Desde niña el mes de Agosto me ha parecido siempre como estar de vacaciones, daba igual que tuviera que estudiar, o que ayudar en la tienda, o que trabajar como ahora. Durante el mes de Agosto, y más concretamente la última quincena coincidiendo con las fiestas del pueblo, me instalo desde hace mucho en El Cotillo, e intento disfrutar a tope de las horas libres que el trabajo me deja.
Después llega el final de la quincena, del mes y al mismo tiempo de las fiestas. Ese día para mí, casi es el peor día del año: el más triste. Y desde que tengo independencia móvil (esto es: coche) soy la primera en irme. Nunca he podido soportar cómo todo el mundo mete las maletas en los coches y se van yendo, en una larga caravana hacia sus casas. Me recuerda demasiado al último capítulo de Verano Azul.
Una vez más, ayer volví a irme la primera, creí que podría quedarme, pero al ir pasando las horas y ver que el momento se acercaba irremediablemente, salí corriendo, sí, es cierto, aún no puedo enfrentarme a alguno de mis fantasmas.
Y hoy, comienza una nueva semana, en la que de una vez, he decido organizarme. Lo primero rellenar la despensa, que de nuevo volvía a llorar. Preparar los menús de la semana, e ir organizando el trabajo del proyecto, que de nuevo me tiene empantanada.
Hoy para comer: Pollo Pensando. El nombre original es Pollo a la mantequilla, pero al ir haciendo la receta, me doy cuenta de que este ingrediente casi casi pasa desapercibido, por la cantidad que lleva y por el poco sabor que da. Así que como he variado ligeramente la receta también, me he creído que he inventado un pollo nuevo, y por lo tanto le he puesto nombre. El nombre tiene que ver con que escuchaba a Jorge Drexler mientras lo hacía, y a que llevo tarareando esta canción todo el día.
Por la ventana de aquel bar
Mirando a la gente afuera, ir y venir.
Causa y Efecto/Jorge Drexler
Final del verano, sombrillas que se cierran, partidas, regresos…
En el aire olor a despedidas y frente a tí el comienzo de la cuenta atrás que te llevará de nuevo a las puertas del verano.
Triste pero esperado siempre, es el momento que lleva a la reflexión y seguro que si lo acompañas con ese plato tan estupendo, todo tendrá un mejor sabor de boca. Un saludo.
El final para unos, el principio para otros… De cualquier forma te entiendo perfectamente, porque para mi el verano empieza cuando en el trabajo cambian el horario de salida y en vez de salir a las tres, lo hago a las dos, con lo cual puedo comer a una hora razonable y dedicarme a vaguear por las tardes. La arena, la verdad, es que este año la he tocado poquito, poquito, pero es que el tumulto de gente me agobia y en mayo y junio hizo demasiado frío por las aguas del norte de la isla. Septiembre se presenta “suavesito”, sin muchas estridencias. Sobre todo descansar, que me hace mucha falta. Con respecto a la banda sonora… no sé si sabrás, pequeña, que nuestro amigo Ismael saca disco este mes, con las consecuencias que ello implica… Supongo que habrá gira y más tarde o más temprano se dejará caer por aquí…
Súmale al pollo que piensa a otro pensante al leerte…
Si, soy yo.
Es el ciclo de la vida. Solo coger fuerzas para comenzar el año de nuevo.
No debería empezar el año en septiembre???
me encanta como disfrutas los momentos violeta… en verdad eso lo admiro!! te mando un abrazo amigaaa
el reencuentro? que te puedo decir? mira mi cara =D fue fenomenal!!