Volveré

volveré sobre mis pasos
a buscar mis pies y tu saliva
a cerrar las puertas de lo leve
a enjuiciar tu ausencia y darle muerte
volveré sobre mis pasos
esperaré a verte dormida
para adueñarme de tus sueños
para soñar que en tu paz duermo
para dar palabra a un muerto
y frenar mi vida enloquecida
para encontrar mi yo perdido
para encontrarte a ti
… conmigo
antes de que alguna de tus fotos
se vuelva vieja y amarilla
volveré sobre mis pasos
a buscar mis pies y tu saliva
Delirio – Jesús Garriga

Sin golpe en la cabeza

El fin de semana dio para mucho.
Una demostración de un aparatito que será mi fiel compañera de lo que intuyo va a ser mucho tiempo.
Un Oktoberfest de mentira, y con resultado de fiasco fiasco. Buena excusa para conducir unos cuantos km y terminar compartiendo un café con 4 coetáneas más, hablando de cualquier cosa, y acabar en un McD’s.
Un domingo lleno de lana para calcetines, y tres calcetines tejidos. Aliñados con los nuevos capítulos de FlashForward.
Terminar en el cine, con unas gafas que dan un aspecto de 0 glamour, pero que te introducen por arte de magia en la película que estás viendo.
Hoy, lunes, a cinco días de lo que antes era un día de eliminar del calendario, me he levantado antes de tiempo. Con la sensación de haber dormido lo suficiente, con el ánimo de coger la semana con los dientes, y comérmela a mordiscos. Con las ganas de plantarme una sonrisa, y de reír a carcajadas al verme en el espejo con los rizos pegados a la cabeza como si hubiera dormido con los rulos puestos, con redecilla y todo.

Y no me he dado ningún golpe en la cabeza, ni ha tenido que venir ningún emisario del más allá para hacerme sentir así.
No sé qué ha pasado exactamente, pero hoy me he levantado como Mercedes Sosa, sintiendo que tengo que dar gracias a la vida, que no me había dado cuenta de todo lo que me está dando.
Siento que como las piedras en la arena, vienen las olas, me lavan, me refrescan, me renuevan la energía y me colocan donde tengo que estar, que hoy, es aquí, ahora, y dando gracias, que no suelo hacerlo habitualmente.

Niña, a los 60

El sábado, antes de caer en brazos del temible virus de la amigdalitis, me levanté temprano, y me fui al mar.
Siempre me ha resultado tremendamente fácil, sentirme feliz al lado del mar. Es como si no necesitara de más nada para sentirme bien, feliz, completa… cuando me siento en la arena y miro de lejos esa masa de agua, que se mueve bajo su propio orden, me parece que todo está en su sitio.
Suelo recorrer el paseo entero, parándome de tanto en tanto, solo para deleitarme con el paisaje, y con el momento. Así estaba.. caminando.. parándome… sacando alguna foto.
De pronto miré al agua, y ahí estaba ella. Le calculo más de 60 años, por el pelo blanco y algunas líneas de su cara. Iba entrando al agua con decisión, y al tiempo con impaciencia. Como un niño, que desea fuertemente abrir un regalo pero el propio nerviosismo no le deja rasgar el papel.
Se mojaba la cara, el pelo, daba algunos pasos más. Se paraba, y esperaba que la ola llegara para saltarla. Desde donde estaba, pude oír sus risitas nerviosas. Estaba disfrutando al máximo ese baño madrugador.
Valiente, pensé.
Y al mismo tiempo me invadió un deseo, quiero llegar a los 60 y tener ese espíritu. Seguir teniendo ganas de bañarme en el mar, seguir sintiendo que me recargo con solo pasear por la playa, sentir, que como en ese instante, soy feliz no necesitando más que un trozo de mar.
De pronto, y sin venir a cuento, porque así son la mayoría de las ideas que me asaltan, pensé, que para tener ese espíritu a los 60, lo único que tengo que hacer es conservar la niña que tengo dentro hasta ese momento, y no perder nunca las ganas de jugar.

Desde altas temperaturas

Desde la perspectiva que da la alta temperatura de 38.8ºC durante tres días, se ve el mundo bastante distinto.
He cambiado los muebles de sitio (en sentido metafórico) y la escala de prioridades (en sentido literal).
No sabes lo sola que estás hasta que tienes que enfundarte un chándal y pedir un taxi para que te lleve a un centro de salud, a que te diagnostiquen y que por favor te pongan algo intravenoso que te haga dejar de sentir el quebranto, el oído, la garganta, y hasta el pelo.. que cuando al cuerpo le da por hacerse notar, puede dolerte hasta el pelo.
Dieta básica de agua, zumo y acuarius, combinada con un potente antibiótico cada 8 horas.
A cuatro días desde la incursión por estas tierras víricas, la temperatura ha bajado algo, no lo suficiente como para que mi pelo vuelva a tener un aspecto “normal”, pero va camino de ello.
Después de ver el mundo, con ojos febriles, uno se da cuenta, de que todo, puede esperar, todo menos sentirse sano.

