En medio de las lanas, he hecho un huequito para volver a una de mis vías de escape más efectivas: acolchar.
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Las primeras veces
De las piedras de mi camino
Me gustan mucho las piedras. En mi casa hay un bol lleno de piedras.
Llegó la alimentación complementaria
Esta semana pasada, he celebrado que ya llevo aquí un año, como majorera retornada.
Icarus
Días de invierno
Una de lanas
Poco a poco nos hemos ido poniendo al día, y si hay algo importante en una tejedora, desde que tiene algo de tiempo, es sacar las agujas y ponerlas en movimiento.
Quizás podría aprovechar el poco tiempo libre que tengo para hacer otras cosas, pero en estos momentos, mantener el equilibrio mental y la alineación de mis chakras, pasa por tejer aunque sea un par de puntos al día.
Me he propuesto no empezar nada más, sí ya sé, es un tópico, pero en este caso voy a intentar cumplirlo, porque de a poco empiezan a faltarme agujas para poder seguir montando puntos.
He logrado ir terminando cosas que tenía del año pasado, como el vestido de rayas para MyLittleButterfly. De las cosas que he hecho que mas uso, después de los pañalitos con puntilla, son los gorros, así que para este vestido, he tejido un Ripley.
También tejí un precioso vestidito con turbante, para una niñita que también se dio prisa por llegar, y cuando la esperábamos para mitad de febrero, decidió venir a finales de enero. Para ella hice una pequeña canastilla con el conjunto y unas babitas.
Los dos gorros están tejidos en Katia Merino. Esta lana tiene una particularidad, y es que una vez que se moja, adquiere la consistencia de un chicle, puede estirar hasta el infinito y más allá. Quedando una pieza tejida sin forma ni concierto, que puede ser el disgusto mayor de cualquier tejedora. Sabiendo ésto, y estando prevenida, el merino de Katia se convierte en la fibra perfecta para los gorros, porque una vez mojada se puede dar la forma y el tamaño adecuado para cualquier cabecita. A parte de ésto, es calentito, y su gama de colores es estupenda y variada.
Y después de tejer tres, la cuarta se ha quedado en casa. Una Baby Surprise Jacket, ya he dicho muchas veces lo que me gusta este patrón. Elizabeth Zimmerman era una auténtica genia de las agujas!
En las agujas aún tengo un chal a medias, unos legwarmers, un calcetín.. y en el cajón tengo otros dos calcetines a los que les falta su compañero, pero como eso no es poco, tengo también otros dos chales por bloquear… Me falta tiempo, y tranquilidad, porque en mi cabeza los patrones y las ideas siguen como agua hirviendo.
Y ya de último, he tejido este corazoncito, para festejar San Valentín. Para acordarme de todo el amor que hay para dar, de todo el que recibo, y de todo lo bueno que tiene la vida, que no todo es crisis, frío, catarros y números rojos. No sé ustedes, pero yo, voy a querer y a dejar que me quieran no solo mañana, sino al menos, todo el mes.
Que vienen los Reyes!
Se va acercando la hora de que los Reyes pasen por la puerta de casa, y yo aún no he terminado de escribir mi carta!
Aunque lo he estado pensando, y la verdad, ya me doy por satisfecha con todo lo que ha pasado en estos últimos meses, creo que voy a enviar mi ración de desear y de regalos a gente que nos quiere y nos acompaña cada día, para que lo Reyes sean generosos con ellos y los premien un poquito.
Nosotras hemos pasado estas fiestas muy bien. Hemos cantado, comido turrón (yo, ella sigue a leche), hemos visitado familia y nos han visitado, y sobre todo hemos reido y besado mucho.
Han sido unas Navidades bonitas, por ser las primeras juntas, y por estas llenas de música.
Nos acompaña estos días el último disco de Jesús Garriga , su último disco es espectacular!, lleno de canciones completas de alimento para los sentidos, y de letras que desafían cualquier tipo de sentimiento.
Yo he podido ir desempolvando las agujas. Durante noviembre me dediqué a tejer minicalcetines, un total de 24, que fui colocando a modo de Calendario de Adviento en nuestro salón. El año próximo le colocaremos bomboncitos para las dos.
He tejido también un mini jardin, en estos tiempos todo es mini, por lo del tiempo, más que nada; aunque como forman parte de los regalos a repartir, no podré poner foto aún.
Ahora mismo en las agujas tengo un gorro, tema que merece post aparte, y que será la próxima entrada.
Y de paso, como ya tenemos nuestra rutina, he podido ir metiéndome en la cocina.. la cebolla caramelizada se ha convertido en una obsesión últimamente. Se me ha ido tanto la pinza, que hasta estoy pensando en comercilizarla.
Bueno, y ahora, a la cama, que si han sido buenos, los Reyes pasarán por sus zapatos!
