Tengo un teléfono semi nuevo, al que he vestido de rosita como prevención a posibles caídas y golpes.
Ayer, mientras caminabla por LaObra, con mi teléfono en la mano, recordé casi sin querer… (Los recuerdos son así, como cantaba Serrat.. vienen cuando uno no los llama), una temprana tarde de Agosto, de hace un año.
A mi teléfono llegó una llamada entrante de un número larguísimo.
Siempre que veía ese número en la pantalla, las mariposas revolotean ansiosas.
Me senté en el único rincón apartado de los ruidos de las radiales y traspaletas, y descolgué.
Emití un tímido: Sí?.
Y escuché: Oye… no dejes nunca de quererme.
Tan solo hace un año.. de verdad solo ha pasado un año?
Los recuerdos vienen cuando no los llamo. Hay recuerdos que no sé si son reales o producto de mi imaginación.
Las palabras, los deseos, las intenciones se convierten en recuerdos, y ahora, como decía García Márquez, qué hago ahora con esta piel de tigre.
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La seguridad de la inocencia
Me enseñaron a no escuchar conversaciones, pero a veces, es inevitable.
– ¿Quién es la reina, la princesa y la dueña de mi corazón?
– Yo papi.
– Sí, mi amor, tu.
Y después de eso, se queda tranquila, con la seguridad de que mañana papá volverá a por ella.
El tema tiene cola
..Y si polarizo la realidad?
Si es que las hay…
… aunque yo me empeñe en obviarlas, las hay. Señales digo.
Venía hoy con la mente dispersa después de muchas horas de cama, unas dormitando y otras pensando, en lo bien que he estado estos cuatro días.
Volver a casa siempre es un placer, pero hacerlo en Agosto, con el pueblo en fiesta, con todo lleno de gente (aunque siempre tengo el espíritu de Mr. Grinch poseyéndome, y haciéndome quejumbrosa), con toda la familia, y con un mar espectacular… es pura energía.
A veces, tengo que admitirlo, quiero seguir en mi estado de niña enfurruñada y seguir quejándome de lo mísera que es la vida, pero estando allí es imposible. Se caen los escudos, y se alinean los chakras, y entonces solo tengo que admitirlo.
¡Qué bien se está allí!
Pero no solo es eso… es que hoy me he propuesto hacer trinchera con esta sensación, seguir bien, enérgica, activa, y tranquila… tengo que buscar la manera de poder mantenerme así.
Entonces me ido dando una vuelta bloggeril, y el Sr.Anoniman, me ha dado la respuesta
En un ratito me tiro a volar
Diálogos
podría llenarte las manos de suspiros
podría dejar escapar las estrellas,
que guardé la otra noche.
Podría regalarte un abrazo,
un beso, una caricia.
Podría dejar que me prestaras
el lado izquierdo de tu trinchera,
y resguardarme del viento
del calor, y de los golpes, ahí.
Podría volver a fliparme
y repetirme, y contarte
que Pedro Salinas vivió 15 años,
un amor postal.
Podría esperar más quintos,
con cebolletas y papas fritas.
Pero hoy… solo te voy a decir,
que me encanta tu jardín.
Para responderte como debiera
tendría que liberar musas y duendes.
goznes, bisagras, cerraduras,
pomos y picaportes
no les abro la puerta de la realidad hace muchos años,
aunque siendo sincero creo que no les importa
Indispensable seria
deshacer encantamientos
atar dragones, emborrachar ogros
dar vacaciones a gigantes
despejar hiedras y telarañas
más complicado será
tapar trincheras y retirar defensas
limpiar campos de minas
retirar alambradas y toda la artillería.
Todo para responderte como debiera
Pero no quiero.
La pasión siempre duele.
Reincidente o repetitiva?
Mientras dejo que por dentro trabaje una cuadrilla bien formada de expertos estructuradores, por fuera trato de aparentar normalidad.
Dedico mis atenciones a lo de siempre: las lanas, las letras, la mar…
He vuelto a tejer otro Andrea’s. El tercero. Y ya en las agujas está el cuarto.
Se ha convertido en el detalle perfecto para LasNiñas.
Este chal es el ejemplo claro de una construcción de futuro. Se dedica tiempo a la cimentación (borde inferior), donde se sustentarán los pilares, (cuerpo del chal), y finalmente se vuelve a dedicar tiempo a la coronación o cubierta (borde superior).
Tengo una historia con poesía, un jardín en ciernes, un viaje de regreso,… y a john mayer, que no para de cantarme.
No sé si voy bien, no sé si este es el camino, pero sé que de momento, no me parece que esté/estoy mal.
Instrucciones para no perecer
- Empezar el día con un desayuno altamente calórico, acompañada por manos que tejen, corazones que instruyen, decisiones que no trascienden, quejas múltiples, y risas al por mayor.
- Leer en el parquedelamuerte, descubrir el poder de la intención, y poner en práctica cada preposición de este libro.
- Sacar las agujas y tejer. Tejer de manera compulsiva. Tejer de manera desesperada. Tejer de forma automática.
- Café. Café. Café. Con uñas azules, con hielo, con frío, con Sol, con lágrimas… y hasta con silencio.