Para bien.. siempre para bien

Con mi amor y tus recesos
Tus delirios y accidentes
Tu dolor y mis tropiezos
Tus colirios mis pendientes
Con tu falda arremangada
Con mi angustia recurrente
Con tu espalda en tres almohadas
Y mi astucia haciendo un puente
Tu pezón amenazando
Y mi boca haciendo fiesta
Un colchón de contrabando
Y la ropa haciendo siesta
Para bien o para mal/Ricardo Arjona
Y hace calor.. y esto nos vale de excusa…
Y hoy es viernes, y mañana no hay que madrugar.. ¿y si no nos acostamos?
Quiero perderte en mis dominios, para poder dedicar tiempo a encontrarte, festejar nuestro encuentro, y brindar por el tiempo que empleamos..

Fin de Semana productivo

Después de una semana intensa, agotadora y cansina. Decidí darme un descanso.
El viernes tarde me dediqué a adecentar el piso, que buena falta le hacía. A la mañana del sábado estaba todo en su sitio, sin polvo acumulado y con buen olor..
Lo único que me quedó pendiente fue Troylo… él aún no entiende que hay que pasar por la bañera, y cada vez que lo he intentado sola, acabo como si me hubiera metido en una jaula llena de leones hambrientos, se me hace increíble entender cómo es capaz de revolverse de esa forma y salir sin nada roto. Seguiremos en el intento de la enseñanza.
El sábado a la tarde mi cuerpo seguía revuelto, incómodo, molesto..
Aún se me hace difícil entender que no todo sale según lo previsto, que a veces hay factores que influyen en el planeamiento original, y que no se le puede echar la culpa a nadie, y que hay que aceptarlo según viene.. Aún se me hace difícil, aún estoy madurando, supongo.
Después de un pequeño ritual de tranquilidad y de una llamada telefónica, parece que empiezo a entender, a aceptar.
Me regalé la noche del sábado. Me dediqué a poner los botones de mi colcha rápida, aquella que cosí en una noche de insomnio, una noche de espera. Con Ángel Ravelo cantandome “Atasco emocional” de fondo.
Llegado el domingo, estaba ya descansada. Echaba de menos no despertarme con el sonido de una guitarra, con los versos de una canción. Así que sin abrir bien los ojos, dando traspiés por el pasillo, encendí el pc y le di al play. Oceransky me cantó. Ni si quiera me acordaba que era ese disco el que estaba allí. Empezar una mañana de domingo cantando “Volver a perdernos” es una hecho inequívoco de que las cosas van como se supone que deben ir, sin pedir cuentas, sin exigir.. dejándonos llevar, con lo que el tiempo trae.
Y así me pasé el domingo, escuchando a Ocernasky y terminando de ensamblar mi Lone Star.. otro quilt que también tiene banda sonora.

Canciones

I don’t wanna close my eyes
I don’t wanna fall asleep
Cause I’d miss you, baby
And I don’t wanna miss a thing
Cause even when I dream of you
The sweetest dream will never do
I’d still miss you, baby
And I don’t wanna miss a thing

Me tienes la mano apretando en el arnés
Me tienes de espalda en la pared
Me tienes colgado del alambre y no pusiste red
Aunque no lo quiera sigo amándote ya ves
I want somebody to share
Share the rest of my life
Share my innermost thoughts
Know my intimate details
Someone who will stand by my side
And give me support
And in return
Shell get my support
She will listen to me
When I want to speak
Pero…. todo eso.. no son mas que canciones…..

Y si no es felicidad… qué es???

Mañana no tengo que ir a trabajar.
Me he abierto una botella de vino rosado El Coto. Me he hecho un bolsa de palomitas y la he aliñado con Butter herbs and jalapeño. Sé que la combinación no tiene mucho glamour, pero eso es lo que me apetecía.
Me he bebido media botella de vino y me he comido todas las palomitas, mientras visitaba algunos de los blogs amigos.
Ahora me acompaña una sensación de bienestar, de seguridad, cierta lascivia y algo de hedonismo…
Mañana sé que la cabeza hará honor a su presencia y peso, en forma de pesadez, pero me de igual, la felicidad que siento en este momento no hay quien me la quite.
Tengo que acordarme de Ángel, que me hizo reconocer que estos momentos, aún viviendolos solo, son pura felicidad!

