Perseverancia, constancia, y Ben Harper

Cuatro intentos más, todos sin resultados satisfactorios. La frustración dejaba paso a la ira.
Pero entonces, vino mi amiga alemana, con la receta memorizada. Y el resultado fue un éxito total.
Tendría que seguir investigando, aunque estoy completamente segura, que hay dos variables que pueden haber influido de forma decisiva en todos mis experimentos fallidos.
Según el recetario, la levadura (he usado la granulada, ahora la cambié por levadura fresca) ha de disolverse en agua, a temperatura 37º. Según la nueva receta, el agua está a temperatura ambiente. Cambiando estas dos cosas, la masa ha salido para chuparse los dedos. La verdad, ahora que tengo la receta, estoy por mandar el libro a la mesa coja del salón, creo que no sirva para mucho más.
Si en el tercer intento, no hubiera seguido, seguiría con esa espinita clavada de las masas y yo. Perseverar, no debe olvidárseme.
El esto del sábado, estuve haciendo cosas varias.
Como hacer unas cortinas para una cocina. Hago patchwork desde hace más de 14 años, pero lo de la costura doméstica, no es que me haya entusiasmado demasiado nunca, sin embargo, tengo que admitir, que ha sido divertido, aunque el resultado final no haya sido del todo de mi gusto.
Ya tengo claro cómo hacerlas para que queden bien, así que esa tarea la acometeré próximamente, porque ahora tengo entre manos unos calcetines, un vestido de bebé, y tres camisetas con aplicaciones… y las obligaciones se me acumulan. Tengo la agenda bien armada, solo tengo que seguir en un punto, ser constante con el trabajo y los planes, llegaré a tiempo a todo.
Ahora que me cuido más, y que empiezo a saborear como por arte de magia ciertos platos, no puedo pasar por alto la cena del sábado.
Un cochinillo asado, al que le vi la cara de casualidad de pasada. Si me quedo mirándolo un poco más no me lo hubiera comido. Yo también estoy de acuerdo con aquella personaje de Friends, que decía que no comía nada que tuviera cara. Yo lo cambio, y digo que no comeré nada de lo que antes haya visto su cara.
El cochinillo estaba espectacular, tierno, jugoso, y sabroso.
Sigo trabajando, dejando de lado las amenazas ficticias, La Punset me está ayudando bastante. Y para darle ritmo a todo lo que estoy acometiendo, está Ben Harper, colocando acordes con sentido, y letras que quitan el aire: White lies for dark times. Me entran directas a la vena estas letras, y me dejan anestesiada, será que yo también encontré mi vía de escape?

Intento 1: masa 0

Aún no lo entiendo.
Hace varios meses que me deleito en la cocina con mi adorada Thermo. Nuestra relación es estupenda, natural, tranquila, y deliciosa.
Normalmente me guío por el minichef que albergo dentro, y voy improvisando recetas.
Me doy cuenta que a mí lo que más me guste en la vida es improvisar, aunque muchas veces el miedo me paralice. Por eso leo por encima cualquier patrón, cualquier receta, cualquier instrucción.. Menos los manuales de aparatos eléctricos, eso lo leo de principio a fin, supongo que para darle valor al pobre que lo hizo. Me dediqué casi tres años a elaborar manuales de uso, y sé el trabajo que dan.
La cuestión, es que anoche quería cenar pizza. Y no quería una pizza cualquiera, quería una hand-home-made pizza.
Qué ñhgajkhgjfdlhjaglhfdsjglahkjsd me pasa con las masas?????
Seguí las instrucciones con cantidades al pie de la letra del libro. El resultado fue una masa pegajosa, nada apetecible y muy grande que fue directa al cubo de la basura.
Tal mal rollo me dio, que ni foto saqué.
Esta noche voy a por el segundo intento. Y esta vez, voy a improvisar.

