Tengo dentro de mí un pequeño demonio que quiere comer cada día..
Su alimentación me sale cara muchas veces, porque su comida es costosa, difícil de encontrar, y casi siempre termina teniendo daños colaterales….
A veces consigo una comida especial, y se mantiene saciado durante días.. En esos casos las secuelas de su alimentación causan estragos en el resto de mis cosas, en el resto de mis obligaciones..
También es verdad, que cuando se encuentra comiendo o recién termina, la satisfación suya es tan grande que se extiende al resto de mi cuerpo, y me siento de la misma forma, con lo cual yo también lo disfruto, aunque sea yo quien lo haya pasado peor para proporcionarle el alimento.
Ahora, tengo en frente, muy cerca, mucho alimento que traerle, se puede decir que estamos en época de recolecta de comida.. El pequeño demonio anda relamiéndose, previendo la panzada que se va a dar en los siguientes días.. No obstante yo aún no me decido a empezar a ofrecerle el ansiado botín, me parece que los daños de esta comilona esta vez, puede que sean irreparables.., puede que las consecuencias no sean tan fáciles de subsanar.
Me lo estoy pensando seriamente, porque ya intenté matarlo de hambre, y no fue posible.. Y por eso sé que tiene que comer cada tanto..
La relación con este pequeño demonio, es de hace muchos años, lo recuerdo casi casi, desde el principio de mi vida.. La relación es tan estrecha que hasta tiene nombre: se llama Ego.
Necesito un árbol
Esto fue en Philadelphia, en un pequeño parque que hay delante del museo de arte, en las míticas escaleras de Rocky.No me acuerdo donde oí que para cargar pilas había que abrazar un árbol. Hace tantos años ya que lo hago que no soy capaz de ponerle fecha a la primera vez.Siempre abrazar un árbol, me produce tranquilidad, paz, sosiego.. respirar su aire me resulta reconfortante, y luego cuando me voy, me siento completamente recargada de energía.En esta ocasión fue igual, solo que la energía que llenaba mi cuerpo, era totalmente palpable. Después de dejar el árbol, sentí durante largo rato, ese hormigueo característico en las manos.Hoy necesitaría un árbol como éste, generoso y fuerte, que me recargue las pilas en este lunes, que de momento trae malas noticias, hastío y apatía a manos llenas, y la inevitable afrontación de hechos que simpre trato de ocultar.
Arlington
Esto es el cementerio de Arlington.Desde que supe que visitaríamos Washington DC, supe que tendría que ir. Sentía mucha curiosidad por pisar este suelo.No sé a que era debida mi curiosidad, si tenía trazos puramente morbosos, o iba más allá.Pero tenía claro que quería estar ahí, y quería ver qué sensaciones me transmitía.Esta visita y el abrazo de un árbol en Philadelphia, fueron los instantes más fuertes, energéticamente hablando.Desde que nos adentramos en las calles del cementerio, se me instaló una especie de peso en el estómago, que según iban avanzando mis pies, iba aumentando.Mis ojos no paraban de recorrer tumbas, de leer nombres, fechas… guerras, batallas….. Mirara donde mirara, hasta donde me alcanzaban los ojos, solo había líneas intermitentes, perfectamente alineadas de tumbas. Habían dos hombres trabajando en ellas, quitaban lápidas viejas, las levantaban de la tierra, y colocaban en su lugar una banderita. Les pregunté cuál era su finalidad, su respuesta fue la siguiente:- estas lápidas están viejas, y se cambian porque son las que están al lado de los caminos donde pasan todos los turistas.. son las que se ven.. y tienen que estar bonitas…En mi cabeza solo había una cosa: HIPÓCRITAS!!!!. Esto no es un tributo a aquellos que tuvieron las pocas luces o las fuertes creencias de morir por aquello en lo que tenían fijado todos sus valores. No, esto es solamente un punto turístico más. Incluso tienen la poca decencia de cobrar el aparcamiento.El peso se fue convirtiendo en rabia, en ira, en preguntas sin respuestas…Nunca había sentido tanta rabia, tanto odio, tanto rencor.. Intenté racionalizar lo que sentía. Intenté abastraerme de lo que estaba inundando todo mi cuerpo en ese momento.. Me fue totalmente imposible. Sentía deseos irrefrenables por buscar algún culpable… Podía imaginarme a cada esposa, madre o hija, esperando la triste noticia de que ya no había nadie a quien es perar, y que finalmente estaban allí también enterradas junto a su padre, esposo o hijo. Casi pude sentir (o imaginarme) su tristeza.Seguí andando, seguí caminando entre más y más tumbas. A lo lejos, de pronto, ví unos caballos que llevaban un ataúd, vestiendo una brillante bandera de barras y estrellas. A su alrededor se situaba un escuadrón de soldados, vestidos de gala. Había muchos turistas, sin embargo, de pronto parece que reinó el silencio. Un silencio que se oía, y que terminó gritandome en los oídos.
