Me levanté hoy como cada día. Troylo me esperaba a los pies de la cama.
Ducharme.. Vestirme… Salir corriendo que siempre se me hace tarde.
El gato siamés que me odia y al que temo, al lado del contenedor de la
basura, por el que paso corriendo cada mañana.
El montón de vales en la mesa. La taza preparada para mi café… Casi
todo era lo mismo…
Llegué al baño, y me miré al espejo…. Pero no, no todo era igual…
El sábado se me rompieron las gafas. Las llevaba usando desde el año
2001. Fui a la óptica, me gradué de nuevo, y hoy he salido a la calle viendo
el mundo detrás de estos nuevos cristales.
Todo parece lo mismo, pero nada es igual. ¡Cuánto ha cambiado todo desde entonces!. ¡Cuánto he cambiado!
Hoy tomé conciencia, de que al fin, soy yo. De que después de cinco años
viendome igual, hoy soy distinta, para mí y para el mundo. Hoy tomo
conciencia de que al fin, soy canción. De que al fin soy lo que espera, de
que esto que vivo.. no es un sueño…
Y ya, solo faltan 4 días, para hacerlo más real si cabe.
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Cuenta atrás
5 Días para volver a dormir de un tirón, no despertarme a intervalos de dos horas, pensando dónde estarás.
116 Horas para acurrucarme en los brazos que me protegen, los brazos que pase lo que pase me hacen sentir a salvo.
6960 Minutos para sentarme contigo, frente a una copa de vino, y decírnoslo todo sin ni si quiera abrir la boca.
417600 Segundos para cogerte de la mano y decirte: Fly me to the moon…
En trance
Hace ya casi cuatro meses, desde que la escuché por primera vez. Y aún cuando empiezo a oír las primeras notas se me sacude algo en el estómago. He podido oírla más de veinte veces seguidas, sin parar. (Tengo que admitir que esta canción tenía el récord de escuchas, desde hace unos días ha sido sustituída por otra tonada.. que.. bueno ya les contaré).
Nunca la he escuchado en directo, y a veces cuando la oigo en el pc, cierro los ojos y me imagino un escenario. Sitúo al intérprete en medio de la tarima, guitarra en mano, pedaleras al suelo, de pie.
Y ahí, cuando empieza a cantar, puedo sentirlo, puedo verlo…
A medida que avanza la canción, yo me voy introduciendo en una especie de trance, que me hace volar, que me hace caer, que me hace estar en sitios en los que ya estuve…
Me parece que cada verso es una verdad, y que detrás de cada palabra puedo estar yo. Sí yo misma. Me da igual en qué momento la compusieran, a quien. Yo puedo reconocerme en cada verso, puedo situarme en frente del pc, y estar completamente segura de que en algún momento, alguien también dijo cada una de esas frases para mí. Porque eso ya lo viví, porque eso mismo ya lo sentí. Y tal vez por eso esta canción me resulta tan reveladora.
La canción se llama: Una flor en el desierto; de Jesús Garriga… Tendremos que esperar unos meses más para escucharla orquestada o no, (aún no sé que arreglos le hará), pero eso sí, en un disco estupendo que está siendo gestado en este momento, y que en breve podremos disfrutar.
Café Expres
Un café de tres cuartos de hora.
Cuarenta y cinco minutos llenos de descubrimientos.
Un brillo en los ojos que se quedó en Mundaka, pero que vuelve a hacer destellos al acercarse al Hierro (playa).
La piel morena, quemada.. Las manos grandes, proporcionadas.
Sigue llevando corbata, y a esta hora de la mañana parece que le aprieta más que nunca.
Tiene una filosofía que me resulta tremendamente familiar. Trabaja lo justo para no tener que malgastar noches despierto pensando qué tendrá que comer mañana.
Dice que las noches despierto que pase, quiere pasarlas en la playa, con la guitarra, la tabla y unas cuantas cervezas.. ¿Te quieres venir?.
Me río.. Y ahora lo que me resultaba familiar, se me hace increíblemente cercano.
Me gusta el acento extraño que tiene.
Se ríe al imaginarme en mi trabajo.
El café se empieza a resecar, y los teléfonos de ambos empiezan a vibrar.
Se acabó el café, pero acaba de empezar …
El arte de ligar
Esto de tener poderes extrasensoriales, algunas veces es un rollo, porque te enteras y percibes cosas que no te gustan, que te ponen triste.. Pero otras, está bien, puedes anticiparte a las situaciones.
