Hoy tenía pensado rociar por aquí un poco de purpurina y dejarme llevar por los tambores y los pitos. El Carnaval llegó y el mal tiempo también, así que todo está como debe.
La que no está ubicada parezco ser yo.
Hace unas semanas pasó por mis narices una oferta de empleo, yo estoy en mi sabático, pero no estoy ni tonta ni ciega, y si algo parece interesante pues voy y meto la nariz.
La cosa pintaba bien, así que ahí me postulé. Fueron pasando los días, y cada vez que se me venía a la cabeza la oferta, se me dibujaba una sonrisa, luego se quedaba en una mueca congelada, porque me ponía a pensar en la logística que tendría que organizar si superaba el proceso de selección.
Lo hablé con mi heredera, y a ella pareció gustarle la idea de tener que reorganizar nuestras rutinas si la cosa prosperaba.
Pasaron los días y los plazos se agotaron. Por cuestiones varias, como que esto es chico y aquí nos conocemos todos, me entero “que no hice las cosas bien” y la información que yo pretendí hacer llegar, se perdió por los vericuetos del ciberespacio. Voy a tener que revisarme seriamente mis conexiones, porque siempre son mis recursos, CV, y mails los que se quedan en no sé qué agujero negro de la red. Y ya van tres. Voy a interpretar esto como que el Universo me está diciendo: por aquí no.
¡Oh! (suspirito)
Dice MiGurú que decía no sé qué yogui, que: una ilusión = una desilusión. Lo que pasa es que en estos momentos de la vida: ¿qué es una raya más para un tigre?.
Así que, después de recibir el mail donde escuetamente me dicen que no hago las cosas bien, aunque ellos tampoco saben qué hice mal, apagué el teléfono y me fui a caminar.
De vuelta a casa, me encontré con una flor de las orquídeas que decidió que ella no. Primero me dio mucha pena, una plantloquer/lover entenderá esta tristeza. Luego di una vuelta por las demás, todas tienen flores, incluso esa misma vara sigue teniendo otras promesas.
Me pareció una gran metáfora de lo que había pasado esta mañana. Por una que no salió, hay diez que sí. De mí depende… como canta Fredi Leis.
Salí de nuevo de casa, y me compré flores, porque yo, sigo aquí, con mi piel de trigre bien rayada, y con una palabra que me pone contenta:
Recalculando.
Frase de señora mayor que se cruza la rebeca mientras cruza los brazos debajo del pecho “Eso es que no estaba para ti”. Es de esas frases manidas, pero que es pura verdad verdadera. Es muy difícil dejar las cosas fluir cuando una tiene algo en la cabeza. Así estoy yo ahora también, hasta en eso nos parecemos.