De fantasmas o demonios

Tomándome un café, ayer temprano, con el silencio que da la madrugada, se me vino a la cabeza la entrada del blog de Yas, y pensaba… pensaba mucho.
Es difícil entender, explicar, compartir… y vivirlo.
Por qué se tienen problemas con los kilos, la comida, con el cuerpo.. cada uno tiene su propia batalla, cada caso es distinto.
Yo sé del mío. Algunos de los que me rodean lo saben también, otros lo intuyen, y otros no tienen ni idea.
No es fácil, y de simple tiene muy poquito.
Este demonio a mí me atacó cuando tenía 26. No le presté atención al daño que me causaba hasta que cumplí los 30, y me pasé esos 4 años esquivando explicaciones y haciendo malabares, para no ingerir más de una comida diaria. Llegué a anular completamente el deseo o las ganas de comer. Ni hablar del placer de la satisfacción, eso quedó en un recuerdo.
Cuando cumplí 30, rondaba los 46 kg, claro que con mi metro cincuenta y pico, tampoco estaba mal.
Dentro de mí, sabía que el demonio había ganado la batalla, que me dominaba completamente, y que yo estaba a su merced. No sé de qué forma ni de donde saqué las fuerzas, yo misma pedí ayuda.
Proceso duro, intenso, doloroso y de muchísima lucha fue esa ayuda, pero ayudó.
Comprendí que estar concentrada en calcular las calorías que se ingiere al día, te deja sin tiempo para afrontar tus verdaderos problemas.
Descubrí que uno de los regalos que este demonio me dejó, fue una completa distorsión de mi propia imagen. Y la percepción que tengo de mis dimensiones no corresponde para nada con la realidad.
Después de eso, ya rondaba los 32. Algunas cosas las fui recuperando, como ir reconociendo el hambre, sentir cierta satisfacción al comer, compartir la comida….
El demonio se convirtió en fantasma. Y aunque ya no dominaba, de vez en cuando me hacía visitas.
Es un demonio sigiloso, poderoso, estratega, sabe de manipulación, de convicción, y de destrozos.
Destroza lo que toca, y ni siquiera te puedes dar cuenta. Observas el daño, y lo encuentras bien.
Han pasado 8 años, desde que este demonio entró en mi vida. He conocido muchas formas de luchar contra él, las he probado todas, unas con más éxito que otras, todas duras batallas.
Hoy, ayer, esta semana… he aprendido, que la última batalla aún no se ha librado. Que no puedo despistarme ni un poquito, porque siempre encuentra una rendijita por la que colarse y seguir causando daño.
No es fácil, y no es simple, y al menos en mi caso, el fondo de su fuerza no reside en conseguir unas medidas o un peso. Normalmente siempre, el fondo del problema es otro. Cuesta encontrarlo, cuesta aceptarlo, y sobre todo cuesta compartirlo.
Ya van para 6 años desde que escribo aquí. He hablado de muchísimas cosas, de este demonio también. Sin embargo nunca me he mostrado tan desnuda. Hoy necesitaba hacerlo.
Creo, que esta es la mejor estrategia para luchar.

E’ tutto finito

El “ajuar de bebé” de Sara.
Compuesto por un little pink dress, tres babitas, unos Saarjtee booties, y un Coil Nautie.

La Smokin’ para ElTécnico El Peak’s Island Hood, para mí.
Y como voy acabando con todo, voy a acabar también con un fantasma. Sé que me va a costar desahuciar este muerto, porque lleva tanto conmigo que forma parte de mí.Pero también sé que voy a conseguirlo, porque como es sabido……… cuando yo me propongo algo…..

