I ENCUENTRO INTERNACIONAL DE TROVADORES


Se celebró el 29 de Septiembre, en el Auditorio de Puerto del Rosario.
El cartel estaba compuesto por Fede Comín, Carlos Carreira y Ángel Ravelo.
Parece que estaba hecho a medida de mis necesidades. Eran cuatro, pero realmente y sin ofender a nadie, del último ni me acuerdo del nombre.
Por lo tanto y debido al protocolo y al planing, tenía que tocar cada uno su repertorio corto. Que todavía no entiendo yo, que teniendo tan espectacular cartel, no podríamos disponer de tres, cuatro, cinco horas.. las que hicieran falta para poder estar ahí sentados deleitándonos con tan agradable espectáculo.
A Fede Comín le sigo desde hace tiempo, pero esta doble insularidad de la que me hallo aquejada me habían imposibilitado disfrutar de uno de sus recitales. Entre las canciones que tocó estaban: Moraleja (con cierta influencia de drexler, y con mucha miga entre la letra); Las diez menos cuarto (da igual el tiempo o la situación, esta canción siempre me hace asomar las lágrimas); y Mira como tiemblo (que fue mía, de mano a oído).
A Carlos Carreira, lo conocí este año, de mano de Monirina

. La misma semana que le escuché por primera vez, supe que estaba haciendo de carnalito con Ángel, por lo cual, mi oído se vistió de amabilidad y mi corazón también, guardándole un puestito de honor, por convertirse en el ángel guardián de mi otro ángel. Empecé a escucharle “Quiero cantar”, y su voz, profunda, honda y firme, me llevaron a pensamientos que no sabía que guardaba dentro. Canciones como Y si mañana, o Cúrame. Me dejaron pensando varios días.
Y a Ángel Ravelo, pues hacía que no le escuchaba meses. Estuvo de baja laboral no remunerada, (que esto tiene el ser autónomo, que ni enfermo puede uno ponerse), varios meses. Su concierto me devolvió la fé, los sentimientos y la madre a su sitio. Volvió a los escenarios cantando canciones como: Encuentro a destiempo, Esguince de alma, y la que nunca va a poder faltar Hoy todo ha salido mal.
En conjunto, un cartel inmejorable, y la sensación y la necesidad de querer más.
Después del concierto, la charla, la comida, las cervezas y la buena compañía.
Vuelvan, vuelvan pronto.

….

Ya es jueves, y aún no he colgado el post de mi fin de semana.
Un fin de semana, lleno de música, de cerveza, abrazos y mucha conversación.
Conocí a dos personas que tenía guardadas en mi mp3, y volví a tenerlas para mí sola como lo hago cuando los escucho. Ha sido una experiencia, como siempre, enriquecedora al máximo.
Ya terminé el libro, la novela, lo que se le quiera llamar, pero al menos puedo decir, que la cantidad de ideas que tenía esparcidas en un montón de papelitos se han aunado para conformar lo que ahora mismo descansa en las estanterías del Cabildo, en espera.
La luna va creciendo, y en nada estará llena, solo espero que llegue ese momento para que se me quite esta ansiedad, la desilusión, la morriña, y que por fin se llene este huequito que tengo en el pecho, antes de que siga creciendo y termine por engullirme.

La lección más importante

La lección más importante, y aún no la he aprendido.
Cada día tengo maestros de diversa procedencia que de forma desinteresada se prestan a darme esta lección.
Yo sigo obstinada en no aprenderla, y me estoy temiendo que aún me costará un rato más.
No sé por qué se me hace tan difícil. Pero seguiré intentándolo hasta que domine toda la técnica de la cuestión.
Hoy he tenido una oportunidad de oro para aprenderla, el profesor se mostraba paciente y encontró un ejemplo práctico muy bueno para que yo me hiciera con la materia.. pero no, aún no pude.
Aún no aprendí a decir que NO.

Cerrando círculos

Quien me iba a decir que los excesos
iban a pasar tantas facturas
y estamos los dos tan agobiados
guardándonos los besos

No hay razones para tantos miedos
el pasado fue tan imperfecto
y aunque ya no sé como salvarte
agárrate a mis huesos

Flaco/Jesús Garriga
Hace días que escucho este nuevo tema, de este cantautor, que no voy a pasar a calificar, porque cae por su propio peso. Como lo que viene haciendo de un tiempo a esta parte, se supera en cada tema.
Escuchándolo he llegado a una conclusión: no me voy a guardar ni un solo beso más. Y el pasado, aunque sea imperfecto, no dejará que me quede acorralada, y me pierda todo lo que pase por mi puerta.
Voy a aprovechar cada minuto, porque el que pasa ahora, ya no es el anterior.
Y en medio de todo este embrollo, mis terminales nerviosas andan más sensibles que de costumbre. Por fin, mi proyecto literario está concluído, y mañana llegará a su sitio. Hasta mañana no puedo hablar más de él.
Se van cerrando círculos, y por fin puedo ver que cosas que andaban dando coletazos, empiezan a concluírse. Me gusta la sensación de alivio.

Ojos de cielo

Perdóname
Si alguna vez
Te hice llorar ojos de cielo
Perdóname
Si alguna vez
Robé de tus labios un te quiero
Perdóname, perdóname

Ojos de cielo/El sueño de Morfeo
Una vez hice llorar ojos de cielo, otras veces los lloré yo.
Hoy ya no hay más llanto, no hay mas “perdones”, ni tampoco besos o te quieros robados.
Los besos que ahora vengan serán míos por derecho, no porque los tenga que robar o mendigar. No quiero lo que no me pertenece, en cuerpo, alma y esencia.
Hoy hay un vacío, hondo, profundo, pero mío.
Me siento renovada, lista para luchar, porque si hasta aquí llegué luchando, ahora no iba a parar la lucha.

