My lunch partner

Hace varias semanas que ocupo un banco del paseo de La Garita a la hora de almorzar.
Las mismas semanas que vengo observando de lejos y muy tímidamente a un lagarto enorme. Se asoma a hacer lo mismo que hago yo con él, o sea observarme.
Las semanas han ido pasando, y a costa de observarnos de reojo cada día, hemos establecido una especie de vínculo: comer al Sol, varios días a la semana, une.
Le he puesto nombre: Juancho. Tengo un vago recuerdo de unos dibujos animados donde había un Lagarto Juancho. Es probable que nunca hayan existido estos dibujos y que sea producto de mi imaginación. De cualquier manera, creo que él se siente cómodo con el nombre.
Cuando llego, saco del bolso el tupper, y entonces empiezo a oír sus patas moverse, acercándose a una piedra más alta de forma que podamos observarnos cómodamente.
Mi tupper casi siempre contiene vegetales, él es un poco más carnívoro.
Mientras yo ingiero mis lechugas, él devora una o dos cucarachas, que supongo que ha cazado durante la mañana y las mantiene en un lugar fresco esperando la hora del almuerzo conmigo.
Ayer, otro lagarto, mucho más hostil, se acercó, supongo que o bien quiso apropiarse del botín de Juancho, o bien quería observarme. Como fuera, y con un par de movimientos rápidos y firmes, Juancho se impuso. El hostil huyó.

Nunca me han gustado mucho los reptiles. Con el tiempo, he dejado de lado esa especie de desagrado para mostrar solo desinterés. Creo que esto está cambiando, y al llegar el medio día, tengo ganas de verle aparecer, y observar qué tiene en su tupper cada día.

5 opiniones en “My lunch partner”

  1. Todo iba bien hasta que he leído lo del almuerzo de Juancho… 😛
    Prefiero los lagartos, las lagartijas, las salamandras, e incluso los ratones a las cucarachas… Esos biechos pueden conmigo!!!!!
    Por ciero, sí que existía el Lagarto Juancho. Yo, al menos, lo recuerdo…

  2. A mí siempre me han gustado las lagartijas.. me transmiten una especie de ternura (a saber el motivo). Dale saludos a Juancho, pero saludos majoreros, que estoy en tu tierra unos días de fisioterapia, playa y moras.
    Besos

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