Durante mucho tiempo mi propia imagen no me interesó para nada. Luego pasó a ser lo más importante. Nunca los extremos son buenos, y en este sentido los probé los dos. Ahora, habiendo conseguido un equilibrio entre ambos puntos, creo que es más dañino el extremo donde la imagen lo acapara todo.
Como digo, creo que ahora mismo me siento equilibrada, y aunque verme bien no me quita el sueño, si que no me gusta descuidarme.
Conocí a alguien una vez, que siempre me decía que la belleza no era casual, y que si uno quería estar bella, pues había que currárselo un poco.
Hay una serie de detalles en mi imagen, que creo que la conforman y me definen, y que aunque no son signos de belleza como tal, a mí me hacen sentir un tantito así.
Siempre llevo las uñas pintadas, al menos las de los pies. Suelo llevar las manos cuidadas, aunque no signifique que siempre tengan color.
Recientemente, y gracias a
LaLoly descubrimos este nueva modalidad de llevar las uñas pintadas. Tengo que practicar más, porque estoy más acostumbrada al pincelito y la pintura húmeda. No obstante me pareció una forma muy rápida de llevar las manos perfectas.
Todo será que ahora no pueda quitármelo, y todo lo bueno que tiene ponérselo, vaya a ser un infierno para eliminarlo.
En cuanto a colores… no tengo límite. Antes me limitada al rosita pastel, tipo manicura francesa, o a algún color cereza. Pasada la treintena, y conforme van pasando los años, he ido perdiendo el decoro. Mis uñas pueden acoger cualquier color.
Dentro de mis preferidos están todos los esmaltes de Deliplus, la relación calidad precio es inmejorable. Claro que si buscas un color llamativo, intenso, y shockeante.. Dirígite sin dudas al stand de H&M. Estas lacas de uñas me tienen totalmente conquistada, y como digo, los colores son increíbles.
En la última
reunión de tejedoras, asistió nuestra sobrina mayor, que con sus dos añitos recién cumplidos distingue perfectamente los colores, y cogiéndome las manos me dijo: tus uñas pintadas de azul!. Me gusta que la gente repare en ello.
Otro detalle importante, siempre llevo una traba en el pelo. La voy cambiando, poniéndole alguna florecita, o algún lacito.
Mi pelo es rizado, oscuro, e indomable. Tengo la cabeza llena de remolinos, y si no pusiera esta traba, estaría todo el día con el pelo delante de los ojos. Mi pelo va por libre, y es totalmente indomable, ya lo he dicho?. Ya no me causa frustración, y lo único que hago es quitármelo de los ojos para poder ver bien, que con la miopía es suficiente. Así la cosas, otra de mis compras compulsivas, junto con las cremas, los gloss y las pinturas de uñas, también están las trabas. Las voy comprando y almacenando, porque siempre son pocas.
Creo que he ido conformando una imagen de mi misma, que puede reflejar muchas cosas intrínsecas de mi carácter. He tenido que pasar por los dos extremos para ir sintiéndome cómoda con lo que tengo por dentro y por fuera, a partes iguales.