Normalmente tejo con las Denise, o las Knit-Pro. Tengo también algunas agujas circulares de bambú sin marca ni origen, solo recuerdo haberlas comprado por ebay en un país asiático, no sé cuál.
Cuando empecé este Little dress, con katia merino babies, necesitaba unas agujas circulares muy pequeñas. No tenía en casa, así que compré. Son unas pony nº2,5.
Tengo que decirlo, creo que las odio. Ya llevo más de la mitad de la labor, y sigue siendo un sufrimiento tejer con ellas.
Cuestión que me ha llevado a indagar en el motivo, llegando a la conclusión de la importancia del diseño.
Estas agujas no son funcionales ni prácticas por varios motivos. Uno de ellos es que el cable es demasiado largo, lo que no es totalmente significativo, porque los puntos se desplazan a través de él. El segundo motivo, es que no son totalmente rectas, tienen un ángulo de curvatura unos 7cm antes del cable. Esto nos llevaría a pensar que tal vez sería para ayudar a la labor de desplazamiento de los puntos. Error.
Los puntos no corren libremente por la aguja, sino que este ángulo es demasiado agudo, y los puntos se atascan ahí.
Pero el motivo más importante por el cuál estas agujas son una m****a, es que son muy largas.
Las agujas circulares deberían medir en torno a los 10-13cm, y luego el cable que sea lo largo que se quiera. Estas agujas miden casi 20cm con su ángulo de curvatura, lo que las hace totalmente disfuncionales.
A ver, señores de pony needles, quién les está diseñando sus agujas????
Quien quiera que lo haya hecho, sabe tanto de tejer como los escarabajos peloteros.
Lo de la ingeniería, el diseño y la necesidad de llegar al por qué de cada cosa, en mí, ya me viene en la cadena de ADN.
Estoy pensando seriamente en dedicarme a diseñar agujas para tejer.. a que me hago con el mercado?.
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Libro 2 (2010): El Desencuentro
Lo terminé de leer hace aproximadamente un mes.
Me gusta este libro, no, más bien, me encanta este libro.
Lo habré leído unas seis o siete veces, y todas las veces me sorprende, me cautiva, y me impresiona.
Es una historia melancólica, puede que triste, y también un poco desesperanzadora.
Pero la forma en la que está contada, la hace muy llevadera.
Puede que la palabra que más se me viene a la mente, en cuanto termino de leerlo, es resignación.
Qué palabra tan fea.
Como digo, he perdido la cuenta de las veces que lo he leído, lo que tengo claro, es que volveré a hacerlo.
Lo que se ve por fuera
Fin de semana… me gusta resumir
– Operación de menisco roto, que no estaba roto. Acompañando a ElTécnico durante su intervención. Me gusta la labor de acompañante.
– La espera la distraje tejiendo y a ratos jugando con la cámara en el Hospital. Todavía no he descubierto todas las funciones que tiene esta cámara. Me gusta descubrir “juguetes”.
– Cocinando el domingo, para una familia entera. Estoy como niña con zapatos nuevos, haciendo masas en la Thermomix. Esta fue para una quiche de espinacas con queso azul. La devoramos antes de que pudiera sacarle fotos. Me gusta cocinar para muchas personas.– Me inicié en el mundo de la elaboración de croquetas, con bastante éxito. Me gusta ver como se acaba la comida que preparo, a golpes de mmmm..
– La primera foto que saco a unos gatos. Soy gatufóbica, pero de un tiempo a esta parte, verlos de lejos, yo en el coche, ellos detrás de una reja, puedo soportarlo. Me gusta observar sus movimientos.
– Retomé un libro, que antes dolía, y ahora se saborea. Me gusta leer en la cama.
Me gusta llegar al lunes con la sensación de haber hecho muchas cosas distintas que disfruto. Sentirme útil es uno de los mayores placeres que siento en estos días, son pequeñas cuerdas que me anclan a la realidad que tengo. Reunir estos momentos cotidianos es una buena manera que he descubierto para entretenerme, para distraerme y también para disfrutarme.
Reencuentro
Estaba entre los pasillos de Decathlon. De mal humor, no mas bien de capa caida. Triste.
Si, triste seria un buen adjetivo.
Y al dar la vuelta, dejando atras uno de esos pasillos llenos de maquinas diseñadas por torturadores enmascarados, la reencontre.
Tardamos unos segundos en asimilar quien era la persona que teniamos en frente.
