Ayer, me acosté pensando, que hoy, iba a ser un gran día..
Lo fui preparando desde la tarde. Compré un trozo de pastel de ciruelas, y lo dejé en el frigo para hoy.
Esta mañana, cuando sonó el despertador, lo oí a la primera, y no le di al botón de 5min más.
No me levanté dando saltos, simplemente me estiré y me levanté. Baño. Ropa. Cocina.
Preparé el tupper para hoy, y me dispuse a saborear un buen desayuno, sin prisas, como si fuera domingo.
Café espumoso, tarta y libro.
Estuve desayunando media hora, y todavía tenía tiempo de pasar por el espejo y pintarme el ojo, por aquello de que cuando lo que ves te gusta, te sientes un poco mejor.
Merece la pena el madrugón, y empezar el día sin prisas, y sin la sensación o necesidad de maldecir el reloj, el frío, el curro, la crisis, y todolodemás…
Me meto en el coche y me propongo tener fresquita en la memoria la sensación de placer de los últimos 30 minutos. Salgo al primer semáforo y un petardo se para, para dar marcha atrás porque cree haber visto un hueco vacío; otro caraculo va a 40 km/h por el carril del medio a través de la autovía; recuerdo que ayer, el HD de mi pc hizo crash, y he tenido que llevarlo al taller donde seguro me sacarán los cuartos; y por fin llego a la obra y llueve,… otro día más que llueve, ¿es que me he trasladado de isla, joder, que esto era casi África hasta hace poco!!?.
Llego a mi caseta, y miro el correo, y nada…. no hay nada.. en el móvil tampoco..
¿Dónde quedó el desayuno de media hora, con pastel y libro?.
Tengo que hacer un esfuerzo, pero sigue aquí, en la memoria… hay que esforzarse, pero ahí está. Como con todo lo demás, solo tengo que esforzarme, porque yo cuando me empeño… no me voy de vacío.