El el otro lado del Océano
Pues después de casi 36 horas de vuelos más las esperas en aeropuertos varios (como cuatro), ya estoy de nuevo en casa. Con jet lag, con dos maletas que no saben donde ponerse para no molestar, con un montón de yardas de telas nuevas, libros, y un sin fin de artilugios varios para la cocina (dije que me contendría comprando, y… no lo cumplí).
La vuelta se puede decir que aconteció sin muchos incidentes, no más los justitos como para darle algo de gracia y ponerle broche final al viaje.
En Las Palmas, concerté una cita con la señora (siempre las voces me llevan a confusión, es una chica mucho más joven que yo), que me daría al que será mi compañero incondicional, hasta que el destino decida.
Nunca, ninguno, nadie.. sustituirá a Trufo, a lo que él me dio, a lo que vivimos juntos, a lo mucho que nos quisimos.
Empieza ahora, otra etapa, con otro compañerito.
Este de la foto es Troylo (se parece más a Trufo de lo que me hubiera gustado, la verdad). De momento nos hemos gustado, y casi que el amor ha sido a primera vista, estoy convencida de que evolucionará de forma muy favorable, aunque cada uno tenga su carácter y su forma de ver las cosas.
Reporter desde Times Square
Desde la esquina mas concurrida de NYC, les escribo este reporter, para que se queden tranquilos los pocos que me echan de menos, y que se preguntan donde diablos estoy.
Tengo empacho de quilts, de telas, de “notions”.. Pero ha sido tanto lo que he visto y tocado, que ha merecido la pena.
Lo mejor de momento, fue la nevada en Philadelphia… NEVO PARA MI!!!!!!!!!
Lo peor, la cantidad de gatos que hay en todas las casas, granjas, y andurriales de Lancaster.
Y de entre medias, confirmar que me entienden (a veces) igual en ingles que en castellano; sentirse una hormiga en medio de Wall Street (raro, pero me gusta esta sensacion), y descubrir todo lo nuevo y distinto que hay por aqui.
En dos dias le dire adios al Nuevo Contiente, y le dire hola al Viejo.. y aunque les parezca raro.. echo de menos Fuerte… a mis papas, mis hermanos y sobre todo a Ace.. Se que aqui tengo que volver con ella.
Sarantontón…. 1980…1990…2006
Ayer, mientras llegaba a uno de los talleres, pasé por un parque..
Estaba lleno de niños que corrían en medio de las plantas. Gritaban y corrían.
No pude evitar pararme, y ver a qué jugaban.
Varios de ellos tenían botes de cristal con unas plantas dentro.
No me hicieron falta más explicaciones: ha llegado la primavera!!!!.
Y casi todos los niños andan por los jardines buscando Sarantontones o mariquitas (que también le dicen por ahí).
Me vi retratada en cada niño. Ay! que ver, pase el tiempo que pase, al llegar la primavera, todos los niños jugamos a buscar sarantontones.
Y para dormir…. un cuento
Había un rey que tenía tres hijas, tres princesas. Pero no eran princesas cualquiera, eran las princesas más delicadas que jamás hayan existido.
El rey tenía conocimiento de este hecho, pero no era consciente de la delicadeza que envolvía a sus niñas. Ordenó que las princesas no salieran de las inmediaciones del palacio, para evitar correr riesgos.
Una mañana, una de las tres princesas, salió al jardín a contemplar las bonitas rosas que crecían en él. Tomó una entre sus manos, pero sin querer, una de las púas, pinchó uno de sus dedos, la princesa murió desangrada.
El rey tomó consciencia de forma brutal, del problema que tendría con sus hijas, y casi inmediatamente ordenó que las princesas no salieran de palacio.
