Cálida mecánica y otros trabajos manuales

Soy una persona mecánica, que no autómata. Me gusta saber cómo funcionan las cosas, cómo los engranajes engranan y comienza el movimiento. Porque absolutamente todo se reduce a que las piezas encajen, se engrasen, y se muevan. Y así estamos, dándole engrase a las piezas, para que no se ripien, para que no chirrien, y para que el movimiento sea constante y continuo.
El día mágico de Enero pasó. La primera cabalgata de Emma, y con pase VIP, fue un poco complicada la misión de distracción para que la magia hiciera su trabajo, y sus majestades fueran reales y no gente corriente. La edad de Emma es tal, que le llamó la atención mucho más ver a Dora en el muelle que a los propios reyes en sus camellos. Aún así, como experiencia fue estupenda.
Y por la noche pusimos los zapatos, y a la madrugada, los zapatos estaban llenos de paquetes. Aunque el mejor regalo de Emma estaba en una caja de cartón que necesitaba de una llave y unos planos para poder disfrutarlo.
Como tantas otras veces, ya son unas cuantas, ElPatrón y yo nos pusimos manos a la obra. Es divertido montar muebles con ElPatrón, nos entendemos bien, y al cabo un rato Emma nos hizo un café a todos en su cocina nueva. Sin duda alguna, el mejor momento del día fue ese, todo el mundo en la cocina de Maba, unos en pijama, otros estrenando el chándal nuevo que los reyes trajeron.. la familia: el verdadero regalo.
La verdad es que la cocina es muy bonita, aunque tendremos que ir tuneándola para que sea más personal. Con la cocina, vino también un carrito, que Emma pasea por toda la casa. Me llama muchísimo la atención como juega. Ella sola, con la cocina y el carro. Es algo increíble. Ella nunca ha ido en carro, sin embargo, coge a la muñeca, la mete dentro, la pasea, la saca, le da de comer, la abriga (cosa que tampoco hace ella…) Es increíble y estupendo verla. Amén de la tranquilidad que se respira por ratos en el piso. Se pasa largos ratos jugando ella sola.
Y con ese tiempo maravilloso, cortesía de los nuevos juegos, me he puesto manos a la obra con mi nuevo reto 2014. Top cosido en el 2004, y abandonado a su suerte al frío cajón durante 10 años. Tiempo suficiente para ponerle la trasera y la guata y empezar a acolchar. Ya no sé si son casualidades, sincronías, o pequeños guiños del destino.
Al mirar ahora el top, con sus 99 bloques cosidos a mano, da la sensación de profecía. Hay bloques que representan acontecimientos que han pasado después y que eran un absoluto misterio en el momento en que los cosí. Ha sido este detalle el que me ha hecho coger impulso y querer terminarlo.
Así que estas noches, después de largas jornadas de estudio de válvulas y redes (empiezo el año como maestra), me relajo comiéndome unos tomates a la crema, que ha sido uno de los mejores descubrimientos culinarios del año pasado, acompañados de un vinito blanco y mi pan de centeno; y escuchando la Cálida Mecánica de Fermín. Es una buenísima banda sonora para este frío enero.

.. si hay cuaderno de bitácora,
si hay opciones para otro cálculo,
en tu cálida mecánica,
brújula en la vía láctea..

