Piedra a piedra, cruz a cruz

Desde hace algún tiempo, ando reflexionando sobre la inmediatez. Nuestros niños están acostumbrados a tener a golpe de clic cualquier información, música, video, o incluso contacto con alguien.

Atrás, muy atrás, queda aquel tiempo de dibujos solo los fines de semana después del telediario. O, en mi caso, la libreta de dudas existenciales que no podían responder la enciclopedia que teníamos en casa. Tenía una pequeña libreta en la que iba apuntando todas las dudas que me surgían, para aclarármelas cuando iba a la biblioteca a coger las lecturas de la semana.

Ahora, le cuento estas cosas a MiMariposita y me pone cara de total incomprensión. No es capaz de imaginar un mundo sin internet y sin poder ver, por ejemplo, lo que quiera en la tele. Una tele, por cierto, con más de dos canales.

No sé si esto será cierto, pero tengo la sensación de que toda esta inmediatez y acceso a tanta información, nos convierte en muy impacientes.  Cuando las cosas tardan más de lo que estamos acostumbrados, nos frustramos y empiezan los malos humores. No solo le pasa a los niños, a nosotros también.

Por eso, para ir haciendo camino, piedra a piedra, paso a paso, este año elegí un proyecto de punto de cruz que pudiera ir haciendo por etapas. Elegí un proyecto de LHN. Se llama Little Sheeps Virtues, y cada mes hago un cuadradito o mejor dicho, una virtud. Me encanta que este mes de mayo con tanta incertidumbre en todo lo que me rodea, me haya tocado hacer el de fé. Ha sido como un friendly reminder.

Como terminé muy bien de tiempo en mayo, y tenía todavía algunas cajas que vestir, seguí con el maratón de Juego de Tronos (esto será otra entrada, que aún estoy digiriéndola) con otro bordado muy apropiado: be here now. Me ha gustado mucho el resultado final de este esquema, que me ha servido para concienciarme de cada cruz que lleva, y también para darme cuenta de que empiezo a acusar cierta presbicia.

Estuve tratando de poner a MiMariposita a hacer algunas cruces, pero le pareció demasiado trabajo y muy lento, y ahí justamente vi la falta que le hace. Así que me puse a darle movimiento a mis neuronas, porque ya se me había metido entre ceja y ceja, que tenemos que desarrollar la paciencia. Y pensé, una manera fácil y asequible, es vigilar plantas. Y ahí sí que he conseguido captar su atención, claro que la cosa se me ha ido un poco de madre, y nuestra casa empieza a parecer un jardín botánico.

2 opiniones en “Piedra a piedra, cruz a cruz”

  1. …y así poder disfrutar viendo día a día, el desarrollo, el crecimiento de las plantas, apreciando el paso del tiempo, que no todo es inmediato, que tampoco debe serlo, porque nos perderíamos su proceso, tan bonito, tan precioso, tan lleno de matices.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *