Agosto agridulce, como un plato de comida china

Y llegó Agosto, y nos preparamos a recibir visita.
Llegó la visita desde París, y nos trajo nuestro ejemplar de El Principito en su lengua máter, dedicado y todo, y como acompañamiento a estas letras, nos trajeron unos deliciosos maccarons. Que duraron lo mismo que un suspiro.
Nos pusimos por primera vez zapatos, que no podían ser de otro color que rojos.
Y nos atajamos del calor con baños de agua salada en piscina, hasta nueva posibilidad de viajar al Norte y sumergirnos en el Atlántico sonoro.
Después de eso, nos preparamos para festejar el primer cumpleaños de la Mariposita. Pero como la vida, todo tiene un lado dulce y uno amargo. La mariposita cumplía su primer año, y la matriarca nos dejaba.
90 años. 4 hijos. 16 nietos. 15 biznietos. Quiero pensar que una vida larga, plena, amorosa y tranquila.
Ahora toca mimar a las nuevas matriarcas, y un poco a todos, que de pronto estos días nos sentimos un poco huérfanos.

100% pure wool, y otros caprichos

Gracias a MiMadeja, estoy dandome el capricho de tejer 100% pure wool. Tengo unos cuantos proyectos laneros por ahí saltando, pero no podía seguir esperando a ir terminando alguno, para ponerme a tejer esta fibra. Además, ellos estaban esperando mi veredicto.
El color rosa intenso, me sugería una chaqueta para la Mariposita, así que con las ideas un poco confusas me puse a imporvisar puntos en las agujas. Tenía también por alguno de mis cajones, una madeja y media de Noro Kureyon, que no es que sea la lana más suave del mundo, pero combinada con esta de 100% pure wool, se iba a ver contrarrestado este problemita.
La idea era improvisar totalmente la chaqueta, tejer así a lo loco, a ver qué va saliendo. Tengo que decir que este ejercicio de improvisación me está encantando,  me requiere tiempo y concentración, lo que justito en este momento me viene de perilla, porque mi cerebro tiende a la alboroto y a la combustión espontánea. Momentos delicados para el cuerpo y el alma, que se solucionarán en cuanto pase este mes. Por ello la mejor medicina es este entretenimiento.
Por aquello de mimarme un poquito, el domingo me di el super gustazo de volver al Dani y comerme una super sin cebolla. Sin comentarios, hay que ir por allí, pedirla, buscar un sitio cómodo y tranquilo y degustarla.
Y ya de paso, pintarme las uñas de colores veraniegos, y tomar descafeinado… Mis caprichos de este julio revoltoso, lleno de parásitos y otros bichillos indeseables.

Azucenas, cheesecake y un tesoro

Empezamos el domingo desayunando cheesecake. Después de probar un montón de recetas, y terminar haciendo un refrito de todas ellas, ha salido esta tarta. Creo que es la receta perfecta, aunque aún han de probarla otras bocas, para emitir un juicio más objetivo.
Seguimos con el aroma que llena la casa: azucenas criadas en esta tierra. Para que luego digan que esto es el desierto, y bla bla bla…. Cada día estoy más enamorada de esta isla, de su costa, de su montaña, de su mar, y de algunas de sus gentes.
Y para terminar… oh! tesoro!
Huso centenario de mi bisabuela, que tiene más de 100 años es seguro, aún estoy por averiguar la edad exacta, aunque no es tarea nada fácil. Cardas de mi tía abuela, y lana hilada en el huso de su madre por ella misma. Y de propinilla un vellón de lana de aquí.
Estoy tratando de saber cuál es el tipo de oveja que pastorea por estos lares, pero el Cabildo tiene cero información sobre el ganado en su página (mal, muy mal informáticos del Cabildo).
Estoy a un tris de ponerme a cardar y a hilar.. Pero, desafortunadamente, haciendo la tartita me quemé un dedo, con lo cual estoy totalmente imposibilitada para ello… a ver si cura pronto, porque no hallo la hora de empezar.
Y si a todo esto, le añades el hecho de que la mariposita empieza a lanzar besos, a cantar, a bailar, y a decir palabras que ella y yo solo entendemos, de que por fin entendí una cuestión que hace tiempo que me daba dolor de cabeza, miedo y frío a partes iguales, y de que por fin estoy firme en mis zapatos… la felicidad es completa!