Un poco de todo, y los Reyes en camino

Hoy ya se acaban las fiestas navideñas. Esta noche, pondremos los zapatos en la puerta de la escalera de la casa de Maba, y nos iremos a dormir. Hoy dormiremos en casa de los abuelos, porque es probable que nuestro piso esté un poco fuera de la ruta de Sus Majestades. Y por allí pasan seguro, llevan treinta y pico años pasando.
Hemos pasado unas Navidades bastante completas, y haciendo un esfuerzo titánico para que Emma valore más las reuniones y el ambiente, que los regalos. El esfuerzo merece la pena. Aún así, el 25 por la mañana, al llegar al salón y ver los dos paquetitos debajo del árbol, Emma me miró muy sorprendida y me dice: si mino, Papá Noel mino!!!!
Los días atrás, veía Dora y Caillou en sus respectivas Navidades. En algún momento, se me ocurrió decirle que iríamos a una fiesta en casa de Maba, y que luego por la noche, Papá Noel vendría de puntillas y dejaría un regalito en el árbol. Cada día que llegábamos a casa, al entrar miraba el árbol y me decía: no mino.
Después de jugar con los nuevos juguetes, y como llevamos haciendo ya 3 años, nos fuimos a ver el Belén municipal. El Belén de mi pueblo es muy grande, y está bastante trabajado. Es un sitio estupendo para pasar la tarde dando un paseo. A Emma le encantó. Las figuras son casi más grandes que Emma, quien tenía auténtica curiosidad por saltar los muros de piedra y llegar hasta ellas. Me pasé la tarde corriendo detrás de ella, atajándola.
También durante estos días hemos ido a la peluquería. La primera vez para Emma. Me sorprendió muchísimo lo tranquila que estuvo. Dejó que la peinaran, que le cortaran, incluso que le hicieran dos coletas. Tuvo algo que ver lo preparadas que están en la peluquería. Tenían desde cuentos hasta juguetes, además de un sillón apto para niños escapistas.
Para terminar el año, tuvimos una reunión-merienda en casa. Para la ocasión, preparé un bizcocho de peras y avellanas, que ya todo el mundo sabe de dónde saqué la receta. Está bueno, pero no desbanca a la tarta de ciruelas, del primer puesto del ránking de los bizcochos.
Esta vez en lugar de traer la costura, nos reunimos con una libreta, y con un montón de propósitos. Este año nos fue muy bien ponernos objetivos con fechas más o menos elásticas para ir cumpliendo y terminando cosas. Así, nos propusimos dos proyectos nuevos, y cada una fue sacando las cosas a medias que quisiera terminar este año.
De los proyectos nuevos, uno es A Woodland Christmas. Lo vamos a ir haciendo un bloque a la quincena. De momento, y con algunos inconvenientes (supongo que hacía demasiado tiempo que no tocaba la máquina de coser más que para acolchar), he terminado el mío. Por supuesto es muy mejorable, pero de momento se va a quedar así.
El segundo es un quilt a pieceo inglés llamado Crosses. Este lleva más trabajo, porque hay que cortar los hexágonos, hilvanarlos, y luego unirlos entre sí hasta formar la roseta, cada una de ellas tiene 48 piezas. El objetivo es ir haciendo una roseta a la semana. Así  está ahora la mía, tengo esta noche para terminarla y cumplir lo estipulado. Estoy super contenta de llevar las cosas al día, y de tener este pequeño grupo-tesoro en el que nos apoyamos para seguir cosiendo, y con el que comparto las demás cosillas que no son costuras.
Esta tarde nos vamos de aventura a la cabalgata de Reyes, tenemos pases vip, porque aquí SSMM vienen en barco, y el abuelo tiene el gran honor de traerlos hasta la capital, vía marítima. Así que podremos verlos en primera fila, y darles la carta en mano. A ver qué le parece a Emma la experiencia.

Cosas que pueden pasar en una peluquería

Hace un frío y un viento bastante propio de la época, así que no es propio quejarse, ni malhumorarse, ni demás cosas que suelen hacerse cuando hay mucho viento y mucho frío.
Estamos resguardadas en casa, tomando chocolate caliente y pintando. Emma ha empezado a desarrollar una capacidad asombrosa para estar sola. Quiere estarlo, e incluso parece que por momentos lo necesita. Tiene todos los colores y su block en el suelo en medio de sus piernas, y mientras se aparta el pelo de la cara, pinta arcoiris. Me he predispuesto a coger un color para pintar yo también, y me ha mirado muy seria y me ha dicho: no no no mamá, tu vas a cocoser… chao mamá
Me he quedado con cara de no saber muy bien qué decir o hacer, mientras la miraba interrogante. Ella parece tenerlo muy claro: chao mamá.
Pues nada, pues bien. Me ha quedado muy claro que es lo que quiere. Así que me he venido al pc a llorar mi momento ombligo: mi hija ya no me necesita!!! Y me he puesto a descargar las fotos que he hecho esta semana, lo que me ha recordado una entrada que quería publicar desde hace algunos días.
En mi pueblo-ciudad, hay un montón de gente interesante, que quiere hacer cosas, y que no se conforman con ir al cine o subir las fotos al facebook.
En concreto, muy cerca de mi casa hay una peluquería, donde además de cortarte, teñirte y asesorarte sobre tu imagen, te ofrecen entre otras cosas: cuentacuentos, talleres infantiles, recitales, lecturas, y hasta conciertos en directo. Está claro que cuando la gente tiene inquietudes y ganas, da igual el escenario o el entorno. Ojalá le copien la iniciativa y mi Puerto, sea un mejor puerto en el que atracar.
El lunes pasado a las cuatro de la tarde, y en estreno mundial, LaBajista se fue allí con su bajo inseparable, sus chicos (guitarra y voz) y se pusieron a cantar – tocar. La novedad del momento fue que Ella se estrenaba como cantante. Yo (hermanísima de toda la vida) nunca la había oído cantar, y aún hoy, una semana después sigo con la boca abierta.
El repertorio estaba compuesto por canciones de todo tipo: Melody Gardot, Jamiroquai, Laura Branigan, Pearl Jam, José González…
Oir cantar a mi hermana This corner of the earth y Ain’t no sunshine me puso los pelos de punta, y las lágrimas al borde de los ojos. Todavía hoy tengo esa sensación muy fresca en la retina y la memoria.
Hacía mucho tiempo que no iba a un concierto, y este ha sido una inmejorable forma de volver al circuito musical.
Seguramente me pillen las uvas y las campanadas antes de volver por aquí, así que Feliz año a todos, que la salud no nos falte, y el amor tampoco!

