Un árbol aparentemente robusto, estaba comido por dentro, solo le quedaba la cascarilla.
Una propuesta aparentemente firme, que solo eran palabras y jornadas maratonianas.
Un diálogo aparentemente sólido, que son solo palabras que se llevó la tormenta.
Y ahora, lo que se ve por fuera, es lo mismo con el pelo corto.
Por dentro…. ay por dentro!
Como siempre, no puedo comentarte en tu última entrada…
No conocía ese libro, aunque sí al autor, me lo apunto a mí larga lista de lecturas pendientes.
Un besito
Verificando si mi blog aparecía en google encontré el tuyo. Aparte del título creo que tenemos muchas cosas en común. Fue interesante leer tu perspectiva de la vida.
Besos.
http://relatosdeunabruja.blogspot.com/
No era para ti.
El momento de irte aún no ha llegado.