El domingo a medio día embarqué en un airbus 320 rumbo Madrid. En dos horas y poco más ya habíamos aterrizado en la temida T4 del aeropuerto de Barajas.
Ahí empezaron mis miedos, mis inseguridades y se hizo presente la poquita fé que en estos casos tengo en mí misma.. qué error!!!
Salí triunfante de la T4, llegué hasta el metro en la T2, y después de 4 transbordos (Madrid está lleno de obras y pude corroborarlo) salí a la calle en la Puerta del Sol. Una vuelta en redondo, breve ubicación, y decisión firme de hacerle caso a mi instinto, para poder ir dejando atrás la inseguridad e ir recuperando la fé.
Diez minutos más tarde estaba en la puerta del hotel, y unos pocos minutos más tarde y refrescada por una ducha rápida, me eché a la calle de nuevo.
Subí por la calle Montera.. esta calle es para hacer canciones, escribir libros.. incluso pintar cuadros, todo me parece digno de retratar..
A las nueve y media, tenía tres acompañantes, que serían los que me llevarían hasta el Búho. De camino, breve reseña turística, charlas iniciales para ubicarnos, y las ganas incontrolables de llegar….
Llegaron también los primero abrazos de la noche, las charlas, los reencuentros… las canciones.. LAS CANCIONES, que tanto echaba de menos, y con ellas las lágrimas, las risas, la nostalgia… todo lo que al final se reduce en máximo placer, en sentimientos y en satisfacción.
Siguieron más besos, y más abrazos.. y ya era casi de madrugada cuando me volví al hotel. Callejeando nuevamente por Madrid, sin más compañía que mi conciencia.
Lo que vino al día siguiente poco tiene para ser señalado. Agotador, cansado y mucho aprendizaje.
Mi primer viaje a Madrid completamente sola. Primero, y sé con seguridad que no el último.
Yo también tuve la suerte de subir hace poco por la calle de la Montera en dirección a la Casa del Libro y es para hacer un estudio antropológico y sociológico. Es el cosmos en estado puro. Prostitución, transeuntes, policía, gente que pasa de camino, negocios, drogas… muy divertido.
Madrid es así…parece que todos vamos muy rápido y no sabemos quién anda a nuestro lado, pero si le coges el tiempo, el tranquillo, es un sitio encantador…
la calle montera,la calle desengaño que está cerca son calles que parecen de otro mundo y, sin embargo, están separadas por un semáforo de preciados y de sol.
A mi me gusta pasear por Madrid porque tiene esas esquinas en las que el tercer y el primer mundo parecen mezclarse y decirte que somos todos el mismo mundo..
waaaaa wa wa waaaaaaaaa
Violeta es que lo recorrí todo con tu relato … como echo de menos esa ciudad!!
pero a quien fuiste a ver al buho? a ver cuentame!!
ay que días… y pensar que hace un año yo estaba allá!
Un abrazo!!
a veces no nos damos cuenta de lo que podemos lograr solas, felicidades por romper los miedos 😀 espero que haya muchos viajes de esos