Santa Lucía y gingerbread cookies

Ya hace muchos años que aprovecho el puente de Diciembre, para sacar todas las cosas de Navidad y convertir la casa en un despliegue de luces, cascabeles, papá noeles y brillos.
Este año no fue la excepción, aunque sí que ha habido un cambio importante con respecto a años anteriores. Esta vez he contado con una manita ayudante muy colaboradora. A la voz de “mama yo te adudo”, fue alcanzándome las bolas, las cintas, los lazos… Se fue llenando la casa de tal empalagamiento o espíritu navideño, que terminé poniendo a cantar a Michael Bubble todos los villancicos de su disco. Que por cierto, para mí, que soy antivillancicos (no me sé ninguno, no me sale cantar, no me terminan de motivar, y cuando lo intento, me termino pareciendo al anuncio de la loteria de este año: un esperpento).
Sin embargo Michel Bubble es más mi estilo, es Navidad con otra onda.
La cuestión es que nos ha quedado la casa la mar de festiva. Emma está entusiasmada con el árbol de Navidad, aunque yo me he apuntado en la agenda la necesidad de renovar adornos, y luces. Creo que ésto ya me lo apunté el año pasado, aunque debí perder el papel.
A la tradición de la colocación de adornos en el puente, le sigue otra que consiste en encender las luces el día 13, día de Santa Lucía. El año pasado las luces hicieron flus y se fundieron todas. Este año me fui rápidamente a mi chino de confianza a buscar otra guirnalda lumínica que colmara mis necesidades y expectativas. Me encontré con la terrible sorpresa de que no quedaban. Fui de chino en chino hasta que encontré unas que me parecieron adecuadas.
Al llegar a casa descubro que las luces de la foto de la cajita, no son las que están dentro. Para este momento, sobre las 18:00 de la tarde, y después de transitar por varios establecimientos con una niña de dos años fácilmente estimulable y con la energía típica de haberse bebido dos cocacolas, (aunque nunca las haya probado), di por abortada la misión luces. Saqué unas cuantas velas y un mechero, y esa fue la luz que encendimos el día de Santa Lucía de este año.
Para acompañar las luces, y el fresquete que ha hecho estos días, nos hemos puesto a hacer gingerbread cookies. Esta receta es una de las mejores que he probado. La única modificación que he hecho, es las especies. Desde hace algunos años tengo esta maravillosa mezcla que ya se vende así. Tiene la mezcla exacta de mi gusto, de canela, clavo, jengibre y cardamomo. Me encanta, y la suelo usar bastante.
Para decorar las galletas, he usado un tubito de azúcar de esos que vienen en los paquetes de adornos culinarios. Los que venden en el Lidl y traen azúcar con formas, y de colores, y algún tubo de azúcar líquida con color.
A mi parecer han quedado bastante buenas, y la probadora oficial que tengo en casa les ha dado su visto bueno, se las come de dos en dos.