Martes de Patchwork

Pareciera que últimamente solo me alimento de letras, y aunque es medio cierto, sigue habiendo hueco por aquí para otras cosas.
El viernes, volví a vestirme de exploradora, armada con el GPS que me regaló papá, y con dos acompañantes pusimos rumbo al sur, como cantaba Ana Belén.
Llegamos a Arinaga, y allí descubrí un pequeño paraíso. No tiene nada, o tal vez lo tiene todo. Quedé prendada de esa avenida. Allí echamos la tarde entre lanas, inglés y cafés. Si no fuera porque soy gatufóbica, y allí habían demasiados gatos entrando y saliendo, hubiera sido una velada diez.
Tengo que repetir, mochila a la espalda, y botines a los pies. Esta avenida se va a convertir en mi segunda casa de acogida, para situaciones de emergencia.
Y en estos cuatro días libres, (gracias Sr. Carnaval), y como viene siendo tradición, me dediqué a coser.
Creo que ya van 6 años, los que dedico a esta labor el lunes por la noche, mientras la mayor parte de la gente de alrededor, decide ponerse un disfraz, aunque yo creo que lo que hacen en realidad es quitárselo, y dejar libre la verdadera personalidad que tienen oculta el resto del año, pero esa es otra historia que no viene al caso. La cuestión es que yo me siento muy yo todo el tiempo, y los Carnavales, pues como que ni fú ni fá, y el entorno tampoco me ayuda demasiado, que hacen fiestas y ni me invitan, pero bueno, esa es otra historia también.
Hoy estoy dispersa.
Yo dedico la noche del lunes y el martes de Carnaval, a coser. Retomo un UFO y le doy matarile.
Esta vez le tocó al JellyRoll que empecé allá por el año 2008, si no me falla la memoria.
Me encantan los colores y el resultado final. Ahora solo falta la trasera y ponerme a acolchar. Lo quiero hacer a máquina, y estoy ya en prácticas para ver si me decido por el acolchado libre o sigo con mis líneas rectas.
Lo mejor de estos días así, metida de lleno en una labor, es la concentración que adquiero según pasan las horas. El silencio me acompaña minuto a minuto, solo el suave ronrroneo de la máquina de coser. Cortar, coser, planchar. Es un trabajo sistemático, pero que requiere concentración. Las piezas deben estar perfectamente unidas, para que no hayan desajustes milimétricos, que luego son terribles errores en resultado final.
Estos días son pura metamorfosis. Así como construyo un quilt, me construyo un poco por dentro. Y me voy descubriendo ahogando gritos, sonriendo a escondidas, o disimulando alguna lágrima.. y sintiéndome que yo no tengo que ponerme o quitarme ningún disfraz para encontrar un poquito de felicidad.

Libro 6 (2010): El club de los viernes

Lectura amena y sencilla. Es un libro rápido de leer, y bueno, una historia entretenida.
Aunque a mi parecer tiene vacíos.
El tema de la lana y el punto está muy vago, y las historias realmente, no siento que estén tan bien “entretejidas”, y el tema sentimental queda definido de forma superficial.
O tal vez, a mí me lo parezca así. Tiene momentos muy alegres, y otros muy tristes, sin embargo, de la forma en la que está escrito, a mí ni frío ni calor.
O como digo, tal vez sea yo…

Libro 4 (2010): Un mundo casi perfecto

Creo que descubrí este libro en algún blog, pero no recuerdo cuál. Sé que me gustó el título y también la foto de la portada. No son buenas referencias para decidir si un libro ha de gustarme o no, pero suelo ser así.
Hay veces que veo algo y sé que me va a gustar, ya sea por el color, la imagen, el olor,… lo que me transmite, al fin y al cabo.
Al principio, cuando empecé a leerlo, pensé que este pequeño instinto, tan básico, para elegir libros, me había fallado.
Empecé a leerlo en Diciembre, y la trama del libro se parecía asombrosamente a la situación personal que vivía, con sutiles diferencias, que hacían que cada capítulo me doliera un poquito más. No pude con él.
Abandoné la lectura poco antes de irme de vacaciones de Navidad.
Dejé que se asentara todo, y también dejé que fuera el propio libro el que me indicara cuándo debía retomarlo. Cada cosa, hasta los libros, tienen su momento.
Decidió que finales de Enero era buen momento, y así fue. Prácticamente en dos días acabé con las 300 páginas.
Es una lectura ligera, entretenida, con momentos cómicos, y con muchas referencias a películas y música de los años 50.
Supongo que me ha gustado, porque hay páginas enteras que pueden ser un espejo de lo que he vivido en los últimos meses, y otras que espero vivir. En otras circunstancias, supongo que hubiera sido un libro más.

