En medio de las lanas, he hecho un huequito para volver a una de mis vías de escape más efectivas: acolchar.
Tengo un montón de quilts a medias a los que solo les falta el acolchado. En un primer repaso, me incliné por la vía rápida, y pasarlos por la máquina, lo que suele llamarse: para terminar pronto.
Pero en una segunda evaluación y teniendo en cuenta mi escasa práctica acolchando a máquina, he recapacitado. No voy a tener prisa por acabarlos, quiero disfrutar haciéndolo, y de paso, desestresarme y quitarme la “indignación” que de vez en cuando me invade.
Para estos tiempos, entre el petróleo que se acerca peligrosamente, los recortes que nos están asfixiando, y el poco horizonte que parece haber, me viene estupendo ir dando puntaditas, poco a poco, uniendo capas… Al rato de estar así, me parece que no todo está perdido, y que esta crisis tampoco va a poder con nosotras.
Para ponerme a acolchar, voy directa a mi cajita de útiles. Todos son imprescindibles para mí.
En la foto faltan las agujas. Utilizo unas de la marca Richard Hemming & Son, del nº11. Son pequeñitas, pero necesarias para que las puntadas salgan chiquitas.
Otra cosa que no se ve, es el bastidor, utensilio fundamental!. El mío es de plástico cuadrado. Tengo de dos medidas de 45 y de 65cm, dependiendo de lo que vaya a acolchar.
El dedal, es especial para acolchar, y es de plata. Casi que es una joya. Lo traje la primera vez que fui a Chicago, del Quilt Festival (2005).
Suelo utilizar hilo de acolchar de Guttermann, que es de algodón y está encerado. Para mí, es fundamental que esté encerado para acolchar, tanto que a veces la cera se pierde con las puntadas, para lo cual tengo el Thread Heaven, que es cera para el hilo.
Cuando la aguja se atasca, por las telas, o porque las manos sudan un poquito, los discos de goma, son la solución perfecta.
Después de ocultar el hilo entre la guata y la trasera, es necesario una tijera afilada. Es la misma que uso para el punto de cruz.
Otra cosa que viene muy bien, para no tener que marcar todas las líneas de acolchado con el rotulador, es una cinta de 1/4 de pulgada. La pegas donde quieres acolchar, y no tienes más que seguir el contorno. Es reutilizable, así que puedes pegarla varias veces.
Y ya, después de un buen rato de acolchado a mano, y de tener el dedo índice de la mano izquierda (que es el que coloco debajo, y por lo tanto el que alcanza todos los pinchazos) algo perjudicado, el mejor remedio es el Big Balm. Es una especie de grasita, con la que untas el dedo y que calma muy rápido.
Y así, puntada a puntada, olvidando todo lo negativo del día, voy acolchando el top que tengo entre manos.
En breve, irá bajando mi montaña de ufos, lo malo es que ya tengo una buena lista de otros tantos que quiero hacer… No tengo remedio.
Maravillosas telas y coloridos!!
Y que joya ese dedal !
Te animo a que nos enseñes el trabajo terminado.
Un beso 😀
Me acabo de enamorar de esa cinta de 1/4 de pulgada… dónde puedo conseguirla??? cómo se llama??? la has comprado en este país nuestro en el que te miran raro en las mercerías cuando pides algo así??? jajaja.
Besos,
Laura.
Muchísimas gracias. Si es de Clover seguro que será más fácil de encontrar, preguntaré a una amiga con tienda de patchwork aquí en León.
Trabajos manuales, nunca fueron realmente lo mio jajajajajajaja
Pienso exactamente como tú, sólo que yo en lugar del patchwork (algún día…) me refugio en los puntos del derecho y del revés, los yarn over, los knit 2 together…
Cuando me invade el pesimismo intento concentrarme en lo que estoy tejiendo y es todo como un gran consuelo.
Puntadita a puntadita como la mariposita diciendo mamá ¡que me la como! a las dos …
un abrazo,
SIONA