Yo creo que son tontos

Hoy me he subido al coche, he arrancado, he puesto la radio, y me he dirigido como cada día entre semana, al semáforo más largo de la ciudad.
Cuando iba llegando, el atasco era de consideración.
Empecé a ver luces azules, y pensé que igual no estaba bien despierta aún.
Los coches parecían que se movían con la lentitud de una manada de elefantes, como diría Ismael.
Me bebí unos sorbos de té, por ir despertándome.
Las luces azules, lejos de desaparecer se incrementaron.
2, 4, 6.. hasta 10 llegué a contar.
También había camiones de la basura, el barrendero, personal vario arreglando la Plaza..
Cuando estaba a punto de alcanzar el semáforo, las formas difuminadas fueron adquiriendo contorno: eran camiones de policía.
Las noticias en la radio, me fueron aclarando el panorama: Consejo de Ministros en la ciudad, con el presidente incluído. Canarias necesita la aprobación de un plan especial, ante la precariedad de la situación económica.
Entonces entendí. Viene el Presidente, y vamos a dejar todo bonito y limpito, amén de extremar la seguridad, para que nos den un poco de pasta.
Eso de conservar las apariencias siempre me ha parecido la mayor pérdida de tiempo.
Yo incluso me animaría a ensuciar, alegando la falta de medios para la conservación, , y así poder pedir más dinero…con cara de cordero degollado si hace falta.
Si es que al final voy a pensar que nuestros políticos son tan tontos que no saben ni pedir.

Por segunda vez, una lista

Faltan 18 días, para que cumpla 34 años.
(he tardado más de 35min para escribir esta frase, sin sufrir convulsiones)
Como ya soy adulta, y bla bla bla.. me lo voy a tomar bien, y voy a estar feliz de que llegue mi cumpleaños.
(trato de creérmelo, pero tengo ahora mismo cara de foto-forzada-desganada, lo importante es que estoy haciendo el esfuerzo)
Y ya, para meterme de lleno en la dinámica de lo que es un cumpleaños, voy a aceptar felicitaciones de cualquier modo, y también besos, y también abrazos, y también regalos.
Voy a hacer una lista de deseos, también de eso van los cumpleaños, no?

1.- Dormir, 12h seguidas, y levantarme como nueva, reparada.
2.- Una ensalada de Pablo con las niñas.
3.- Un desayuno con churros y café de 3h con MyGirlfriend
4.- Un libro de poemas de Oliverio Girondo
5.- Abrazos, muchos abrazos.
6.- Besos, besos, besos.
7.- Una hamburguesa del Dani.
8.- Un paseo con Troylo por la manzana.
9.- Una peli, que me haga llorar.
10.- Notas de buenos días, buenas noches, buenas tardes.
11.- Una rosa roja, abierta completamente.
12.- Una llamada de teléfono que diga: coleguiiiiiiiii.
13.- Una cámara de fotos.
14.- Cualquiera de los libros de Laura Gutman.
15.- Un tupper que sea termo para el almuerzo.
16.- Unos pendientes con piedras negras.
17.- Lana para calcetines.
18.- Una libreta nueva.
19.- Dormir sin sobresaltos.
20.- Una cartera azul de Massimo.
21.- Una conversación de 1h con MiGurú.
22.- Que ElPatrón llame, y me diga: Miniña.
23.- Oír reir a mamá.
24.- Ver los Increíbles.
25.- Oír a Ana, decirme Viole.
26.- Sacar muchas fotos a los niños de LaMami.
27.- Un sms de Irisucha.
28.- Una charla muy larga con LaBajista.
29.- Un plato de potaje de lentejas.
30.- Una cena-madrugada-desayuno con ElTécnico.
31.- No tener miedo.
32.- No escuchar, leer, ver… mentiras.
33.- Que me lleven a la Cumbre, Tejeda, o cualquier sitio alto y de montaña de GC.
34.- Hacer una lista como esta el año que viene.

.. Y yo también…

Siempre me ha encantado esta canción. Hoy es de escucha obligatoria, y no solo porque esta voz ya no nos acompañe, sino que hoy, siento que yo.. también vengo a ofrecer mi corazón, aunque no lo haga de manera explícita, aunque me cueste asumirlo, aunque … yo vengo a ofrecer-te mi corazón.

No será tan fácil ya sé qué pasa
No será tan útil como pensaba
Como abrir el pecho, y sacar el alma
Una cuchillada de amor
Y uniré las puntas de un mismo lazo
Y me iré tranquilo, me iré despacio
Y te daré todo, y me darás algo
Algo que me alivie un poco másEditado: Se supone que arriba, debería salir un video del youtube, de Mercedes Sosa, cantando con Fito Páez la susodicha canción. El youtube siempre me boicotea..

