Todo empezó en Enero, cuando a LaBajista le regalaron un kit completo para cultivar tomates cherry.
Su piso, conforma un ambiente super ideal para todo lo que planta (la envidia crece por momentos). Asi que después de que le hubieran germinado tooooodas las semillas, empezó a repartir plantitas porque en casa no le cabían.
De esta forma llegaron a mis manos, cuatro tomateras. Yo, no cabía en mí de gozo.
Siempre me han gustado las plantas, y siempre he pensado que quería tener un huerto.
Si algo he aprendido en estos últimos meses, es que no dejes “para cuando….” lo que puedes tener-acomodar-conseguir hoy.
En mi minipiso tengo una terraza de aproximadamente 1×2,5m, donde está el termo, la lavadora, la secadora, el cubo de la fregona, el cepillo, la mopa, y una caja de agua con gas. Y desde este mes, también hay un huerto, previa partida de Tetris en 3D.
He sufrido un ataque incontrolable de jardinería, y me he puesto a plantar pimientos, rábanos, melisa… He trasplantado una violeta (aquella que me acompaña hace ya tres años!), y ya el colmo: he trasplantado la orquidea que me regalaron cuando trabajaba en El Mirador.
Para mi asombro, y después de 20 días de cuidados, lecturas, atenciones, y mucho tiempo contemplativo, puedo decir que no solo sigue todo con vida, sino que además empiezan a dar frutos!
Los tomates han crecido casi el doble de como llegaron a casa y ya tienen flores, los pimientos y los rábanos están creciendo progresivamente. Y lo más emocionante, y el ojito derecho de mi huerto, mis mandarinas!!!. Planté una sola semilla de mandarina, y ahí está, creciendo!!!
No pensé que andar entre tierra y semillas, me fuera a reportar tanta tranquilidad y alegría.
En estos días, aparte de hacer de jardinera, me he cuidado las uñas, y me las he pintado de colores impensables. He descubierto los esmaltes Flormar, que son los esmaltes más duraderos que he probado nunca, y que tienen una gama de color super amplia. Me declaro megafan.
Y aquí sigo, pintándome las uñas, y cuidando de mis tomates.