Un día estrellado

Ayer, MiColegui, hizo el día del UFO en su tienda. Nos animó a llevar cualquiera de nuestros trabajos no acabados a la tienda y que pasáramos el día allí, acabándolos, dándole a la máquina, la lengua, y a la cuchara.
A mi me pareció la excusa perfecta para acabar mi Lone Star, que llevaba 7 años dando vueltas por mis cajones.
Empecé el día desayunando un buen café y una porción de una tarta francesa de manzana, que preparé la noche anterior. Era la primera vez que hacía la receta, y una vez más, un resultado más que satisfactorio. Perfecta para paladares como el mío que prefiere el bizcocho a las cremas.
Salí corriendo a la tienda, pasando por casa de Maba para dejar a Emma.
Sin dilación alguna sacamos las máquinas de coser, y cada una se puso manos a la obra.
Mi Lone Star es otra de esas antigüedades que alojaba mi armario. Creo (no estoy del todo segura, empieza a fallarme la memoria), que traje las telas de Chicago en el 2005, y le metí el cutter en el 2006. Aunque la primera entrada gráfica que he encontrado en el blog es del 2008. Da un poco igual, en este punto. La cuestión es que por fin, ya está terminada. Me ha costado muchísimo coger carrerilla y darle el finiquito. Aunque al final, una vez más, la paciencia y la constancia es el quid de la cuestión.
Ayer, volví a coser en grupo, después de mucho tiempo dando puntadas en soledad. Es divertido coser en grupo. Oir conversaciones cruzadas, reírte con anécdotas y cuentos, cotillear lo que cosen las demás, dar y recibir ideas… Es casi una terapia.
Después de terminar de acolchar el quilt a máquina, y de jurar en arameo.. No pienso volver a acolchar a máquina mientras me acuerde (este año he acolchado tres quilts enteros a máquina: enough!!). Recogí a Emma y nos vinimos a casa.
Tuve que esperar hasta esta mañana para sacar fotos medio decentes, que anoche la luz no me acompañaba.
Al llegar a casa, el cielo nos dio una sorpresa. No puedo dejar de admirar el cielo que nos regalan estas tardes. Es impresionante. Y por cierto, por estas tierras, ni lluvia, ni vientos, ni ciclones ni huracanes.. Es como si fuéramos la excepción a cualquier previsión meteorlógica propia de esta estación.
El día terminó con una llamada de teléfono deliciosa, que hace se que me recoloquen los pulsos, y que me salgan estrellitas hasta de los ojos.

Codo de niñera

Cuando te conviertes en mamá, misteriosamente y de forma aparentemente muy organizada, aparecen ante tí un sin fin de temas que solo están relacionados con tu cachorrito. Me pregunto si toda esta información andaba circulando antes de la llegada de Emma y no me llegaba porque no me era útil en ese momento, o realmente ahora es cuando más información, sobre la crianza y derivados,  pulula por todos lados.
La cuestión es que habré recibido unas cien veces, vía mail o vía whatsapp, una foto de los inconvenientes que hay de tirar de los brazos del niño.
Y como yo soy muy aplicadita para casi todo, me he leído el folleto cada vez que me ha llegado, poniendo especial antención a lo malo que es coger de los brazos y tirar de tu cachorrita.
Hace unos días, estábamos caminando, así tan tranquilamente para subirnos al coche. Y entonces Emma tropieza. De forma instintiva, y para evitar que se rompiera los dientes, tiré de ella por el brazo por el que íbamos cogidas de la mano. Yo, que me sabía el folleto de memoria. Yo, que voy predicando constantemente que no se deben dar tirones.. Tuve que elegir entre tirar o dejar que se cayera. Se me desconecta la hipófisis y toma las riendas el hipotálamo.. Y tiré de Emma.
Aún no se me ha olvidado el leve “clack” que sentí-oí.
Lo siguiente fue una niña llorando, con un llanto totalmente distinto a los conocidos hasta ahora, y ella solita se coloca su bracito en cabestrillo impidiendo que cualquiera se lo tocara.
Yo pensé que no había sido más. Aunque el “clack” seguía martilleando mi cabeza.
Tomamos carretera para ir a nuestro destino. La miraba por el retrovisor, y aunque no lloraba tenía cara de dolor. Si alguien intentaba tocarle el codo, lloraba.
Así las cosas, interrumpimos nuestro trayecto y fuimos al hospital.
Un doctor de urgencias, nos atendió muy rápido y muy bien. Diagnóstico: Codo de niñera o luxación de la cabeza del radio. Una maniobra de dos minutos y un calmante para el dolor. Y en diez minutos niña como nueva. El estado en el que quedó la mamá, es otra historia.
Para olvidarnos un poco de la aventura, nos pusimos a jugar con cartón. Construimos un señor potato de cartón, y que es la prueba irrefutable de las gracias que debo dar cada día por no tener que ganarme la vida dibujando. Y también hicimos unas cartas de números. Vengo observando desde hace unos días, que Emma es capaz de identificar los números del 1 al 4. Así que se me ha ocurrido imprimírselos todos para que juegue con ellos. Como siempre, para estas cosas, Pinterest es mi mejor amigo.