Para lo que no estaba preparada
Ya va a hacer casi un año desde que me enteré que iba a ser mamá. Desde el primer momento quise tener una maternidad consciente, y por ello pasé a leer todo lo que caía en mis manos, y también a poner a punto mi sentido común para poder discernir entre las lecturas buenas y las malas, que de todo hay escrito, bien dicen que el papel lo aguanta todo.
Desde el principio me sentí completamente identificada con el pediatra Carlos González y su forma de ver la maternidad y todo lo relacionado con la crianza.
Bésame mucho, Un regalo para toda la vida, y Mi niño no me come, han pasado a ser mis libros de cabecera. No es que me haya tomado al pie de la letra todos sus libros, es que me parece la única forma en que yo veo la maternidad y todos sus derivados. Respeto cualquier tipo de crianza respetuosa con la que la mamá y el bebé se sientan bien, y que no sean igual a la mía.
Por ello, yo me preparé: leí, cuidé mi alimentación, me conciencié, me mentalicé, hice deporte y procuré vivirlo lo máximo posible..
Cuando por fin llegó el momento, y MyLittleButterfly llegó, seguí mentalizándome, concienciándome, y me dejé aconsejar por mamás que comparten mi visión de la maternidad, y por lecturas e ideas que fueran en mi misma línea. Estaba preparada para todo lo que iba a venir, y todo lo que estaba viviendo.
Para lo que no estaba, ni estaré nunca, preparada es para oír la cantidad de barbaridades que cualquiera, haya parido o no, tenga a bien decirte, supongo que con buena intención.
Nosotras practicamos el colecho, estamos con lactancia materna exclusiva, no usamos el carro porque usamos el sling, cantamos para dormir, y procuramos estar pegaditas lo máximo posible.
Al parecer, lo hacemos todo mal, porque a la edad de 4 meses, ya es necesario introducir nuevos alimentos porque la leche empieza “a ser mala”, ir en el sling es tremendamente incómodo para la niña, dormir juntas es un peligro, y lo de estar con ella pegada todo el día es algo terrible.. “porque se acostumbra”..
Y yo me pregunto: ¿se acostumbra a qué? ¿a que la quieran?
MyLittleButterfly desde que me ve ponerme el sling empieza a sonreir porque sabe que vamos de paseo, que la tenga cogida en brazos es su forma natural de estar, con mi leche ya ha llegado a los 6,100kg y 61cm, sonríe, parlotea todo el rato, se fija mucho en las personas, y me tiende la mano para que se la agarre cuando está a medio dormir.. A mi parecer no está tan mal, aunque claro, entiendo muchas cosas de un país con unos habitantes que piensan que la Sra. Soraya Sáenz de Santamaría se merece un premio por estar frente al traspaso de poderes del gobierno a tan solo 15 días de haber parido. Esa es la situación que hay que premiar, me pregunto si su bebé pensará lo mismo.
36 años, 3 meses, y granadas
Han pasado los temibles 3 primeros meses. Todo el mundo me lo advertía: son solo 3 meses. Parecía que no llegaban nunca, pero llegaron y pasaron. Y la diferencia es como de la noche al día.Los primeros 3 meses se pueden resumir en días de: llanto, teta, llanto, teta, llanto, baño, llanto, teta.. y por en medio, pañal, pañal, pañal. Hay algo que se despierta en tu interior, que hace que no te desesperes, que no quieras salir corriendo, que no quieras bajar los brazos.. y cuando te vienes a dar cuenta, pasó. Ahora los días se despiertan con un “buen día”, por mi parte, y un “ajóooo” por el suyo; le ofrezco un desayuno a base de la leche que voy fabricando, a lo que ella vuelve a responderme con otro: “ajóoo”… y así vamos dialogando a lo largo de la mañana, el medio día, y la tarde.
Ya ronda los 6 kg, y de aquella bebecita pequeñita y delicada que conocí en Agosto, queda poquito. Ya salimos de paseo en el sling y en el coche, y ya que ha refrescado empezamos a usar los gorros que he tejido y las medias que nos han regalado. Que me derrito con mirarla, no es nueva noticia, pero es que verla con leotardos, hace que necesite baberos de talla XL.
Mientras ella cumple 3 meses, yo he superado la barrera de los 36 años… El primer cumpleaños de mi vida que tiene sentido, que he recibido con alegría, que he festejado a lo grande, dentro de mí, sin velas y sin tarta, pero tremendamente feliz.
Y así como yo cuido de MyLittleButterfly, mi mama cuida de mi. Estos días me da granadas, que tienen no sé cuantas vitaminas y propiedades para que mi cuerpo esté en la mejor de sus condiciones para seguir fabricando tan buena leche.
Nos vamos acomodando, y poco a poco entre las tareas de amamantar, el cambio de pañal, y el baño, estoy introduciendo el tejido, los libros, y el blog.