.
O sea que la típica latita de refresco, que puedes encontrar en cualquier supermercado por 0.30€, ahí te la despachan a 0.90€. Y ese es solo una pequeña muestra. Y yo como cada domingo entro y compro ahí, porque me he acordado a última hora que no tengo leche, que no tengo cocacola, o que me hace falta perejil, por el cual me sacaron sin ningun reparo 0.60€.
Y yo cada domingo salgo maldiciendo a la tendera por tener tan poca veguenza y robar tan abiertamente, y luego me maldigo yo por no tener más previsión y tener la nevera llena de cara al domingo.
Pero este finde fue el remate. Al levantarme el domingo caí en la cuenta de que no tenía leche. Ya iba hablando por lo bajo, mascullando mil maldiciones. Pagué 1.50€ por un litro de leche desnatada. Llegué a casa y tomé mi desayuno. Por la noche cuando iba a tomarme mi segundo vaso de leche, terminé echando hasta la primera papilla al tragarme un sorbo entero de la venturosa leche, la cual estaba ácida.
Y es que hay que aportar un detalle, y es que esta tiendita, está alojada en los bajos de un edificio, al que le da el sol todo el día, que no tiene ventilación de ningún tipo, y que tampoco tiene aire acondicionado. Notas lo caliente que están las cosas cuando llegas a casa y la comparas con las que tienes ahí. Así es que pagué ese dinero por algo que estaba en mal estado. No tuve miramientos y ahí a las diez de la noche, bajé aún revuelta, en zapatillas y con el bote en la mano. Encontré ahí un revuelo considerable. Una señora traía la cara mal lavada, con un enfado considerable porque compró una lata de calamares en salsa, que no quiero saber ni cuánto tuvo que pagar por ella, y al abrirla se le había explotado. Así como lo leen, explotado. Desde luego su camisa y su cara daban cuenta de ello. Alegaba que dicha explosión fue debida al calor acumulado que tienen todos los productos que se encuentran ahí. La tendera parecía impasible. La única opción que le daba era darle una lata nueva, ni si quiera le daba la posibilidad de recuperar el dinero. Ni si quiera con las amenazas de ir a consumo, y denunciarla formalmente. Y ahí estaba yo, con mi bote de leche en mal estado, contemplando a otros que se encontraban en mi misma situación, con un producto caduco, y la sensación de estafa elevada a la enésima potencia.
Pero ya no más. Ya basta de que me estafen. Ahí no entro más.

Para bien.. siempre para bien

Con mi amor y tus recesos
Tus delirios y accidentes
Tu dolor y mis tropiezos
Tus colirios mis pendientes
Con tu falda arremangada
Con mi angustia recurrente
Con tu espalda en tres almohadas
Y mi astucia haciendo un puente
Tu pezón amenazando
Y mi boca haciendo fiesta
Un colchón de contrabando
Y la ropa haciendo siesta
Para bien o para mal/Ricardo Arjona
Y hace calor.. y esto nos vale de excusa…
Y hoy es viernes, y mañana no hay que madrugar.. ¿y si no nos acostamos?
Quiero perderte en mis dominios, para poder dedicar tiempo a encontrarte, festejar nuestro encuentro, y brindar por el tiempo que empleamos..

Fin de Semana productivo

Después de una semana intensa, agotadora y cansina. Decidí darme un descanso.
El viernes tarde me dediqué a adecentar el piso, que buena falta le hacía. A la mañana del sábado estaba todo en su sitio, sin polvo acumulado y con buen olor..
Lo único que me quedó pendiente fue Troylo… él aún no entiende que hay que pasar por la bañera, y cada vez que lo he intentado sola, acabo como si me hubiera metido en una jaula llena de leones hambrientos, se me hace increíble entender cómo es capaz de revolverse de esa forma y salir sin nada roto. Seguiremos en el intento de la enseñanza.
El sábado a la tarde mi cuerpo seguía revuelto, incómodo, molesto..
Aún se me hace difícil entender que no todo sale según lo previsto, que a veces hay factores que influyen en el planeamiento original, y que no se le puede echar la culpa a nadie, y que hay que aceptarlo según viene.. Aún se me hace difícil, aún estoy madurando, supongo.
Después de un pequeño ritual de tranquilidad y de una llamada telefónica, parece que empiezo a entender, a aceptar.
Me regalé la noche del sábado. Me dediqué a poner los botones de mi colcha rápida, aquella que cosí en una noche de insomnio, una noche de espera. Con Ángel Ravelo cantandome “Atasco emocional” de fondo.
Llegado el domingo, estaba ya descansada. Echaba de menos no despertarme con el sonido de una guitarra, con los versos de una canción. Así que sin abrir bien los ojos, dando traspiés por el pasillo, encendí el pc y le di al play. Oceransky me cantó. Ni si quiera me acordaba que era ese disco el que estaba allí. Empezar una mañana de domingo cantando “Volver a perdernos” es una hecho inequívoco de que las cosas van como se supone que deben ir, sin pedir cuentas, sin exigir.. dejándonos llevar, con lo que el tiempo trae.
Y así me pasé el domingo, escuchando a Ocernasky y terminando de ensamblar mi Lone Star.. otro quilt que también tiene banda sonora.

Canciones

I don’t wanna close my eyes
I don’t wanna fall asleep
Cause I’d miss you, baby
And I don’t wanna miss a thing
Cause even when I dream of you
The sweetest dream will never do
I’d still miss you, baby
And I don’t wanna miss a thing

Me tienes la mano apretando en el arnés
Me tienes de espalda en la pared
Me tienes colgado del alambre y no pusiste red
Aunque no lo quiera sigo amándote ya ves
I want somebody to share
Share the rest of my life
Share my innermost thoughts
Know my intimate details
Someone who will stand by my side
And give me support
And in return
Shell get my support
She will listen to me
When I want to speak
Pero…. todo eso.. no son mas que canciones…..

Y si no es felicidad… qué es???

Mañana no tengo que ir a trabajar.
Me he abierto una botella de vino rosado El Coto. Me he hecho un bolsa de palomitas y la he aliñado con Butter herbs and jalapeño. Sé que la combinación no tiene mucho glamour, pero eso es lo que me apetecía.
Me he bebido media botella de vino y me he comido todas las palomitas, mientras visitaba algunos de los blogs amigos.
Ahora me acompaña una sensación de bienestar, de seguridad, cierta lascivia y algo de hedonismo…
Mañana sé que la cabeza hará honor a su presencia y peso, en forma de pesadez, pero me de igual, la felicidad que siento en este momento no hay quien me la quite.
Tengo que acordarme de Ángel, que me hizo reconocer que estos momentos, aún viviendolos solo, son pura felicidad!