Baking on Sunday morning,… again, and 7 years later.

Sigo con mi propósito de ir terminando cosas.. Cada vez se me hace más cuesta arriba cumplir con él, aunque una vez que alcanzo el objetivo, la satisfacción es grande, y me siento llena de motivación para acometer el siguiente de la lista de mis UFOs.
Para poder hacer recuento de la historia de este nuevo quilt terminado, he tenido que bucear en los archivos del blog, y lo he encontrado. Qué sorpresa al descubrir las fotos que acompañaron aquella entrada. Son muy parecidas a las de hoy. Un quilt, un ayudante (salvando las distancias) y muffins.. Será casualidad? o será que yo tengo una naturaleza a la que me es imposible esquivar?. Han cambiado un montón de cosas desde entonces. Tengo cabecero de la cama, mesas de noche, plantas… Pero la esencia sigue siendo la misma: alguien a quien querer-cuidar-alimentar, telas, y el horno. Seguramente para mí, esta es una de las combinaciones rápidas de alcanzar el zen. Lo que más me llama la atención, es que todas aquellas reflexiones del amor, la necesidad, la pasión… ya tienen respuesta. Cuánta comedura de tarro me hubiera ahorrado si la Violeta de ahora le hubiera podido dar un poquito de información a la Violeta de entonces. En fin, en la vida no hay atajos.
El quilt está empezado en el año 2006, y terminado este 2013, siete años de nada. De ser un quilt normal, está terminado casi siendo un repro. Está hecho todo a máquina, compuesto por dos bloques. Un  bloque es el llamado “Lady of the Lake” y el otro se llama “Square Deal”. Ambos son bloques típicos dentro de los diseños de bloques.
Me acuerdo de que cuando lo empecé a unir después de hacer los bloques, me di cuenta de que sería pequeño para mi cama. Se me ocurrió que podía añadirle unos bordes más anchos que le dieran tamaño. Los corté, los cosí, y ahí se quedaron. A lo largo de los años lo sacaba y pensaba algo más que añadirle. Corté un buen montón de hojas de color verde, con sus tallos, con pensamiento de aplicarlos en dichos bordes. Pasaba el tiempo, más bien los años, y ni aplicaba ni avanzaba. Este año, lo volví a sacar, y los bordes me desagradaron tanto que no tardé un segundo en sacar el descosedor y quitarlos. Lo dejé como originalmente era el patrón. Cogiendo carrerilla, monté el sandwich, y a la máquina a acolchar. El acolchado es en recto, y solo en los triángulos de mayor tamaño. En el borde le he hecho una costura de estrellas, aprovechando las puntadas de bordado que tiene mi máquina y que nunca uso. Lo he acolchado con hilo matizado aurifil. Este hilo es espectacular para acolchar a máquina. Apenas deja residuo en la máquina, y tiene unos cambios de colores muy suaves que no desentonan con la combinación de telas que se use. Eso sí, es brillante, lo que hace que el acolchado brille, y le de un toque bastante curioso. Lo he usado ya en tres quilts acolchados a máquina, y el resultado es totalmente satisfactorio.
Para montar los bloques conté con la ayuda de Troylo (suspiro… estos días lo echo mucho de menos) y para acolcharlo conté con la inestimable ayuda de Emma. Que cada vez que me encuentra haciendo algo, se me acerca a la voz de: mamá qu’estasiendo?? Todo seguido y con un tono interrogativo. Yo respondo a su pregunta, y acto seguido me contesta: mama, te adudo.. Obviamente, yo caigo fulminada de un ataque de puro amor, del que me cuesta recomponerme unos minutos.
Después de trabajar tanto, horneé unos muffins de frambuesas, aprovechando que en el Lidl de mi pueblo las han traido frescas. La verdad es que comidas en crudo son bastante sosas, sin embargo en las muffins, dan un sabor estupendo. Es la segunda vez que las hago y vuelan en solo un día.
Y de último, mi nueva orquídea. Regalo de la familia por mi cumpleaños. Desde que llegó ando mirándola de reojo a ver cómo se adaptaba a las condiciones del piso, y parece que lo hace de forma satisfactoria. Se le han abierto las flores que traía cerradas, y no parece tener ningún síntoma de aburrimiento.