Tejiendo en BocaBarranco

Después de un fin de semana, donde se me hincharon los ojos de tanto leer, decidí que sería buen momento, para poner mis pensamientos en estado off, y dedicarme a tejer.
A veces, debo hablar menos, pensar menos aún, y solo dejar que mis manos hagan. Ellas también hablan a su manera, y a veces, lo hacen bastante bien.
Sara, llegó al mundo hace un poco más de mes y medio. Tengo unas ganas tremendas de conocerla. Actualmente vive en Toulousse, pero mañana estará en Gran Canaria, por un tiempo indefinido. Tengo el firme propósito de verla mucho, a ella, y a la mamá, claro.
Nunca me ha llamado la atención, tejer para bebés. Algo está cambiando, porque de pronto todos los patrones me llaman la atención. En casa tenía Katia Mississippi matizada, y un patrón Little girl dress. Por el tamaño que va tomando, creo que Sara, lo va a lucir para la primavera.
Es fácil, y bastante ameno de tejer.
Hoy he seguido dándole forma, tejiendo unas vueltitas en Boca Barranco. He tardado un año, bueno, el difícil acceso que antes había me ayudó a no poder transitarla cómodamente. Hoy la he inaugurado, y sé que vamos a hacernos buenos amigos, ese banco de hormigón y yo.
Hoy el día está fresco, pero hace un Sol y hay una luz, que alimenta el espíritu. Aunque yo, para eso tengo las páginas del último libro de Elsa Punset, que como el anterior, no tienen desperdicio ni los espacios en blanco.

Libro 1 (2010): La mecánica del corazón

Ví la portada y no pude resistirme.
Sabía que dentro iba a encontrar muchos diminutos espejos en los que mirarme y comprenderme mejor.
Imaginar la estética del relato, es inmiscuirse de forma inevitable en una película de Tim Burton. Es surrealista, estrafalario, un poco cursi, pero irrmediablemente cercano, ni siquiera con una prótesis como corazón, estamos a salvo de sentir, y por extensión, sufrir.
En la noche más fría del mundo, nace Jack, con tanto frío su corazón no late, está helado.
Su madre adoptiva, una mezcla entre bruja, matrona, madre estéril y mujer extraña, le injerta un reloj de cuco para que su corazón vuelva a latir.
Como manual de instrucciones le recomienda:
– No toques las agujas de tu reloj.
– Controla tu ira.
– Jamás de los jamases te enamores.
Como toca esperar, es imposible seguir al pie de la letra las instrucciones que se le piden.
La historia me ha hecho reír, me ha puesto a punto la imaginación, me ha sacado más de una lágrima, y me ha devuelto al gris mundo de la resignación: haga lo que haga, nunca estaré exenta de sentir (sufrir).
Dándo al traste con todas mis hipótesis de que sin corazón u órgano emotivo, sería más feliz.
Buena lectura, buen lenguaje, buen ratito de distracción. Ahora a esperar la peli.

Asomando la cabeza, haciendo recuento y resumen

Las Navidades, de unos años para acá, para mí, son un tiempo extraño. A veces las recibo con enorme alegría, a veces se van acercando como elefantes, cayéndome encima con todo su peso.
Es una incógnita de qué forma las recibo hasta que prácticamente las tengo encima.
Este año, a parte de ser una incógnita por lo habitual, eran una incógnita porque iban a ser muy diferentes a lo vivido hasta ahora.
Para empezar, no estuve con mi familia sanguínea el día 24. Lo pasé rodeada de losAlemán (familia postiza de acogida), a miles de kilómetros de casa, y a casi 0ºC.
Nos sumergimos en un cuento, donde la niña que tengo dentro, y que juega poco normalmente, se volvió loca. Con LaConsentida, y ElSobri nos hicimos tres niños que no paramos de corretear, caminar y hacer colas en EuroDisney. A parte de divertirme como pocas veces lo he hecho en mi vida, de pasar muchísimo frío, de reír mucho, y de llorar de felicidad… me traje claras ideas de lo que quiero para mi, y de cuál es el camino en que debo orientarme.