A lo mejor es que yo aquí vine a lucirme

Hace una semana, después de andar pateándome toda la obra, al llegar a mi coche, encontré este mensajito.
La primera impresión sopresa, la segunda desconcierto, la tercera puro enfado.
No me gusta que se dirijan a mí de cualquier forma, y menos en el trabajo.
Siempre he tenido problemas hasta con mi nombre, en casa, en mi familia, los más pegados a mí me dicen Viole. Cuando alguien fuera de este círculo se ha dirigido a mí de esa forma, de manera casi espontánea, y no siempre de la mejor forma (he de reconocerlo) he pedido que me digan Violeta. Puede que sea arisca, o también que proteja mucho mi espacio, pero no me gusta tener tan cerca gente con quien tengo poca confianza. Y que me digan Viole, es estar demasiado cerca.
Y si eso me pasa con el nombre, no voy a decir lo que me pasa con “churri”.
Haciendo algunas pesquisas, y con ayuda de Manuel, puedo decir que casi he descubierto quien es el autor del “saludo”, aún estoy pensando cómo cerrar este capítulo, aunque lo tengo más o menos claro.
Al mismo tiempo, tengo algunas conversaciones con personal vario, de otras empresas que están trabajando. En una obra todo debe funcionar como un engranaje, y unos deben trabajar para dar soporte a otros, por ejemplo, yo debo poner bloques para que los electricistas pongan luminarias.
No todo funciona tan cronometrado.
En esas conversaciones, me dice un señor jefe del “sospechoso”.. es que nosotros aquí no hemos venido a bailar la sardana.. y ahora estamos parados.
Sin pensarlo me ha salido solo: no parados no están, algunos de sus trabajadores andan dejando notitas en los coches, o mirando por donde ando yo para no darme la cara.
Yo no sé a qué vinieron ustedes, tampoco me importa, yo sé a lo que vine yo, y desde luego a lucirme no. Así que haga el favor de atar cortito a los suyos, porque si no, voy a tener que quitarme el bozal yo.
(con lo que luego me cuesta ponérmelo)

Breves breves notas, de un mini mini concierto

ElTécnico me consiguió la invitación.
– Me encontré con dos buenos amigos.
– Estaba tan cerca de mí, que si me estiraba podía tocarle.
– Oírle a guitarra voz, es como volver atrás en el tiempo.
– Fue un mini mini concierto.
– Hizo comentarios, breves, pero ciertos.
– Me acordé de mamá.
– Apenas 5 canciones, era un mni mini concierto.
– Hice muchas fotos, y solo se salvan unas pocas.
– Remató con El marido de la peluquera, y a mí me sirvió como excusa para dejarme ir.
– Como en todos los conciertos, yo lloré, pensé, reí, y canté bajito.
– A ver cómo me duermo ahora, con el subidón que tengo.
– Se avecina una noche larga de tejido, y probablemente de tarereo.

Mira que te llevo muy dentro de mi corazón
por la salucita de la mare mía…..

Sueños, incomprensiones y recolección

Ha vuelto Septiembre, el Otoño, y la vuelta al cole. Y yo, he vuelto a desear más que nada en el mundo tener un huequito en la puerta de mi casa donde dejar mi coche, cuando vuelvo por la tarde. O tener el poder de una gran bruja, y hacer desaparecer el coche dentro del bolso del trabajo hasta el día siguiente que vuelva a necesitarlo.
Llegar a casa, después de un día agotador, y tener que perder casi una hora dando vueltas para aparcar, no tiene palabras.
Como yo, otros tantos pobres que buscan con desesperación ese hueco deseado donde dejar el auto. Algunas veces, y cuando ya han pasado más de las 7, les puede el cansancio, y la premura del tiempo, y cuando la acera se va quedando libre, abandonan ahí su vehículo.
Presumo que serán estudiantes, que aprovechan el silencio de la noche para poder sacarle el mayor partido a las horas. Son las 22:30, el coche bien pegadito a la pared, sobre la acera.
A esta hora nada podría pasar, el movimiento frenético del día ha llegado prácticamente a su término.
Y entonces vienen los locales, con su flamante grúa y se llevan el coche al potrero. Estas cosas, y por mucho que quiera, no puedo entenderlas.
Lo mismo me pasa con el camión que retira el contenedor de papel para reciclar, ha de pasar a las 7:30 cuando todo el mundo corre a su puesto de trabajo y la carretera está que arde???
Sueño con un sitio, donde estas pequeñas cosas, no pasen.
Y soñando me he pasado estos días. Sueños extrañísimos. Con champiñones con piel de melocotón de color negro; con peces payaso como Nemo, y con vestidos…. Tengo el subconsciente demasiado activo creo.
Pero siempre hay regalos que recolecto como si fuera una agricultora…, cien gaviotas en una explanada, o algún momento de paz.