El oficio de cantar

El domingo por la noche, esperé hasta las 23:00 para ver el documental de Ismael Serrano, tenía mucho interés en saber qué quería Ismael que viéramos de la grabación de su último disco. El mundo de la canción de autor, lo conozco bien, muchos de mis amigos son cantautores, grandes cantautores.
No me imagino la vida sin música. Cada día escucho mucha y diferente música, incluso mi silencio tiene armonía y melodía.
¿Qué tendrá la música que influye tan notablemente en nosotros?
Antes pensaba que tenía que ver con la relación que podía hacer nuestro cerebro entre los sonidos y los recuerdos, pero hoy, me doy cuenta de que es algo que va mucho más allá.
MyLittleButterfly, no tiene recuerdos, mañana cumple 11 meses de vida, y sin embargo responde de manera muy clara a distintos tipos de música. Desde antes de nacer le ponía música, y le cantaba todo el rato.
Hoy, necesita de esa música, y si está reclamando mi atención, con cantarle, tengo para mantenerla entretenida otro rato. No hace falta que diga, que hasta ahora, yo, de canciones infantiles, muy poco. Y por eso, le cantaba la misma música que solía escuchar yo. Pero me he dado cuenta de lo mucho que le gustan las canciones pensadas para los niños, así que no me ha quedado otra que aprenderme todas las canciones de los dibujos animados. De entre ellas, las canciones de Dora la Exploradora, y la música de Pocoyo son sus favoritas.
Para dormir: debajo un ratón-tón-tón.
Para comer: era un pollito que iba a la escuela…
Para el baño: el brujo de Gulugrú..
Pero para el coche, prefiere uno de mis discos.. Prefiere a Garriga.
Este es Jesús Garriga. Entre la primera (Hijo del Sol) y la segunda foto (Al[H]ambre), han pasado unos años. Todos hemos cambiado en ese tiempo, nosotros, nuestro físico, nuestra vida… Pero hay algo que sigue manteniéndose: el estilo de Garriga sigue siendo el mismo. Y aunque parezca algo poco positivo, ya saben: renovarse o morir, yo creo que es algo fundamental cuando alguien se dedica a eso de cantar. Que una persona pasado un tiempo escuche una canción y sepa distinguir el autor sin dudas, es un punto muy favorable para el propio autor.
De este último disco no puedes elegir una canción, porque todas están cantadas y tocadas con suma maestría. Las letras de Garriga no pasan de largo sobre tí, se te quedan pegadas a la piel durante mucho tiempo. Es un disco completo, no sobra ni falta nada, y desde el principio hasta el final el nivel del repertorio es muy alto, pero para mí un disco roza la perfección cuando encuentro un tema que me abduce por completo y soy capaz de escucharlo en bucle un  número infinito de veces. Cuando recibí el disco, lo pasé al ipod y ahí me puse a escuchar.. Conocía la mayoría de las canciones, aunque arregladas en estudio cambian muchísimo. El disco llegaba al final y yo no había recibido aquella descarga eléctrica que buscaba.. pero ahí llegó… Si mi casa está en tu boca….
Es imposible describir una canción así, solo puedes darle al play una y otra vez y sentirla.
Muchas gracias, flaco, por hacer canciones que calan hondo, que marcan, que hacen sentir. Muchas gracias por llenar nuestro camino de música, y acompañarnos siempre.

Mis agujas y sus pies

Este recién estrenado verano está entrando bien fuerte. Al Sol no lo vemos por la calima que hay, y el aire es inexistente. Llevo dos días que al mirar al cielo, se me viene a la cabeza el primer capítulo de Terranova, ese cielo terroso con ambiente irrespirable.. Esperemos que pase pronto esta primera ola de calor calimosa.
Estar en la calle es un grave error, así que solo queda atrincherarse en casa e intentar pasar el tiempo lo más entretenido posible, bebiendo grandes cantidades de cualquier liquido fresquito.
Mi mayor entretenimiento por ahora, es tejer mientras le canto a la Mariposita. A ella si le canto, le parece que el tiempo se pasa de forma muy divertida, cruza sus piernas y escucha atentamente. Qué cosas!, toda la vida con complejo de ser una horrible cantante, y a ella le encanta… Así es el amor…
Este mes lo he pasado tejiendo para otros. Peebles, turbantes,  chaquetitas top-down y alguna braguita. Los bebés a mi alrededor se multiplican, y estoy aprovechando para tejer las cosas que no llegué a tiempo hacerle a Emma, así me quito esa espinita.
De un tiempo a esta parte, no paro de darle vueltas al asunto de hilar… Tanto así me ha dado, que ya he localizado un rebaño de ovejas, claro que para empezar, me vale con una sola. Estoy buscando como loca información, para ponerme manos a la obra.
Mientras, sigo echando de menos mucho (mucho mucho, tanto que duele a ratitos) a MiTrinchera… Las conversaciones, las reflexiones, sus sensatos consejos, y esa capacidad que tiene de hacerme sentir importante con solo mirarme. Los recuerdos se agolpan, y dejan ese hueco chiquito en el pecho que se hace imposible de llenar. Pero así pasa con ciertas cosas, .. que en silencio han tenido que ser… Me queda la certeza de que es mutuo, y que no nos hace falta prometernos la luna para que cada uno sienta que cuenta con el otro. Así de paso, también doy gracias, porque haberle encontrado, me hace sentir tremendamente afortunada.. y ya sabes, por aquí o por allá..