Esta mañana al salir de la ducha, supe que hoy sería un buen día para ponerme la camisa fucsia.. y de prestar especial atención a mis labios y a mis ojos.. Esto es, hacerlos destacar un poquito, (tal vez sería un buen momento de traerle algo de alimento a mi demonio, por aprovechar el viaje, de paso). No sabía donde iba a tener que dar rienda suelta a estos tres amuletos, pero sabía que necesitaría de mis armas en algún momento de la mañana, ya saben, por esos poderes extrasensoriales que les digo.
Llegué al banco, una cola de cien personas en cada puesto de atención…. Mirada global….
De pronto mis ojos se cruzan con un “asesor personal”, así reza en su mesa. Moreno de piel, alto, rubio de pelo, por el sol.. Desde cualquier distancia, se puede afirmar con contundencia, que el chico es un surfero atrapado en una camisa con corbata..
Me inclina la cabeza, al tiempo que se levanta de la silla, y me pregunta si me puede ayudar en algo. Me acerco, y le explico que solo quiero dejar una documentación para que la trasladen a otra oficina… Muy educadamente me dice que para eso no haga cola, que él me lo recoge. Dispuso mi dossier en un sobre y me tendió un bolígrafo.
Escribí el nombre de la persona a la que iba dirigido, y la sucursal en cuestión.
Sin dejar de mirarme cómo escribía, me aconsejó dejar mi número de teléfono, por si se extraviaba la valija, y que lo acompañara de mi nombre, para saber por quién tendrían que preguntar en caso de dicho extravío…
Gustosa, por tanta atención y preocupación, escribí todo con letra clara.
Le di las gracias de mirada y de palabra, y salí de su habitáculo.
Al cruzar la puerta, me paré en seco.. había conseguido mi teléfono y mi nombre en minuto y medio… y se lo había escrito yo misma!!!!!.
Me dí la vuelta, y le dije: Tío, eres muy bueno!!!!! Llámame!!!!
He llegado a la oficina, y me ha mandado un sms… me gusta la gente que no pierde el tiempo!.
Mi pequeño demonio
Tengo dentro de mí un pequeño demonio que quiere comer cada día..
Su alimentación me sale cara muchas veces, porque su comida es costosa, difícil de encontrar, y casi siempre termina teniendo daños colaterales….
A veces consigo una comida especial, y se mantiene saciado durante días.. En esos casos las secuelas de su alimentación causan estragos en el resto de mis cosas, en el resto de mis obligaciones..
También es verdad, que cuando se encuentra comiendo o recién termina, la satisfación suya es tan grande que se extiende al resto de mi cuerpo, y me siento de la misma forma, con lo cual yo también lo disfruto, aunque sea yo quien lo haya pasado peor para proporcionarle el alimento.
Ahora, tengo en frente, muy cerca, mucho alimento que traerle, se puede decir que estamos en época de recolecta de comida.. El pequeño demonio anda relamiéndose, previendo la panzada que se va a dar en los siguientes días.. No obstante yo aún no me decido a empezar a ofrecerle el ansiado botín, me parece que los daños de esta comilona esta vez, puede que sean irreparables.., puede que las consecuencias no sean tan fáciles de subsanar.
Me lo estoy pensando seriamente, porque ya intenté matarlo de hambre, y no fue posible.. Y por eso sé que tiene que comer cada tanto..
La relación con este pequeño demonio, es de hace muchos años, lo recuerdo casi casi, desde el principio de mi vida.. La relación es tan estrecha que hasta tiene nombre: se llama Ego.
Necesito un árbol
Esto fue en Philadelphia, en un pequeño parque que hay delante del museo de arte, en las míticas escaleras de Rocky.No me acuerdo donde oí que para cargar pilas había que abrazar un árbol. Hace tantos años ya que lo hago que no soy capaz de ponerle fecha a la primera vez.Siempre abrazar un árbol, me produce tranquilidad, paz, sosiego.. respirar su aire me resulta reconfortante, y luego cuando me voy, me siento completamente recargada de energía.En esta ocasión fue igual, solo que la energía que llenaba mi cuerpo, era totalmente palpable. Después de dejar el árbol, sentí durante largo rato, ese hormigueo característico en las manos.Hoy necesitaría un árbol como éste, generoso y fuerte, que me recargue las pilas en este lunes, que de momento trae malas noticias, hastío y apatía a manos llenas, y la inevitable afrontación de hechos que simpre trato de ocultar.
