Historia de una transformación

Todo comenzó cuando tejía el segundo citron. La lana la traje de Houston, sé que es merino, pero no tengo ni idea de donde es, la etiqueta la perdí en algún lugar entre el despiste y el descuido.
Trabajé el patrón con agujas del 3.5mm, y tuve que hacer una repetición más porque tal y como decían las instrucciones me parecía que quedaba pequeño.
La primera sorpresa fue que el ovillo alcanzaba. Haciendo incluso una repetición más de lo que estaba previsto, me iba a sobrar!!!, la primera vez en mi vida tejeril que me sobraría material lanero tejiendo un chal!. Indudablemente era el principio de un cambio.
La segunda señal, llegó unos días después, cuando dormí dos noches seguidas, sin interrupciones, ni terrores, ni calores, ni depresiones.
El tercer detalle síntoma notable, fueron la afonía (canción estupenda, video no apto para diabéticos, sobredosis de azúcar) del domingo, que vino acompañada de unas suaves agujetas en algún lugar entre el corazón, el riñón y los intestinos, en un pequeño hueco donde guardo una cajita de ilusión.
Lo que me hizo recordar el sábado noche, los quintos, el queso, y los pepinillos…

Y la guinda final lo puso la laca de uñas, de color rojo pasión, cuando yo creía que de eso ya no me quedaba nada.. qué equivocación. Estoy transformada en pasión pura, tanta, que ayer poniendo mucha pasión, fui capaz de alargar las horas del domingo casi el doble, tejiendo como poseída, en contraposición de mis pensamientos que iban lentos como una manada de elefantes.
Total, que vengo a resumir que la metamorfosis es total, que estoy ready to go, or to take away como te guste más.

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