Eso que siento… es egoísmo

Es un día normal, un día cualquiera.. y al sonar el teléfono, deja de serlo. Ya todo es distinto, ya solamente el sonido de la voz al otro lado del hilo telefónico te está anunciando que la tranquilidad con la que descolgaste se esfumó. Y luchas con garras invisibles para atrapar aunque sea la esencia del momento anterior, de ese que ya se fue, para intentar restaurarlo, para volver a poner todo en su lugar.
Siempre al principio, las cosas parecen peor de lo que realmente son después.
Dos coches que chocan, mucho ruido, poca información, mucha confusión … y siempre al hospital.
El diagnóstico no es el peor, aún así sería mucho mejor no tener que dar gracias por ello.
Cuatro horas de quirófano, y ahora veintycuatro horas de observación.
Ya pasaron, y la evolución es favorable. Ahora parece que todo está más claro, más tranquilo.
Sin embargo yo no puedo quitarme esta angustia del pecho. La sensación de sentir que pierdes a los mayores de la familia no es agradable, aún pensando que son mayores, y que esto es ley de vida.
No quiero perderlos, no quiero perder a ninguno de ellos, aunque tengan arrugas, aunque tengan canas, aunque tenga que hablarles a gritos para que me escuchen.. Lo sé, es puro egoísmo por mi parte, pero es que siento que aún no es el momento de pensar en ellos y tener que “recordar” como eran.. Sé que me engaño, y sé que ese momento no es cuestión de que llegue, porque para mí no será nunca el tiempo de que se vayan. Y todo esto ha venido a remover las cosas que tengo por dentro y que quieren salir, pero que yo me empeño en ocultar, para no tener que afrontar que el tiempo pasa, y que todos envejecemos. Y que en alguna de esas llamadas me dirán que ya no es al hospital donde tenemos que ir.
Y no sé que hacer para tranquilizarme y para aceptar que eso que temo, tendrá que llegar, porque así es como está establecido.. Y aunque lo piense, y lo medite, y me diga que no me adelante a los acontecimientos.. el miedo que siento por ese momento, no se me quita.

Necesito…

harta cansada agobiada harta cansada agobiada harta cansada agobiada harta cansada agobiada harta cansada agobiada harta cansada agobiada harta cansada agobiada harta cansada

¿Hay alguna duda de cómo me siento?.
Necesito: dormir 15h seguidas; coser todo el rato que dure la película Memorias de una Geisha; comerme unos mejillones del Enyesque; que mis brazos vuelvan a su sitio y me arropen como saben para que me quede dormida; que haya luna llena para sacar mi escoba y volar un rato.

Cantando.. pero sin sentarme

Cada día encuentro más motivos
para estar a bien conmigo,
para quitarme el disfraz.
Saludo con versos al futuro,
y recito algún conjuro
que me de seguridad.
Y ya que la vida son tres días,
no reservé energía,
pues se va a acabar igual.
He aprendido a saborear el vino
a entender que hay mil caminos
que aún están por explorar….
…..
Ya sé que los sueños, sueños son,
pero no he podido evitarlo
y me he sentado aquí a seguir soñando
porque al fin y al cabo, el rumbo lo elijo yo..
Corren tiempos en los que la prisa
nos apaga la sonrisa
y nos somete a su crueldad.

Hay veces que escuchas una canción, y de pronto te sientes como si te hubieras inyectado tres cafés extra fuertes.. o te hubieras metido un chute de adrenalina. Es decir, que tus pies no pueden estar quietos, tu cuerpo tampoco, y tu mente.. tu mente trabaja a mil por hora hallando la solución de muchas cuestiones sin resolver.
A medida que la escuchas, vas prestando atención a la letra, y vas tomando conciencia de lo que dice, de que lo que estás oyendo puede tener el poder (si tu te permites la licencia de dárselo) de cambiar muchas cosas, entre ellas, la visión y aceptación que puedas tener de tu vida, y de la forma en que la llevas a cabo.
Llevo varios días oyendo una canción así. Se llama Sentado en la Escalera, y es de Ángel Ravelo.
Realmente esta canción a mí me invita a seguir, a andar, casi que a echar a correr, más que sentarme en la escalera.
Esta canción se encuentra dentro de su último disco. La orquestación, no deja dudas del trabajo bien hecho, con cabeza y con corazón. Y parte de la letra, pues ahí la tienen.