Por cierto, en el post anterior alguien preguntaba sobre el centro de mesa de hojas. Es un diseño de Nancy Halvorsen, para Art to Heart. Está dentro de unos de los  libros de otoño de hace bastantes años.

Disociando recuerdos, a través de las cruces

Este año, me propuse hacer limpieza profunda de cajones y armarios, e ir sacando todo lo que estaba a medias para darle prioridad y terminarlo.
El propósito era bueno, la energía para llevarlo a cabo fue decayendo con los meses y el calor, y al final se me ha hecho una lista interminable de cosas que por un motivo u otro no terminaba de tachar.
En verano, con el calor, y las pocas ganas que me da de hacer cosas grandes, me dije que era el mejor momento para ir terminando todas las cosas de punto de cruz que tenía a mitad. Lo metí todo en una cajita estupenda y para MiNorte que me lo llevé.
Lo bueno del punto de cruz, es que con no mucho esfuerzo, consigues grandes resultados. Así, casi sin darme cuenta fui terminando los tres esquemas de Little House Needleworks (LHN). Pertenecen a la Little women series, y son un total de cuatro: Reading, Baking, Gardening, Quilting. El Gardening, lo empecé y lo terminé justo cuando La Roja, ganaba el mundial de fútbol. Fue bordado en un ambiente y circunstancias totalmente distintas a estos tres, aunque finalmente irán enmarcados en el mismo tipo de marco y supongo que los colocaré juntos. Están bordados sobre un lino que teñí yo misma con té, y con hilos teñidos a mano de Crescent Colours, que compré en Houston en Octubre del 2008.
A medida que iba terminando estos tres, me animé con el punto de cruz, y casi dando la última puntada de los anteriores, ya tenía empezado el siguiente. Este empezó y terminó en una semana. En Octubre de este año. El esquema original es también de LHN, y el dibujo representa a un hombre y una mujer. Ya todos sabemos que yo no soy muy dada a seguir las instrucciones al pie de la letra, y que me encanta salirme de los esquemas. Desde que lo encontré en mis archivos, me decidí a improvisar un diseño que se ajustara más a nuestra realidad. El patrón original se llama Always and Forever, y pertenece a la serie Everyday
El siguiente tiene historia. El patrón es de la misma diseñadora (LHN), y alguien lo propuso como SAL en algún momento del 2009. Me inclino a pensar que fue a principios de año. No guardo registros de la fecha exacta. Yo acababa de llegar a GC para mi aventura en El Mirador. Lo empecé super animada con el SAL, las cosas circunstanciales se torcieron, y pasé unos meses difíciles en los que me dediqué a trabajar, y a vegetar… Todo lo demás quedó guardado en una caja latente hasta que desperté, casí en Diciembre del 2011. En Septiembre de este año y mientras veía la segunda temporada de Scandal lo terminé.
Del último, también de LHN, solo tenía en una bolsita el esquema, los hilos y el lino. Durante el mes de Octubre de este año, y aprovechando la energía que traía, lo empecé y lo terminé, mientras veía Breaking Bad, la serie completa.
Aunque las fotos no den muestras de ello, están planchados. Lo que me recuerda que tengo que leer por los blogs, a ver cómo las entendidas en bordados de este tipo los terminan. Si aplican algún tipo de fijador, almidón o los planchan con vapor. Y después del planchado y la sesión fotográfica, los he guardado en los rollers, que hice algunos años (2008).
Es curioso cómo se me vienen a la mente, los distintos momentos de mi vida, en función de estos esquemas. Tienen épocas claras, y muy marcadas en el tiempo. Pero lo más curioso es el trabajo fino, meticuloso y elaborado que ha hecho mi cabeza. No hay recuerdos de personas asociadas a estas épocas. De hecho, uno de estas personas, hace unas semanas me mandó una foto sobre un lugar que transitaba con mucha asiduidad durante el 2009. Supongo que me mandó el documento porque él iba a ese lugar conmigo. El recuerdo del sitio vino a mi mente, pero no había nadie más que yo en  él. En mi memoria ya no hay personas que durante un tiempo pudieron hacerme padecer, en mi memoria ya no hay recuerdos asociados, lo que hace que vaya por la vida mucho más ligera, y cómo no, más feliz.
No puedo negarme a mi naturaleza, y en cuánto se me quedaron  vacías, las cajas donde los guardaba, empecé a navegar por la red. Hay blogs de “bordadoras” estupendas, y el mundo de los esquemas es infinito, aunque mis gustos están bastante definidos. Me pierdo en blogs como éste, o éste. Y como era imaginable y predecible, mis cajas han durado vacías, aproximadamente 24h.. Ya tienen esquemas nuevos, hilos y linos para empezar. Cómo es eso que dicen por ahí? Ah! sí: la cabra siempre tira p’al monte.

