Y volver… a la casa donde siempre me siento bien, y donde me encuentro en cada letra.
Hoy vengo, después de un montón de tiempo sin decir pío por aquí, (por otros lados he dicho algo más que pio y pio, si no sabes a lo que me refiero, búscame aquí y aquí). Y también hoy, vengo a decir unas pocas cosas. A mi lo de resumir se me da regular, así que voy a echarte el cuento, prepárate un té o un café.
Fue allá por enero cuando se me ocurrió la idea de hacerme un bolero. Y se me ocurrió porque ordenando toda la lana que he tejido para mí, encontré un shrug o bolero, que me hice allá por el 2009, en Semana Santa para ser exactos. Aquel era cortito y era justo para los hombros. Lo usé muchísimo, porque era tan práctico como llevar un foulard en el bolso y ponérmelo por encima si refrescaba. Luego lo dejé de usar, no me preguntes por qué, porque no lo sé. La cosa es que al verlo de nuevo, pensé que mi estilo ha cambiado un poco, y que ya pegado a los hombros no iba conmigo.
No te creas que le di muchas vueltas. Busqué ovillos aparentes al patrón que se iba fraguando en mi cabeza y tras unos breves cálculos, monté puntos.
Yo creo que todavía estaba recogiendo parte de los envoltorios de reyes cuando ya lo había terminado, y el resultado me fascinó. Entre eso, hacer un pedido, y ponerme a tejer compulsivamente, pasó exactamente lo que tardó el cartero en traerme el paquete.
Los tengo terminados desde finales de febrero, pero aquí la impostora sigue dándole para adelante a los días, y no los termino de enseñar. Y eso se acaba hoy.
Una vez que los colgué todos juntos y viendo que llegábamos a mitad de mayo, se me ocurrió que realmente esto no son ni boleros ni shrugs (fuerte palabra difícil de decir), realmente son los sayos que no tienes que quitarte hasta el 40 de mayo, y que dejamos atrás ayer.
Un buen sayo ha de tenerse siempre a mano, que aunque hoy estemos aquí transitando por una calima importante, todas sabemos que pasado mañana a las ocho de la tarde tienes que echarte algo por encima porque va a hacer fresco. Y esto es, o son. La colección #3 o los Sayos.
He tejido un total de 10, en 5 colores distintos. Todos de las mismas medidas, que se puede decir que son una talla S-M, si es que esto se puede tallar, pero vamos, que lo único que tienes que tener en cuenta para saber si son para ti, es definir qué estilo te gusta más, si justo o ancho.
Para que te sirva de referencia, yo mido 1,58. Los sayos miden, sobre los hombros, de un extremo a otro 85cm. De alto, o sea desde el cuello a la cintura, 47cm, y el ancho de la manga son 17cm.
En las fotos ves como me quedan a mí, para que te hagas una idea.
Todavía me falta pulir unos detalles, pero calculo que estarán listos para que elijas y te lleves el tuyo el día 20 de junio. Si quieres verlos mejor, puedes irte por Instagram, donde he dado bastante la tabarra con ellos. Si tienes claro que quieres uno, escríbeme por allí a partir de ese día, y te lo hago llegar. ¡Ay que nervios!
Y con esto, y el porrón de cosas que tengo que hacer, doy por inaugurada la Colección #3, y mi vuelta a casa.