Calma total

El tiempo se fue acortando, tanto como la distancia.. Y por fin, ambas cosas se hicieron cero.
Y después de dos días en montaña rusa, llegó también el momento de bajar, pero no al suelo.
De pronto es difícil cambiar la rutina, y dejar de ser solo uno.. admitir que ahora soy uno más uno, más Troylo, claro, que está presente en cada paso, en cada conversación.
Situarnos en esa ansiada calma, donde las cosas que no son habituales se den de forma natural.
Volver a comer sin mirar el plato, sin pensar en nada. Saborear cada bocado, y mirarme de frente en el espejo de nuevo.
Hay pocas cosas que me satisfagan tanto como cocinar para él, y sorprenderle en cada platillo, así sea un plato elaboradísimo, o simplemente un picoteo rápido.
Todo lo mira, y lo saborea como si fuera una receta sacada de El Bulli, y hubiera sido el mismísimo Ferrán Adriá quien lo hubiera hecho. Lo agradece y lo alaba de la misma manera.
Me gusta la calma, me gusta esta rutina poco común en mi vida, pero que tal parece que siempre haya estado así.

Su primera carta

Ayer estaba en casa de mis padres, cuando llegó mi hermana pequeña con una sonrisa de oreja a oreja. Llevaba en la mano un sobre con una letra que reconocí de inmediato.
Mi otra hermana le había mandado un sobre con una pequeña cartita manuscrita, y un cd con una compilación de música que le había hecho, para que la peque vaya haciendo oído, pero esa es otra historia..
Le caso es que la peque estaba tan contenta, porque era la primera carta que recibía en su vida. Nadie le había escrito nunca, afortunadamente el banco, hacienda, y la seguridad social, aún no la tienen fichada.
Y claro, ante este hecho, no pude sino alegrarme y recordar lo emocionante que es recibir una carta o un paquete. Tomarlo en las manos, observar cuidadosamente la letra.. darle vueltas para verlo bien por todos lados, incluso olerlo… Si viene acompañado de una carta manuscrita, el placer se multiplica.
Recuerdo que cuando yo tenía su edad, recibía periódicas cartas de amistades que hoy en día no sé ni dónde están, ni qué habrá sido de ellos, (bueno, de algunos sí que sé). Era nuestro medio de contacto. Tenía controlado hasta el ruido de la moto que traía el cartero. Hoy, recibo mails, que no cartas, y aunque algunos los leo y releo como hacía con las cartas, tengo que decir que no es lo mismo.. el no poder analizar la caligrafía, el papel, el sello.. se pierde una buena parte del placer de la comunicación entre dos personas que se encuentran lejos.
Ahora en mi buzón físico no llegan más que facturas, los recibos del banco, y demasiada publicidad… Y cuando me altero mucho, y me desquicio un poco de ver mi buzón tan vacío, compro cosas por internet.
Ya son horas, horas… solo horas. (y cuanto más lo repito, más largas se me hacen)

Nuevo jefe.. Peores condiciones

Después de una especie de maremoto vivido en la empresa donde trabajo, donde inicialmente todos ibamos a resultar víctimas, ahora se respira cierta calma, parece que ambos socios han llegado a una posible solución para la supervivencia de esta explotación.
Uno de ellos vende su parte al otro.
Inicialmente me temí lo peor, porque el que ahora se queda con todo, es una persona sin motivación, sin empuje, y sin mucha decisión.
Está bien montado porque le viene de atrás no porque él haya conseguido grandes logros en el mundo empresarial.
Ya llevamos 15 días trabajando bajo la dirección de este nuevo dueño-jefe… y el panorama sigue siendo desalentador.
En lo que a mi me compete, la situación ha cambiado con cierta notoriedad, porque ahora me tengo que hacer cargo de una serie de cosas que a parte de no ser de mi gusto, estoy convencida que no debo ser yo quien las haga. Cosas como tener que llamar en su nombre a proveedores y negociar otra forma de pago…
Después de analizarlo durante estos días me doy cuenta de una cosa… Realmente este no es un hombre.. No es un señor de verdad, que afronta los problemas y que va de cara.. Todo lo contrario. Es escurridizo, no es honesto, y está acostumbrado a que le hagan el trabajo sucio.
Por eso ahora entiendo cosas que dicen entre dientes los proveedores, algunos clientes…
Y no hay cosa que más odie en este mundo que esto, personas que no hacen las cosas como deben.
Y hoy, a solo 2 días, del día D, del día del encuentro. Sigo muy nerviosa, aunque ya la distacia se ha acortado, y los teléfonos empiezan a humear.
Estos días he estado tremendamente nerviosa, ansiosa, angustiada.. He pasado unas noches en blanco. Decidí emplear las noches de insomnio en algo productivo. Así que metí cutter a mis telas, engrasé la máquina, y he hecho un nuevo quilt.
Está a punto de terminarse, así que este nuevo encuentro estará abrigado por este nuevo proyecto.