El sábado, antes de caer en brazos del temible virus de la amigdalitis, me levanté temprano, y me fui al mar.
Siempre me ha resultado tremendamente fácil, sentirme feliz al lado del mar. Es como si no necesitara de más nada para sentirme bien, feliz, completa… cuando me siento en la arena y miro de lejos esa masa de agua, que se mueve bajo su propio orden, me parece que todo está en su sitio.
Suelo recorrer el paseo entero, parándome de tanto en tanto, solo para deleitarme con el paisaje, y con el momento. Así estaba.. caminando.. parándome… sacando alguna foto.
De pronto miré al agua, y ahí estaba ella. Le calculo más de 60 años, por el pelo blanco y algunas líneas de su cara. Iba entrando al agua con decisión, y al tiempo con impaciencia. Como un niño, que desea fuertemente abrir un regalo pero el propio nerviosismo no le deja rasgar el papel.
Se mojaba la cara, el pelo, daba algunos pasos más. Se paraba, y esperaba que la ola llegara para saltarla. Desde donde estaba, pude oír sus risitas nerviosas. Estaba disfrutando al máximo ese baño madrugador.
Valiente, pensé.
Y al mismo tiempo me invadió un deseo, quiero llegar a los 60 y tener ese espíritu. Seguir teniendo ganas de bañarme en el mar, seguir sintiendo que me recargo con solo pasear por la playa, sentir, que como en ese instante, soy feliz no necesitando más que un trozo de mar.
De pronto, y sin venir a cuento, porque así son la mayoría de las ideas que me asaltan, pensé, que para tener ese espíritu a los 60, lo único que tengo que hacer es conservar la niña que tengo dentro hasta ese momento, y no perder nunca las ganas de jugar.
siempre me llaman las mujeres mayores que pasean por la playa en bañador y se meten en el agua, independientemente del frío que haga. están muy vivas.
también los hombres. ellos no están muy vivas. ellos están muy vivos.
: )
tus historias me parrecen tan cuotidianas y tan de este mundo en el que vivimos que me hacen sentir aqui, que es donde nos ha tocado vivir, besos
Serás así, porque ya eres. Quiero decir, ese tipo de emociones y de ganas nos acompañan siempre. Quienes parecen perder esa vida, es porque nunca la han tenido de verdad.
Me alegro de que estés ya bien…
Muchos besos.
Seguro que tú serás una de ellas…