Yo pensaba que Papá Noel estaba por Laponia, o por esas tierras del Norte, pero me equivoqué. Estaba en París, dentro del parque. Hicimos una gran cola, para poder llegar a ese enorme sillón y decirle al oído que no me había dado tiempo a escribirle una carta como Dios manda, pero que le hacía un resumen rapidito de lo que este año se me antojaba. Me escuchó pacientemente, y me dijo a todo que sí, que el año tiene 12 meses, y que todo lo que pedía me iba a llegar, que solo tuviera un poquito de paciencia. Lo dijo tan bajito, que me olvidé, y ya a primeros de año empecé a no hacerle caso. (Nota mental: auto-reprimenda para auto-reconducirme).

El año lo rompí, como dice LaMami, en Fuerte, con mi familia de sangre. Creo que después de mucho, mucho tiempo, ver una mesa llena de comida no me supuso ningún desarreglo mental, ni físico, ni psíquico. Lo que valoro enormemente aunque parezca un detalle sin importancia.
Fue una buena salida, con una buena entrada. Con rituales mágicos como manda la creencia, con el pie derecho delante del izquierdo, y con señales por todos lados. Sí, este año, aunque parezca igual al que se fue, va a tener sus diferencias.
Y para terminar estos días de fiesta y locura, terminé con un día de Reyes que nunca imaginé. Mientras días atrás me hacía hueco en una concha de mejillón, adelantándome a los acontecimientos venideros, me vi de pronto rodeada de Alemanes, con gritos, rotura de papeles, apertura de regalos, comida deliciosa, risas espontáneas y unas copitas de vino que me sentaron bastante bien.
Regalos??? Sí, también para mí. Tengo una cámara de fotos nueva, que es una delicia. Tengo un monstruo de las galletas que ha de acompañarme cada noche, y tengo también un montón de letras para entretenerme en el tiempo que las agujas me dejen libre, que llevo dos días, tejiendo como una loca.

Con permiso

Señor Mejillón, me da usted permiso para hospedarme dentro de su concha?
Sí?
Gracias, es usted muy amable.
Es la mejor manera de hibernar, supongo, usted si que tiene suerte, que es capaz de fabricar solito tremendo búnker en el que aislarse.
No se preocupe, ocupo poco, soy sigilosa, y poco molesta.
No notará que estoy aquí.

Debe ser..

Debe ser que me he portado bien, muy bien, porque la verdad, es que aún no tengo el espíritu navideño propio para las fechas en las que estamos, y a mí, ya me están llegando regalos.
El sábado por la tarde, y aunque la entrega la hizo Mi realizador de deseos oficial, el regalo venía directamente de Oriente, de sus Majestades los Reyes Magos, así me lo hicieron saber.
El regalo consistía en una cámara fotográfica, esa que me he cansado de anhelar…
Estoy contenta como unas castañuelas!!
Ayer domingo, y para cumplir con lo que me comprometo, (Nota mental, debo comprometerme yo y no arrastrar a los demás, aunque en el fondo también lo pasan bien, o no?), me dieron una excursión por la parte montañosa de la isla, con concierto de banda al aire libre y todo. Descubrí Artenara, desde donde se tienen esas fabulosas vistas, que pude captar gracias a mi juguetito nuevo. Poco a poco me estoy enamorando de este paisaje, y de esta isla que tiene tantísimo que ofrecer.
Debe ser que voy acomodándome en este nuevo lugar, o que me voy haciendo yo al lugar que ahora estoy ocupando, pero poco a poco me voy sintiendo cada vez mejor y, a ratos, hasta tranquila.
Debe ser que las agujas me ayudan. Cada vez que leo las noticias y veo lo de la oleada de frío, pensando también donde voy a pasar los próximos días, y con el pensamiento de: “que nadie pase frío”, me ha entrado un ataque compulsivo tejeril. En mi primer fin de semana de vacaciones, he tejido dos pares de calcetines, un cowl, un gorro, y otros dos pares de manoplas.

Es la primera vez que tejo manoplas para bebé. Pero no tuve dudas en cuanto llegué a casa después de hacerle una visita a este niño. Creo que es el bebé más sonriente que he visto, tan chiquitito, y de tan buen humor.. Debe ser que ahora me fijo en cosas que antes no reparaba.
Debe ser, que hoy, con la maleta a medias, con un día lluvioso, con frío, y aún sin desayunar veo casi todo más claro, y me estoy sintiendo como debo sentirme..
Debe ser, que estoy empezando a ser feliz?