Los tesoros de Maba

Esta semana he estado revolviendo en casa de Mama, Emma le ha cambiado el nombre, y ahora mamá ya no es mamá, ni tampoco es abuela. Emma le dice Maba, que supongo que es una especie de contracción de invención propia, de mamá y abuela. Me parece que Emma será aficionada a este tipo de contracciones. Estos días dice que quiere “pancilla”, refiriéndose a pan con nocilla.
Pues en eso que estaba yo, revolviendo, buscando libros míos, fotos, y trasteando por ahí. Es increíble la cantidad de cosas que caben en una casa. Y digo casa, con todas las letras, no este “quiero y no puedo” que es mi piso. Aquí no cabe nada, no hay armarios empotrados que lleguen al techo, donde uno pueda ir metiendo cositas. Aquí los cajones están contados, y si quieres meter algo nuevo, algo viejo ha de salir. Así no se puede! ¿Cómo le doy bola al espírutu de coleccionista de todo que llevo dentro?
Así que buscando y revolviendo, me encuentro con un curso completo de corte y confección a distancia: Sistema Eva. Fue con lo que mi madre empezó a coser, por correspondencia y sola, ahí echándole narices. En su casa, nadie se cosía la ropa, tejían, hilaban, calaban… pero coser no, así que ella a la aventura.
Con ese método y esos cuadernillos aprendió. Yo, me lo he traído a casa, a ver si aprendo algo, y se me quita el miedo a cortar la tela.
Al encontrarlo le vi la fecha: 1968. Es una reliquia.
Cuando le pregunté, me contó como empezó, y cómo pudo mejorar con otro método. Y entonces me saca otro juego de libros, que tenía más guardados, más cuidados, y que atesora con cariño. Es el sistema Martí. Resulta que ella aprendió sola, y se hizo sus ropitas. Más tarde conoció a papá, se casaron, se fueron a vivir a Gran Canaria, y ahí visitaba con frecuencia a una tía de mi padre. Resulta que esta tía (yo siempre le dije TiTí) era profesora de corte y confección. Para mi madre fue como entrar en la cueva de los tesoros de Alí Babá. En su taller tenía telas, muchas… Y alumnas, muchas también. Mamá perfeccionó allí su técnica y se quedó totalmente enganchada al patronaje. Afición que mis hermanos y yo hemos contribuido a que pierda. Le robábamos mucho tiempo, dice. No sé por qué, no me extraña nada.
La cuestión es que me ha dejado el primer método, con la promesa de ponernos con el segundo cuando tenga alguna soltura.
No paro de imaginarme como serían esas clases de costura, ese salón lleno de patrones, de maniquíes, de figurines… Vaya! cómo me hubiera gustado perderme allí, entre hilos y alfileres.
La verdad es que mire por donde mire, las mujeres de mi familia, han sido todas, muy trabajadoras con sus manos, qué pena que no se le haya dado más valor, y pudiéramos conservar algunas de las cosas que hicieron.
Ayer me vine a casa como quien custodia un tesoro. Con la tarde del sábado por delante, el viento soplando, y las ganas de acurrucarse a flor de piel. Nos metimos en la cocina, (Emma se ha convertido en una pinche dispuesta y eficaz) y horneamos la tarta de ciruelas de Delicioustories. Fácil, rápida, y exquisita.
No sé cuántas veces he dicho ya, que todas las recetas de esta página son un 10. Me compré hace unos días un molde de horno redondo de 20cm. Ha sido todo un acierto!, por fin tartas pequeñas que podemos acabar Emma y yo en unos días.
Con la casa oliendo a canela, los calcetines puestos, y la tarta en los platos, me puse como buena estudiante a revisar los libros del curso. Ahora, solo me falta coger carrerilla y sacar algún patrón.