Un nuevo compañero, un viejo amigo


El domingo por la mañana, fui al cine a ver “Tiana y el sapo”. Es una película de Disney a la antigua usanza, dibujada toda a mano, sin efectos, sin avances tecnológicos, pero contando una historia muy actual. Como película me gustó, aunque tiene ciertos detalles que me desconcertaron.
Me quedé enamorada de la luciérnaga Ray, que habla cajún, y que a su vez, está enamorado de Evangeline.
Su historia, me trae a la mente el libro Primavera con esquina rota, de Benedetti. Y no sé bien por qué. Esta extraña costumbre de ir hilando cosas que tiene mi cabeza.
Lo importante es que hoy tengo un compañero nuevo, que me ha devuelto la fé.


Esta mañana, me encontré con este regalo cuando llegué al trabajo.
Realmente es un espectáculo, y me produce el mismo efecto que mirar al Atlántico.
Se me cargan las pilas.
Tengo un viejo amigo, que me acompaña cada amanecer, a veces lo tapan las nubes, pero siempre está, aunque no lo vea, aunque no me cargue las pilas, está. Y en eso, también he descubierto la fé.

Planes torcidos

Este platito (espirales con champiñones al ajillo), ha sido el culpable de que desde el jueves ande fatal del estómago.
Mi intolerancia al ajo, y mis pocas atenciones para con este detallito, hacen que tenga el estómago como lavadora en centrifugado todos estos días.
El martes de la semana pasada idealicé un un fin de semana sin mar, en silencio, en soledad, y con el firme propósito de volver con un planning bien armadito.
El miércoles hubo un amago de cancelación y cambio.
El viernes la cancelación y el cambio de planes fue total.
De pensar en un fin de semana al más puro estilo ermitaño, he tenido un fin de semana de lo más movido y social. Y contra lo que cabe pensar, estoy feliz.
Creo que nunca me he alegrado tanto de que me cancelaran el plan, sobre todo a toro pasado.
Supongo que debo ir tomando nota, porque estos pequeños contratiempos están dándome más información real de la vida, que todas las horas pensando que ocupo día a día.
Me ha dado tiempo a ir terminando algunas cosillas, como unos pañales con puntilla o babitas, y el vestido para Sara, que ya está bloqueándose.

Y por fin, pude meter al horno los cinnamon rolls.. creo que ha sido la receta que más me ha costado poner en práctica, siempre salía algún imprevisto o inconveniente que me impedía realizarla. Al fin, he podido hacerlos. Creo que el resultado es mejorable, así que voy a trabajar en ello en las próximas semanas, porque prometen.
También me inicié en el mundo de las albóndigas, pero como aún no las he probado y no sé cómo quedaron en realidad, ni hay foto ni más detalles, solo un apunte.
De pasada, he visto el primer capítulo de Lost, y bueno… sin palabras prácticamente.

Libro 3 (2010): Inocencia Radical

Me lo dejaron los RRMM en casa de ElTécnico.
Desde que hace dos años conocí a los Punset, me he vuelto prácticamente adicta a sus escritos. La facilidad con que explican lo inexplicable de las emociones, mezclando psicología y ciencia es increíble.
Como en el anterior libro, éste me desveló verdades como puños, que a veces son tan evidentes que pasan inadvertidas.
Es un libro para subrayar, para consultar, y para pensar.
En mi pseudo-biblioteca, está archivado como imprescindible.
El último capítulo, dedicado al Amor, es sin lugar a dudas, uno de los mejores tratados, enfoques, y escritos, con los que me he encontrado en mucho tiempo.
Para los que les guste pensar, y divagar; entenderse y entender, es una lectura obligatoria.