Un mañana, una de las princesitas no despertó. La sábana de la cama donde dormía tenía una arruga, que le provocó una llaga sin remedio en su espalda, produciéndole la muerte.
El rey, volvió a desesperarse. Tenía tanto miedo de perder a su ya, única hija, que tomó una medida drástica: la encerró en una de las torres del castillo.
La princesa pasaba allí los días aburrida, tal vez, soñando con un corcel negro, que viniera a rescatarla, como en lo cuentos, a sacarla de aquel encierro…
Pero, en su lugar, lo que entró por la torre del castillo, fue una libélula. Tenía un tamaño asombroso para lo común en estos insectos. La libélula que recorrió la torre volando de arriba abajo, produjo una corriente de aire, imperceptible para casi todo el mundo… excepto para la princesa, la princesa más delicad del mundo… El aire provocó un resfriado en la princesa, del que no pudo recuperarse…
Hay ocasiones en las, que se haga lo que se haga, las cosas suceden irremediablemente…
Echar de menos
No te imaginas
Como te he echado de menos
Tu ausencia atardeció
todo mi cielo
Y tanto otoño
se coló fuera de tiempo
Yo me acostaba
en el parque vacío de esta cama
Me enroscaba en el olor
de tu almohada y así te respiraba
No te imaginas
Como te he echado de menos
Es un calvario vivir tan lejos
Pero me alivia la esperanza de tí
Y que me importa
Si se me llena la boca
Cuando hablo de esas cosas
Que me encantan de tí,
y que me apasionan.. me apasionas…
Una casa vacía
Las lágrimas en los ojos, el corazón en un puño y sin un trozo…
Al llegar a casa, nadie vino a la puerta, no escuché sus pasos por el pasillo.
Su comedero estaba vacío, y su cama también.
Ahora en las noches, no oigo su respiración, no está bajo mi cama como antes..
La pena se me dibuja en la cara, cada vez que me esfuerzo en aceptar que ya no está, que me acuerdo de los paseos, los ladridos, las mordidas.
Desde hace cinco años no recuerdo un momento en el que no haya estado, siempre vigilante, juguetón, posesivo y centinela.
Me velaba el sueño, la comida, los estudios..
Ahora lucho por adaptarme a la nueva rutina en la que no me termino de acomodar.
Me dio muchas razones para seguir, para tener un motivo. Y ahora sin él .. todo vuelve a tener poco sentido.
Ida y vuelta
Los Carnavales han pasado, sin mucho ruido, al menos para mí. Lo que inicialmente prometía en una fiesta desenfrenada, terminó en una tímida salida, con chaparrón incluído.
Tengo que decir, que no es el padecer general. Casi todo el mundo anda afónico aún, de la gran fiesta que se pegaron. No conozco a nadie que lo haya vivido tan intensamente como Ace, que pasó por los Carnavales de Fuerte, Las Palmas, y por Sta. Cruz.. y es que lleva la música de los pitos corriendole por la sangre. Por supuesto, disfrazada en cada salida, como Dios manda.
Y yo, pues como casi siempre, me desinflo antes de que llegue el momento del despiporre.
Me he pasado meses reclamando más ocupación en mi trabajo, porque había días que se pasaban viendo correr los minutos. Ahora, las cosas parecen que han cambiado y no tengo tiempo ni si quiera de echar un vistazo al reloj.
Mis jornadas se han vuelto agotadoras, y cuando llego a casa.. me sigue esperando más cosas por hacer. En fin, tampoco me voy a quejar mucho, porque realmente lo prefiero así.
De pronto esta semana ha sido como melancólica, y ya no he dejado para más las llamadas pendientes. Se siente raro, cuando uno tiene que explicarle los detalles de su acontecer diario a las personas que antes lo vivían con uno, pero aún así, es maravilloso volver a oirles las voces, saber que son felices, que están bien, que por fin, las cosas se han ido arreglando.
Hoy, por fin, ha llegado el día, y esta tarde cojo la maleta y me voy…
Espero pasar un finde tranquilo, lleno de cosas para ver, y de abrazos para dar.
El viaje es de vuelta, así que el martes andaré por aquí, y espero poder hacer un break entre informe e informe y pasearme por las casas de muchos donde me encanta pasar, leer, y saludar.