Ellas me pusieron las gafas lilas

Mañana es 8 de marzo. Y a riesgo de parecer pesada, y repetitiva, no voy a dejar pasar el día y la oportunidad de recordarme por aquí, la importancia de este día.

Durante un montón de tiempo, en mi vida, me hicieron creer que estaba sola, que trabajar con mujeres era lo peor, que lo más terrible para una mujer era otra.

Fue mucho tiempo después, cuando por fin me puse las gafas lilas, literalmente, cuando me di cuenta que detrás de todas aquellas sentencias, y creencias, y tonterías, solo había un fin: dividir y separar.

Hoy soy plenamente consciente de que mi valor es doble si estoy rodeada de mujeres que me sostienen, que me apoyan y que me impulsan.

Soy feliz quedándome sin dedos para contar las grandes mujeres que me rodean, y que me soportan cada día.

Con unas hablo, con otras crio y educo, con otras tejo, y con otras danzo.

Este año está siendo especialmente importante para hacer tribu.

Elegí una carrera en un momento en el que era mayormente masculina, tuve suerte, y durante los últimos tres años tuve una compañera. De 30 alumnos: 28 tíos, ella y yo. Nos hicimos compañeras y amigas. Durante gran parte de mi vida laboral, la he pasado rodeada de hombres, y me ha tocado de todo. Desde no rendirme cuentas, porque si estaba en la obra debía ser porque estaba perdida; ganar menos que un compañero titulado y con la misma experiencia que yo; explicarme cosas que seguramente yo no debía entender; o pasar por alto una orden directa que terminó en despido del trabajador; en una obra me escribieron “churry” en el coche, y faltó poco para que le prendiera fuego a todo, con todo el mundo dentro. No volvió a pasar. Tuve que apropiarme de la estrategia del pequinés, y ladrar apenas llegaba, para que no me pisotearan después. Puedo decir, que veinte años más tarde, mucho de todo esto ha quedado atrás. Para nuestro beneficio y el de las que vengan después.

Ahora siento que todo es más llevadero, aunque haya mucho que hacer todavía, y sobre todo, haya que seguir recordando que estamos aquí, y también contamos.

Yo para que no se me olvide, lo pongo escrito por aquí, y de paso, me traigo a estas tres mujeres que me acompañan de forma más estrecha estos últimos años. Con ellas es todo más llevadero y fácil. Porque juntas, somos más.

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