Pasado el tiempo de reconocimiento, dimos lugar a la sonrisa.
Luego la alegria, tiempo ha que no nos vemos!
Dejamos las cosas alli, y ni siquiera pagamos. Hay mucho que contar, mucho para ponernos al dia.
Hacia tiempo que en mi cabeza, la echaba de menos. Siempre me ayudo, siempre nos entendimos bien, y ahora, estos dias, es un tiempo en el que la echaba en falta mucho.
Nos subimos a mi coche, y nos fuimos directas a nuestro cafe.
Charla, charla, charla, y tambien lluvia.
Parecia que el tiempo no habia pasado. Hemos tardado casi 4 horas en ponernos al dia.
Se nos volvio a olvidar comer. Pero no importa, hay tiempo.
Ya estamos otra vez sincronizadas. Es un alivio volver a contar con ella.
Oye
Tras un dia de batalla
Hace una semana que no hago otra cosa que esquivar golpes.
Golpes fisicos, golpes morales. Empiezo a estar lenta, porque hace un rato, me he dado uno tan gordo en la rodilla, que creo que me he roto el menisco.
Empiezo a creer que tengo alma de masoquista, porque mientras me encuentro en medio de toda esta batalla, me siento bien. Me siento vital, me siento en movimiento.
No puedo decir que estoy pletorica, porque para eso, aun me faltan las tildes.
Para olvidarme de la pelea que tengo durante el dia, me siento delante de un buen tazon de cafe con leche.
Sin remordimientos, pido un brownie, que mas que comer, devoro.
Y mientras, charlo y tejo.
Tal vez la vida sea otra cosa, o tal vez, la vida sea esto.
Sea como sea, de pronto, en medio de la batalla, sigo sintiendome bien.
Acumulando
Dos y viento
Marcar una cita, y ya le atenderemos
Hace dos semanas pedí cita a un taller oficial: mi coche tenía un problema en la dirección.
Me marcan la cita, para una semana después a primera hora de la mañana.
El día en cuestión, 1o minutos antes de la cita, llego al taller, y me dispongo a esperar.
Voy equipada con la DS, el punto, y mi libro.
Mi planteamiento mental era el siguiente: si me dan cita para una semana después, si el problema está diagnosticado, y todo funciona como se supone. Dos horas más tarde tendré mi coche arreglado. No me hacía falta tener alternativas, si todo funcionaba como debiera.
10 minutos después de la hora marcada, una señorita, me dice que ya está el coche recepcionado, que ya me avisarían para darme el presupuesto.
(Cara de ¿perdona?)
Yo: A mi me dieron cita hace una semana, cuándo me van a atender.
Asistente de taller: El coche está en el taller, pero estamos un poco saturadillos de trabajo, y no sé cuándo se lo podremos mirar para presupuestar. Una vez esté el presupuesto, y usted lo acepte, tendremos que mirar si tenemos el repuesto, puede no estar aquí, y tardaría en llegar desde 48h a una semana.
(Cara de: nono, tu no me estás entendiendo)
Yo: Hace una semana que tengo cita, cómo me dices que el coche puede estar aquí una semana más, si ya les había dicho qué le pasaba al coche y que solo hay que cambiar un tubito????
Asistente de taller: Es que hasta que el mecánico lo mire, no le puedo decir nada más.
Con cara de “mecagoentó” me fui del taller. Volví dos horas y media más tarde.
El coche seguía en el mismo sitio, de la misma forma, y el mecánico aún no sabía cuándo podría mirarlo.
(Cara de hgjlashjgflahjgkfaskljdf)
Yo: Me podrías devolver las llaves de mi coche? Me lo llevo a otro taller, donde lo arreglarán sobre la marcha, y el precio de la mano de obra es un 40% más barato.
Asistente de venta: ¿Quiere cita para otro día?
(Cara de descojono)
Yo: No, no, lo que quiero es la hoja de reclamaciones.
¿Para qué demonios me dieron una cita para una semana más tarde?.A la hora de pedir una cita, deberían decir: traiga el coche cuando usted quiera, que lo arreglaremos cuando podamos, así tu te organizas a tu manera..
Pero esto, así, de esta forma, solo lo debo de pensar yo. Está claro.
Lo mejor?. Un dia más tarde, me llaman desde el servicio oficial, para hacerme una encuesta acerca del trato y servicio recibido.
Como era de esperar, me explayé.