“… A la hora de construir un refugio, según los expertos, conviene dirigirse al menos a tres contratistas distintos, para que nadie llegue a saber qué es lo que se está edificando, porque si se difunde el rumor de que uno dispone un refugio de mayor garantía, a la primera emergencia será atropellado por la chusma. Por esta misma razón, hay que ser realista y agenciarse una ametralladora. No es el momento de falsos sentimentalismos…”
Esta novela medio autobiográfica, me enseñó que uno es medio autómata cuando está en medio de una batalla de sufrimiento… Que se puede seguir viviendo con el piloto automático, y que el contacto con otro ser humano, muchas veces es más que necesario.