Yo porteo, yo concilio

Cuando empecé a leer libros de crianza, me topé con ese desconocido concepto para nuestra sociedad: la conciliación familiar.
Profundicé en él, y de entrada, lo puse en mi lista mental de conceptos utópicos.
Hoy, tengo que devolver este concepto a una posición especial.
Soy ingeniera autónoma. Lo que hasta ahora me ha dado algunos quebraderos de cabeza y muchos ajustes de cinturón, pero hoy, me ha dado la posibilidad de reconciliarme con el mundo.
Desde que me quedé embarazada, sabía que volver al trabajo de forma normal iba a ser difícil, no ya por el cambio de vida que me acontecía, sino por la situación de empleo general. De forma que automáticamente me puse en modo ahorrador, y me conciencié de que estaría de “año sabático” un tiempo indefinido, que seguramente iba a ser más de un año.
La mariposita tiene ya 10 meses, y aunque la situación sigue siendo tremendamente desoladora, yo he tenido la gran suerte de que mi teléfono suene para reclamar mis servicios.
Al trabajar en casa, tengo la posibilidad de combinar mis horarios de producción con las siestas de la niña, y al salir a hacer mediciones me la cuelgo en el sling y allá vamos.
En contra de lo que pensaba inicialmente, he encontrado mucho apoyo en los clientes. Nadie pone mala cara, nadie “juzga” mi forma de portear y trabajar, y nadie duda de mi profesionalidad porque vaya con la niña colgada. Mi trabajo y mi profesión me dan la posibilidad de hacerlo. Es curioso el hecho de que la mayoría de las personas que juzgan el porteo, el colecho, la lactancia más allá de los 6 meses, son otras mamás.. Es curioso y un poco triste, pero yo hoy estoy contenta, mucho, porque yo tengo la gran suerte de conciliar vida familiar con vida profesional.

Viaje en el tiempo con unos calcetines

Hay proyectos que los ves y sientes ese Love at first sight, que es tan peligroso.
No lees el patrón entero, no profundizas en los foros, ni en la experiencia de otras tejedoras, y pasa lo que pasa. Que empiezas un calcetín en el año 2009 y terminas el otro en el año 2012. Eso mismo me pasó con los Pomatomus. Cuando iba tejiendo el segundo calcetín, empecé a vigilar el ovillo que quedaba, temiendo el momento en que se acabara y yo no hubiera llegado al grafting. Llegó el momento de cerrar el calcetín, y el ovillo me cumplió: sobraron aproximadamente 70cm de lana. Ovillo super-aprovechado.
La satisfacción es algo que no se puede medir en este momento, pero tiene mucho de alivio.
El segundo par de calcetines, forma parte del grupo de proyectos llamados “De satisfacción inmediata”, y para quitarme la espinita de tardar tanto tiempo en tejer el par de calcetines anterior. El ovillo fue un regalo de MiAmigaAlemana, es de Katia, y se parece muchísimo a la Zauberball. He seguido un patrón improvisado, haciéndole en la parte trasera una línea de agujeritos. El único pero que le encuentro a esta lana, es que es imposible encontrar el punto en que la repetición empieza, con lo cual, y para no desperdiciar medio ovillo, o tener un segundo calcetín lleno de nudos, he tejido la fibra tal como venía, con resultado de un par de calcetines desparejos. Antes esto era motivo de un disgusto enorme, ahora me voy acostumbrando a no tener calcetines clónicos, y a encontrarle su punto de belleza y originalidad.

