Codo de niñera

Cuando te conviertes en mamá, misteriosamente y de forma aparentemente muy organizada, aparecen ante tí un sin fin de temas que solo están relacionados con tu cachorrito. Me pregunto si toda esta información andaba circulando antes de la llegada de Emma y no me llegaba porque no me era útil en ese momento, o realmente ahora es cuando más información, sobre la crianza y derivados,  pulula por todos lados.
La cuestión es que habré recibido unas cien veces, vía mail o vía whatsapp, una foto de los inconvenientes que hay de tirar de los brazos del niño.
Y como yo soy muy aplicadita para casi todo, me he leído el folleto cada vez que me ha llegado, poniendo especial antención a lo malo que es coger de los brazos y tirar de tu cachorrita.
Hace unos días, estábamos caminando, así tan tranquilamente para subirnos al coche. Y entonces Emma tropieza. De forma instintiva, y para evitar que se rompiera los dientes, tiré de ella por el brazo por el que íbamos cogidas de la mano. Yo, que me sabía el folleto de memoria. Yo, que voy predicando constantemente que no se deben dar tirones.. Tuve que elegir entre tirar o dejar que se cayera. Se me desconecta la hipófisis y toma las riendas el hipotálamo.. Y tiré de Emma.
Aún no se me ha olvidado el leve “clack” que sentí-oí.
Lo siguiente fue una niña llorando, con un llanto totalmente distinto a los conocidos hasta ahora, y ella solita se coloca su bracito en cabestrillo impidiendo que cualquiera se lo tocara.
Yo pensé que no había sido más. Aunque el “clack” seguía martilleando mi cabeza.
Tomamos carretera para ir a nuestro destino. La miraba por el retrovisor, y aunque no lloraba tenía cara de dolor. Si alguien intentaba tocarle el codo, lloraba.
Así las cosas, interrumpimos nuestro trayecto y fuimos al hospital.
Un doctor de urgencias, nos atendió muy rápido y muy bien. Diagnóstico: Codo de niñera o luxación de la cabeza del radio. Una maniobra de dos minutos y un calmante para el dolor. Y en diez minutos niña como nueva. El estado en el que quedó la mamá, es otra historia.
Para olvidarnos un poco de la aventura, nos pusimos a jugar con cartón. Construimos un señor potato de cartón, y que es la prueba irrefutable de las gracias que debo dar cada día por no tener que ganarme la vida dibujando. Y también hicimos unas cartas de números. Vengo observando desde hace unos días, que Emma es capaz de identificar los números del 1 al 4. Así que se me ha ocurrido imprimírselos todos para que juegue con ellos. Como siempre, para estas cosas, Pinterest es mi mejor amigo.

9 opiniones en “Codo de niñera”

  1. Creo q ese tirón lo hemos hecho todas las mamás para evitar más de una vez y más de dos q nuestros pequeños dejen los dientes en el pavimento…es el subconsciente q hace q protejas a tu cría de un mal mayor, casi nunca pasa … hasta q pasa y entonces ocurre el mal menor, el clack y la visita a urgencias.

    Ánimo, a Emma seguro q ya se la ha olvidado.

    Ah! me encantan el Sr y la Sra Potato…q salaos!

  2. No lo podrías haver explicado mejor: no importa las veces que te digan "no hagas…" no hay mama a la que no le traicione el subcosciente cuando se trata de evitarle un mal a nuestro "polluelo".
    Me encanta es sr.potato. Quién dice que no sabes dibujar? A mi me parece que te ha quedado muy resultón.
    Por cierto se va directo a mi tablero de pinterest, en cuanto tenga un momentito te copio la idea

  3. Yo una vez le disloqué la muñeca a una niña de tres años al despertarla de la siesta y ni siquiera era mi hija, así que imagínate qué cara desencajada la mía cuando tuve que decírselo a la mamá. Se arregló fácil, sin ir al médico, por suerte, porque la niña era muy dada a ese tipo de cosas y la madre sabía lo que tenía que hacer.

    Me alegro de que lo tuyo no haya sido nada!

  4. Son cosas que ocurren, a mi sobrino también le pasó, en este caso jugando, pero al fin de cuentas es lo mismo…
    Esa preocupación y ese interrumpir todo para salir pintando al hospital es inevitable.
    Es curioso cuando escuchas ese llanto que sabes que es diferente,,,

    Un besito y me alegro que todo quedara en eso, un pequeño sustito, algo que contarle cuando sea un poco mayor.

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