Viaje en el tiempo con unos calcetines

Hay proyectos que los ves y sientes ese Love at first sight, que es tan peligroso.
No lees el patrón entero, no profundizas en los foros, ni en la experiencia de otras tejedoras, y pasa lo que pasa. Que empiezas un calcetín en el año 2009 y terminas el otro en el año 2012. Eso mismo me pasó con los Pomatomus. Cuando iba tejiendo el segundo calcetín, empecé a vigilar el ovillo que quedaba, temiendo el momento en que se acabara y yo no hubiera llegado al grafting. Llegó el momento de cerrar el calcetín, y el ovillo me cumplió: sobraron aproximadamente 70cm de lana. Ovillo super-aprovechado.
La satisfacción es algo que no se puede medir en este momento, pero tiene mucho de alivio.
El segundo par de calcetines, forma parte del grupo de proyectos llamados “De satisfacción inmediata”, y para quitarme la espinita de tardar tanto tiempo en tejer el par de calcetines anterior. El ovillo fue un regalo de MiAmigaAlemana, es de Katia, y se parece muchísimo a la Zauberball. He seguido un patrón improvisado, haciéndole en la parte trasera una línea de agujeritos. El único pero que le encuentro a esta lana, es que es imposible encontrar el punto en que la repetición empieza, con lo cual, y para no desperdiciar medio ovillo, o tener un segundo calcetín lleno de nudos, he tejido la fibra tal como venía, con resultado de un par de calcetines desparejos. Antes esto era motivo de un disgusto enorme, ahora me voy acostumbrando a no tener calcetines clónicos, y a encontrarle su punto de belleza y originalidad.

Icarus



O mi propio Escorial…

Ha sido eterno tejer este chal.
Lo empecé por primera vez en el año 2007, con lana de handpaintedyarn. Le dí unas cuantas vueltas y lo metí en el cajón más recóndito y olvidado de mi casa.
Me fui, pasaron dos años, y volví..
Cuando llegué de nuevo a mi casa, la puse patas arriba para poder acomodar todo lo nuevo que había acumulado, y en el cajón más recóndito lo encontré. Justo como lo había dejado, ni una vuelta más ni una menos.
Lo saqué, le quité el polvo, y lo deshice.
Durante el verano pasado lo volví a montar, y le di duro a las agujas. Cuando estaba a punto de empezar el calado, me puse de parto.
Pasó conmigo en el hospital esos cuatro días, y me hizo grata compañía por las noches, cuando no podía dormir esperando que llegara de nuevo la hora de visitar Pediatría.
Luego vinieron esos meses, en los que mi tiempo pasó a ser propiedad total y absoluta de MyLittleButterfly y terminó el 2011.
Volví a rascarle horas a los días, y lo retomé. Empecé el primer chart del calado, mientras miraba de reojo el ovillo que me quedaba. Iba haciendo cálculos mentales sobre las vueltas que me quedaba y los metros de lana que podía guardar aquel ovillito, cada vez mas pequeño.
Sobre la marcha, y antes de tener que lamentar males mayores, decidí anular una de las repeticiones del calado, y ponerme directamente con el último chart.
La lana se acabó cuando faltaban unos 100 puntos por rematar.
Casi sufrí un síncope. Volvió a una bolsa y a dormir el sueño de los justos.
Pasado un mes, me reconcilié con el chal de marras, y encontré una fibra tremendamente similar.
Lo rematé, lo bloqueé y ahí está.
Ha sido tan largo el camino, que no puedo valorar de forma objetiva el resultado, la verdad.
A ver si cuando empiece el buen tiempo, y lo use, cambio de opinión.