Mi terraza es un huerto, que con mis uñas pintadas, cuido con esmero


Todo empezó en Enero, cuando a LaBajista le regalaron un kit completo para cultivar tomates cherry.
Su piso, conforma un ambiente super ideal para todo lo que planta (la envidia crece por momentos). Asi que después de que le hubieran germinado tooooodas las semillas, empezó a repartir plantitas porque en casa no le cabían.
De esta forma llegaron a mis manos, cuatro tomateras. Yo, no cabía en mí de gozo.
Siempre me han gustado las plantas, y siempre he pensado que quería tener un huerto.
Si algo he aprendido en estos últimos meses, es que no dejes “para cuando….” lo que puedes tener-acomodar-conseguir hoy.
En mi minipiso tengo una terraza de aproximadamente 1×2,5m, donde está el termo, la lavadora, la secadora, el cubo de la fregona, el cepillo, la mopa, y una caja de agua con gas. Y desde este mes, también hay un huerto, previa partida de Tetris en 3D.
He sufrido un ataque incontrolable de jardinería, y me he puesto a plantar pimientos, rábanos, melisa… He trasplantado una violeta (aquella que me acompaña hace ya tres años!), y ya el colmo: he trasplantado la orquidea que me regalaron cuando trabajaba en El Mirador.
Para mi asombro, y después de 20 días de cuidados, lecturas, atenciones, y mucho tiempo contemplativo, puedo decir que no solo sigue todo con vida, sino que además empiezan a dar frutos!
Los tomates han crecido casi el doble de como llegaron a casa y ya tienen flores, los pimientos y los rábanos están creciendo progresivamente. Y lo más emocionante, y el ojito derecho de mi huerto, mis mandarinas!!!. Planté una sola semilla de mandarina, y ahí está, creciendo!!!
No pensé que andar entre tierra y semillas, me fuera a reportar tanta tranquilidad y alegría.
En estos días, aparte de hacer de jardinera, me he cuidado las uñas, y me las he pintado de colores impensables. He descubierto los esmaltes   Flormar, que son los esmaltes más duraderos que he probado nunca, y que tienen una gama de color super amplia. Me declaro megafan.
Y aquí sigo, pintándome las uñas, y cuidando de mis tomates.

Explorando en orden

Hacía tiempo que necesitaba poner en orden todos los ganchillos, y el montón de agujas rectas (que ya no uso, pero que son casi reliquia, todas heredadas).
En un domingo de madrugón, Jelly Jam en Clan, la máquina de coser dando gritos por el tiempo que hace que no la uso, y listo. Dos guarda-agujas terminadas.
Y así, después de acabarlos, y en un ataque creativo, he diseñado dos wall-hanging bordados. Uno ya está listo y el otro a la espera de bordarlo, me temo que tal y como vamos, este fin de semana, será buen momento.
Hoy nos hemos levantado con lluvia y ganas de explorar, así que en un alarde de aventura, MyLittleButterfly se ha lanzado a gatear!.
El tiempo se me está escapando de los dedos como si fuera arena.
No me queda otra que anunciar que la operación bikini ha dado comienzo, y no por mi gusto.
Ella a gatear y yo a correr detrás de ella.

Fin de semana gastronómico





El sábado por la mañana nos levantamos super temprano para ir al mercado, tan temprano que casi llegamos antes que los propios agricultores. El premio a semejante madrugón, fue poder comprar un kilo de tomates cherry que están espectaculares. Con el frutero y la nevera llena, no quedaba otra que calentar los fogones.

Para empezar una ensalada (tomates cherry, queso gruyere, dátiles, cebolla morada y dados de salmón ahumado), con una mezcla de “hojas verdes primaverales” de las que solo identifico los canónigos y la rúcula. El resto de hierbas no tengo idea de cuáles son, todas comestibles y con sabores bastante peculiares. El próximo fin de semana me daré a la tarea de hablar con la señora que las cultiva para que me informe un poco. Aliñada con vinagre balsámico y aceite de oliva.
De segundo el sábado cus-cus, a mi manera (pimiento verde y rojo, cebolla, dátiles) y una mezcla de especies molidas en molinillo (comino, semillas de hinojo, laurel, cardamomo, canela y pimienta negra)
De segundo el domingo unos espaguetis chinos con verduras (calabacín, berenjena, zanahoria, pimientos y cebolla) y pollo marinado (con soja, limón y jengibre).
Y de postre fresas.
Este fin de semana nos hemos dedicado a alimentarnos bien, a pasear por el barrio, a jugar mucho, a querernos otro poco. Hemos visto un documental sobre la cárcel que hubo en Tefía (tengo que profundizar más sobre este tema, porque lo desconocía por completo) y también “Marley and Me”, para que no quede ninguna duda de que es mi película favorita de todas todas.
Así, con la nevera llena, con la barriga llena también, algunas ojeras, y una ensaladera menos, puedo decir que mi corazón está contento, no un poco, sino muy contento… Y resulta que ser feliz, era esto.