A veces…. sucede

Pero sucede también que,
sin saber cómo ni cuándo,
algo te eriza la piel
y te rescata del naufragio.

Y siempre es viernes, siesta de verano,

verbena en la aldea, guirnaldas en mayo,
tormentas que apagan el televisor.
Teléfonos que arden, me nombra tu voz,
hoy ceno contigo, hoy revolución,
reyes que pierden sus coronas,
verte entre la multitud,
abrazos que incendian la aurora en las playas del sur.

Ismael Serrano/Sucede que a veces
No es hoy, fue ayer. Y la sonrisa sigue pintada en mi cara, porque a veces…. Sucede

La pesca de hoy


Hoy amenazaba con ser un sábado tranquilo, de limpieza y sofá.
A las doce del medio día recibí una llamada. Mi padre ponía rumbo a tierra para descargar la captura de hoy.
Desde el miércoles está participando en el Open de Altura de Gran Tarajal, como apoyo en la embarcación de un amigo.
Habían cogido un marlín azul de unos 200kg.
Llegamos como si estuviéramos sincronizados, ellos atracando y nosotras aparcando.
Realmente el marlín parecía y era enorme.
Sus caras eran pura sonrisa.
Siempre he estado relacionada con los barcos y la pesca, aunque tengo la sensación de que ha sido poco para lo que tenía que haber sido. Aún así, de un tiempo a esta parte, me encuentro más cómoda rodeada de agua, tanto que está siendo frecuente mi mal humor si paso más de dos días sin darme un baño. Lo cual es realmente extraño, en mí y en lo que ha pasado de aquí para atrás.
Ha sido divertido llegar los primeros a puerto, y empezar a comer y a beber, mientras iban llegando los demás barcos. Especulábamos si el premio sería para nuestro marlín o no.
Mientras tanto mis hermanas y yo, nos dimos un bañito de lo más refrescante.
Ha sido un buen día, lleno de risas, aprendizajes y la mar!

Ángel

He hablado de él tantas veces que es casi parte protagonista de este blog. Aunque nunca lo he hecho de forma explícita y abierta.
Ha estado presente en mi vida desde hace cinco años aproximadamente, y con él he descubierto más de mí misma que de cualquier otra cosa.
Hemos vivido muchas fiestas, de esas que a la mañana siguiente no recuerdas muchas cosas pero tienes una sonrisa pintada en la cara; muchas tormentas, de esas que remueven cimientos y dejan todo descolocado y a tí desubicada; y algunas calmas, de esas que dejan todo en su sitio, limpio, fresco y renovado.
En medio de todo eso queda siempre lo que hay, lo que hubo y lo que habrá, que es una unión fuerte como si nos hubieran soldado, tanto como imposible de romper. Porque a mí me resulta inconcebible no escucharle de tanto en tanto, no correr a su lado si le da la tos, o él correr al mío si a mi me da por no comer.
Hay días, como anoche, en el que sufro de un deseo cuasi-incontrolable por matarlo, porque se mete en su caparazón de tortuga donde te tienes que dejar los nudillos de tocar, para que al final asome mínimamente la cabeza, y aún así no le reconozcas. Y hay días en que lo quiero arropar como si yo misma lo hubiera parido.
Él encierra mil canciones, y otras tantas melodías, él es el que me canta bajito sin ni siquiera darse cuenta, y él es el que me dio de comer cuando me negé a hacerlo sola. Por eso no puede desaparecer, y por eso yo no me puedo ir.
Hemos aprendido a entender lo que nos pasa, y lo que a veces sentimos, ha sido duro, pero ha merecido la pena.
Hace ya varios meses que no le veo, aún así no tengo la sensación de que haya pasado así, le tengo presente a menudo, y por eso aún no sé lo que es echarle de menos. Tengo la esperanza de que este mes le veré, y volveremos a disfrutar de un buen concierto, y de una fiesta comedida (porque aunque sé que eres más joven que yo, ya no estamos para estos trotes..).
Tengo ganas de verle, y de darle un buen arrechucho.

Esquizofrenia particular

¡Qué bonita, qué divertida es conmigo la convivencia!
¡Descojonarme de mi última ocurrencia!
Y esperarme despierto, vuelva a la hora que vuelva,
o cocinar para mí mi plato favorito,
no encontrar en el baño más pelos que los mios.
Sólo yo controlo, sólo yo determino,
mis hábitos de higiene.
Lloro en mi hombro cuando nadie me entiende.
Si me siento solo miro a la luna,
me juro amor eternamente.
Rodeado de un espejo circular,
soy feliz con esta esquizofrenia tan particular.

Canción de amor propio/Ismael Serrano
Sigo monotemática en el IPOD, escuchando a Ismael, constantemente.
Hoy me ha regalado “un arrechucho”, me gusta esta canción, sobre todo cuando la escuchas el día correcto, y sientes cada una de sus palabras, cada uno de sus versos.
Hoy me siento feliz, viva, tranquila y segura. Será que estoy en medio de un episodio muy agudo de esquizofrenia particular, para el cual, esta vez no me pienso medicar.