Me sé bien la teoría, diría yo, que me la sé muy bien. Todo eso de no entrar en bucle en la queja, el pesimismo y la negatividad. Todo eso me lo sé al dedillo. También sé que solo hay que entrenar el ojo para encontrar la belleza o la enseñanza en cualquier situación. Y tan entrenado lo tengo, que bueno, me asombro cada dos pasos que doy, dentro y fuera de mi casa.
Esta mañana en mi paseo, en medio de un alisio que me llevaba de lado, vi de lejos un cuervo, que me fue persiguiendo todo el camino. Más que persiguiendo, diría yo que me fue acompañando. Me gustan mucho los cuervos. Y detrás de darme cuenta de que llevaba compañía, pude ver esta belleza de flor amarilla, en medio de grava 20-40. Sigo distinguiendo los áridos a la perfección, aún cuando hacen ya casi 15 años que dejé la cantera. ¿te acuerdas?. Qué cantidad de aventuras viví en ese volcán.
Voy caminando ciñéndome muy mucho a la teoría que tan bien me sé, pero me siento por dentro como una olla a presión. Y de pronto, me digo a mi misma que como no busque una válvula de escape, voy a salir explotando. Y por eso, he llegado a la conclusión, que este cuarto mío, que siempre fue como un cuarto de los gritos, donde yo venía aquí y vomitaba lo que me subía la presión, es el mejor sitio para hacerlo.
Así que… vómito va.
Estoy harta. En verdad, estoy muy harta. Estoy super harta. De la gente irresponsable que no toma decisiones, de la ausencia de responsabilidad, de todos esos caraculos que en lugar de tomar responsabilidad de sus cosas y tomar decisiones, tiran con poca elegancia la pelota a tu tejado, y salen palmeándose las manos. No sé si lo he expresado con suficiente claridad: no me gustan los irresponsables.
Y para mí es irresponsable aquel que no es consciente de qué situación vivimos, de los que se ponen la mascarilla por debajo de la barbilla, de los que van a la playa, acampan y allí hasta que se pone el sol. De los que oyen música a tope como si lo que ellos oyen tuviera que oírlo yo también. Todos esos que no respetan normas, o aquellos que como no está prohibido no son capaces de actuar con responsabilidad. Joder que harta estoy.
Estoy harta de tener que aguantar comentarios, ignorantadas y muchas reflexiones que no tienen ni pies ni cabeza, del cuñadismo más burdo. Estoy hasta el moño de los vecinos que no conviven, sino que acampan en edificios como si vivieran solos en una parcela de 10milmetros cuadrados. De la música para todo el vecindario, de los negocios irresponsables que abren puertas sin respetar normativas, y que salen impunes de cualquier tipo de denuncia.
Hasta más arriba del moño de los abusos, los machistas, los estúpidos que se sienten con la autoridad de mandarte, corregirte, o incluso ningunearte. De los gestores que no gestionan, de los que utilizan una cabeza de turco o una cortina de humo para no dar justificación a sus malas prácticas; y de los que siguen poniendo el euro por encima de los habitantes. ¡Yos! Que mala leche tengo.
Me doy cuenta de que aislada, estaba bien. Y feliz. Y podría seguir estándolo, si todos los que ahora no lo estamos, fueran solo, un poquito responsables.
Totalmente de acuerdo contigo…salvo una cosa, ¿por qué te molestan los que van a la playa y se quedan hasta que se pone el sol? supongo que en tu isla será diferente, pero aquí los de tierra adentro, cada vez que conseguimos disfrutar de un día de playa, lo exprimimos a tope.
En nuestro caso, madrugamos para no pillar caravana, llegamos a la playa sobre las 11-11.3o, plantamos sombrilla, toallas y nos damos el primer chapuzón, luego disfrutamos de la mañana, los peques entre la arena y las olas, nosotros sin quitarles ojo, medio leyendo, medio charlando, disfutando del sonido del mar y de la brisa salada… comemos en la toalla, gazpacho, tortilla, empanada, melón… sin dejar rastro en la arena, luego siesta y después otro baño … merienda tranquila mientras los rayos del sol van bajando y la playa se va quedando sin gente, recoger y salir otra vez a la carretera, rumbo a casa, al calor sin brisa, sin olas en las que refrescarse.
Los que no tenemos la suerte de vivir cerca del mar, aprovechamos los días de playa, porque no sabemos cuando será la próxima vez.
Entiendo lo que dices, me quejo de que aquí la playa la tenemos a escasos 10 minutos, y somos muchos. Entre turistas y locales, si vamos todos a la playa y estamos todo el día ahí, no hay distancia de seguridad que guardar.
Aquí ninguna playa está tan lejos como para hacer ese viaje tan largo, por eso deberíamos tener la consideración de estar un rato, y dejar espacio para que otro venga. 🙂