Las expectativas, o esas malas compañeras

Hoy, yo, tenía pensado venir aquí, y contar todas las cosas que había hecho durante estos tres días de descanso que nos regalaba el calendario. Tenía una hojita llena de planes marcados con marcadores de colores, y tenía sobre todo, otra lista de cosas para terminar. Tengo una montaña de telas, lanas, hilos, de labores a medio hacer, a las que sólo les falta un pequeño empujón para ser terminadas, y por fin, ir bajando ese Himalaya craftero que tengo en el estudio.
Pero uno propone, y los virus disponen. Y digo virus porque hoy ya sé qué fue uno ellos el que se encargó de sabotearme el perfecto puente que yo había planeado.
El jueves teníamos una cita en casa de LaAbogada, para disfrazarnos y pasar un rato divertido y ameno, nosotras y ellas. Pero el jueves a medio día, con las galletas de la ocasión horneadas, y nuestros disfraces a punto, siento que Emma está calentita. En cuestión de unas horas pasó de estar calentita a tener 39.3º de fiebre. Se me encienden todas las alarmas, se me salen los ojos de las órbitas, y me pongo a contener todas las preguntas que alguien dentro de mi cabeza me hace siempre en estos momentos.
Vuelvo a ponerle el termómetro. 39.4º. ¡Maldito cacharro!. Pensé incluso que estaba mal, pero no. La fiebre había llegado a casa.
Llamadas de teléfonos, mensajes, deshago planes, nos ponemos el pijama, y saco el Apiretal (ese gran amigo). A todas éstas, Emma, sigue saltando, riendo, y haciendo todas las cosas normals, de niña de dos años. Sin síntomas de ningún tipo.
A la pregunta de ¿Emma te duele algo?. Respuesta: Las nonillas (señalándose las rodillas). En fin.
Podemos resumir el resto del jueves, el viernes entero, y el sábado, como ciclos de seis horas en los que se empieza con una toma de Apiretal, se ve un capítulo de Dora, pintamos un dibujo, comemos algo, bebemos mucha agua, jugamos con la plastilina, leemos un par de cuentos.. Y otra vez a empezar.
Tuvimos algún ratito de descanso, de unos 10 minutos aproximadamente, donde yo desayuné leyendo Pan Casero, nos comimos las galletas, refresqué una masa madre. Y ya casi de madrugada, horneé unos panes y coloqué los cojines que corté en mayo, y mamá cosió en junio.
Ni que decir tiene, que las noches no han desmerecido los días, y también hemos tenido ratos de charla, de de tomas de Apiretales, de termómetros y de mucha agua.
Desde ayer por la noche, Emma no tiene fiebre, y hoy a medio día, le ha aparecido un sarpullido extraño por la barriga. Al principio fueron unas manchitas, que hicieron que volvieran a encendérseme las alarmas y a salir corriendo a coger un vaso. Los ojos se me volvieron a las cuencas, al comprobar el negativo de las manchitas. Al rato, ya tenía todo el tronco, y ahí se me encendió la luz: Exantema súbito. Es la segunda vez que le pasa. Una vez que ya ha salido, está todo pasado.
Ahora Emma duerme, y yo estoy aquí, escribiendo, mientras se hornean otros panes.
Pareciera que de un tiempo a esta parte, pretendo arreglar todas mis frustraciones haciendo pan. Puede ser.
Si me busco dentro, siento una frustración y un enfado considerable. No he podido hacer nada de lo que me hubiera gustado hacer, siento cansancio mental por el exceso de preocupación durante tres días, por no saber a qué era debida la fiebre, y cansancio físico porque no es nada fácil ni llevadero, mantener a una niña de dos años en un piso de 65m2 durante tres días… Siento rabia por las veces que he sentido que estaba cansada y superada, siento lástima por no tener una dosis extra de paciencia cuando siento que la normal empieza a acabarse… siento frustración, mucha,.. y también siento alivio, porque “no era nada”.. Lo peor, es que esto último debería alegrarme, calmarme, relajarme… pero las malditas expectativas están ahí, haciéndome señales con la mano, reclamándome el tiempo que no les dediqué..
Estoy enfadada,… y lo malo es que ni siquiera sé con quién.