Socks for everybody

Oficialmente estoy de vacaciones. Para celebrarlo, mi cuerpo ha decidido darle alojamiento y pensión completa a una serie de bacterias bastante molestas, que me han tenido dos días de la cama al sillón, y del sillón a la cama. Sin fuerzas ni para toser y poder expulsar a un par de ellas de cada vez.
Hoy me he levantado con fuerzas, y he pensado que estoy cansada de estar enferma, que estoy de vacaciones, después de un año de trabajo tremendamente duro, así que reuniendo todo el valor, el coraje y la fuerza que soy capaz de albergar en este cuerpo, he iniciado un desalojo, desahucio, o exorcismo.. cualquiera de las tres me sirve, porque el resultado en todos los casos es que estaré libre de bacterias, viruses, y demás organismos molestos.
Mientras tanto sigo tejiendo. Calcetines para todo el mundo, y como no es suficiente hacerlos de uno en uno, los voy haciendo de dos en dos. Lo mío es puro vicio.

Rosa princesa, oscuro vampiro

Aunque no lo parezca, estos días donde no hago otra cosa que soñar con las vacaciones, y para no volverme loca con los días de trabajo que me quedan, voy dándole a las agujas de forma frenética.
Ayer, terminé el segundo par de Bella’s Mittens. Los dos están tejidos con la calidad Perú de Katia. Los rosas, obviamente para mí, que estoy en una etapa permantente de rosa – princesa, y los azul marino para la sobrina mayor de ElTécnico, que anda atravesando una etapa un tanto oscura – vampírica.
La única variación sobre el patrón que hice, fue tejer con distinto número de agujas. Las mías, y dado el tamaño de mis manitas, las tejí con un nº4, y quedaron perfectas. Las otras las tejí con un nº 4,5 que creo que son la talla de la sobrina.
Es asombroso ver cómo cambia una talla solo con reducir un punto el número de las agujas, ahorrándote todos los cálculos que supondría adaptar el patrón a tu tamaño.
También terminé ayer, el primer regalo de Navidad, que este año de nuevo van a ser Home-Hand-Made; y ya me puse con el segundo. Obvio no puedo poner fotos.
A cambio, muestro mi segundo tattoo, que aunque no llegó al tono rojo del primero ha pasado por una etapa de indecisión entre me infesto – no me infesto. Afortunadamente, ya está casi curado y no molesta.

Tengo ganas de gritar

De unos días para acá, digamos que demasiados días, estoy sintiendo la presión constante de una fuerza incontrolable que sube por mi esófago, proviniente de mi estómago, y que se queda en la garganta, esperando la autorización para salir.
Como sé de qué tipo de fuerza incontrolable se trata, y conozco bien sus consecuencias, le niego la salida una y otra vez.
Siempre me veo obligada a hacerlo, porque luego se desata la furia, y ya no vuelvo a ser yo en un par de días.
He hecho un análisis concienzudo sobre este estado que me ataca. Las motivaciones que lo causan son siempre las mismas: el sentimiento de control.
Yo quiero y tengo MIS cosas bajo control, pero no puedo soportar que venga alguien a querer controlarlo por mí.
Preguntas cómo: y por qué tus trabajadores están haciendo eso?, y por qué tu encargado tardó tanto en hacer lo otro?, y por qué saliste tan pronto?, y por qué saliste tan tarde?, y qué estás haciendo ahora?
O insinuaciones cómo: ahora tendrías que mandarles a hacer esto, o ahora tendrías que exigirles lo otro, o luego tienes que enfadarte porque hablan mientras trabajan..
.. hace que se me suba el azúcar, la bilirrubina, y la tensión.
Debería respirar hondo, canalizar mi furia, poner cara de sonrisa, y decir a todo que sí…
Aunque lo único que me sale es: déjame en paz!!