Arlington
Esto es el cementerio de Arlington.Desde que supe que visitaríamos Washington DC, supe que tendría que ir. Sentía mucha curiosidad por pisar este suelo.No sé a que era debida mi curiosidad, si tenía trazos puramente morbosos, o iba más allá.Pero tenía claro que quería estar ahí, y quería ver qué sensaciones me transmitía.Esta visita y el abrazo de un árbol en Philadelphia, fueron los instantes más fuertes, energéticamente hablando.Desde que nos adentramos en las calles del cementerio, se me instaló una especie de peso en el estómago, que según iban avanzando mis pies, iba aumentando.Mis ojos no paraban de recorrer tumbas, de leer nombres, fechas… guerras, batallas….. Mirara donde mirara, hasta donde me alcanzaban los ojos, solo había líneas intermitentes, perfectamente alineadas de tumbas. Habían dos hombres trabajando en ellas, quitaban lápidas viejas, las levantaban de la tierra, y colocaban en su lugar una banderita. Les pregunté cuál era su finalidad, su respuesta fue la siguiente:- estas lápidas están viejas, y se cambian porque son las que están al lado de los caminos donde pasan todos los turistas.. son las que se ven.. y tienen que estar bonitas…En mi cabeza solo había una cosa: HIPÓCRITAS!!!!. Esto no es un tributo a aquellos que tuvieron las pocas luces o las fuertes creencias de morir por aquello en lo que tenían fijado todos sus valores. No, esto es solamente un punto turístico más. Incluso tienen la poca decencia de cobrar el aparcamiento.El peso se fue convirtiendo en rabia, en ira, en preguntas sin respuestas…Nunca había sentido tanta rabia, tanto odio, tanto rencor.. Intenté racionalizar lo que sentía. Intenté abastraerme de lo que estaba inundando todo mi cuerpo en ese momento.. Me fue totalmente imposible. Sentía deseos irrefrenables por buscar algún culpable… Podía imaginarme a cada esposa, madre o hija, esperando la triste noticia de que ya no había nadie a quien es perar, y que finalmente estaban allí también enterradas junto a su padre, esposo o hijo. Casi pude sentir (o imaginarme) su tristeza.Seguí andando, seguí caminando entre más y más tumbas. A lo lejos, de pronto, ví unos caballos que llevaban un ataúd, vestiendo una brillante bandera de barras y estrellas. A su alrededor se situaba un escuadrón de soldados, vestidos de gala. Había muchos turistas, sin embargo, de pronto parece que reinó el silencio. Un silencio que se oía, y que terminó gritandome en los oídos.
El el otro lado del Océano
Pues después de casi 36 horas de vuelos más las esperas en aeropuertos varios (como cuatro), ya estoy de nuevo en casa. Con jet lag, con dos maletas que no saben donde ponerse para no molestar, con un montón de yardas de telas nuevas, libros, y un sin fin de artilugios varios para la cocina (dije que me contendría comprando, y… no lo cumplí).
La vuelta se puede decir que aconteció sin muchos incidentes, no más los justitos como para darle algo de gracia y ponerle broche final al viaje.
En Las Palmas, concerté una cita con la señora (siempre las voces me llevan a confusión, es una chica mucho más joven que yo), que me daría al que será mi compañero incondicional, hasta que el destino decida.
Nunca, ninguno, nadie.. sustituirá a Trufo, a lo que él me dio, a lo que vivimos juntos, a lo mucho que nos quisimos.
Empieza ahora, otra etapa, con otro compañerito.
Este de la foto es Troylo (se parece más a Trufo de lo que me hubiera gustado, la verdad). De momento nos hemos gustado, y casi que el amor ha sido a primera vista, estoy convencida de que evolucionará de forma muy favorable, aunque cada uno tenga su carácter y su forma de ver las cosas.
Reporter desde Times Square
Desde la esquina mas concurrida de NYC, les escribo este reporter, para que se queden tranquilos los pocos que me echan de menos, y que se preguntan donde diablos estoy.
Tengo empacho de quilts, de telas, de “notions”.. Pero ha sido tanto lo que he visto y tocado, que ha merecido la pena.
Lo mejor de momento, fue la nevada en Philadelphia… NEVO PARA MI!!!!!!!!!
Lo peor, la cantidad de gatos que hay en todas las casas, granjas, y andurriales de Lancaster.
Y de entre medias, confirmar que me entienden (a veces) igual en ingles que en castellano; sentirse una hormiga en medio de Wall Street (raro, pero me gusta esta sensacion), y descubrir todo lo nuevo y distinto que hay por aqui.
En dos dias le dire adios al Nuevo Contiente, y le dire hola al Viejo.. y aunque les parezca raro.. echo de menos Fuerte… a mis papas, mis hermanos y sobre todo a Ace.. Se que aqui tengo que volver con ella.