Este primer domingo de Noviembre, nos hemos levantado al alba. LaMariposita sabía que tenía hacer un montón de cosas, y para ayudarme, ha tocado diana poco antes de las 7.
Hemos desayunado delante del pc prácticamente. Y luego yo me he dedicado a pulir un trabajo terminado, y ella a dar buen repaso a sus libros nuevos, buscando flores, pelotas, y nenés titititos.
Yo de paso, he confirmado los superpoderes que me han salido desde que soy mamá: al mismo tiempo he imprimido 4 copias del proyecto en cuestión, he cosido parte de los deberes del curso que hice ayer (post próximamente), he organizado fotos, descargado capítulos de mis series, he cantado, tendido una lavadora,… y todo en un rato!.
Luego hemos aprovechado a la Peque en casa de la mamma, para que nos sacara unas fotos. Por fin puedo subir a Ravelry mi chaqueta terminada. Me ha encantado tejer este patrón, y tengo muchas ganas de estrenarlo, cosa totalmente imposible con estos 30º de temperatura que nos acompañan día y noche.
Y hoy nos han traído un regalito desde la finca del tío. Esto de volver al núcleo familiar tiene esto de bueno. Nos han traído una rosa rosa, abierta y olorosa, perfecta!
De super sorpresa una bolsita llena de flores de algodón. Desde que era pequeña no las veía. Ahora voy a intentar sacar las semillas, y ver que pasa. Estoy como niña con zapatos nuevos, aunque estén sucias, y aún no sepa bien qué hacer con ellas.
Hemos inaugurado noviembre de muy buena manera, y de forma bípeda. LaMariposita se traslada sobre sus pies, de forma insegura pero rotunda. No quiere que le den la mano, y tampoco que le digan a donde ir.. Me esperan días complicados.
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Si no viene, habrá que ambientarlo
De lo mejor de esta época del año, a parte de que nos devuelvan la hora que nos quitaron en junio, es que empieza a refrescar. Por esta zona tímidamente, pero algo sí que se nota. Y no es que me no me guste el verano, que me encanta, pero todo tiene su límite, y pasar casi cinco meses a más de 30º es más que suficiente verano.
Se supone que los árboles deben de poner sus hojas naranjas, y luego perderlas, y al andar por la calle se oye cruch-crunch, y todo tiene ese toque anaranjado que enamora.. Eso solo pasa en Canadá, y lo sé por las fotos de Jackie. Por aquí, no pasa nada, es decir, la temperatura baja un poco y ya. Pero va a impedir eso que no disfrutemos de un otoño como el de las fotos? Por supuesto que no!.
Así que si el naranja no está, habrá que buscarlo.
Lo primero la puerta, una corona artificial, traída desde los estates en un viaje incómodo, largo, y con numerosos registros: ha merecido la pena.
La semana pasada en mi supermercado no habitual, encontré esta calabaza: imposible dejarla allí.
En casa, flores naranjas!
Y ya para que el ambiente sea totalmente otoñal, y esto sin esfuerzo alguno, lo mejor de estos días es poder tomar infusiones calientes.
La DolceGusto, está más que amortizada!. Un té verde chino-francés, que es el mejor que he probado nunca, ya que no soy aficionada al té verde, éste en concreto me ha hecho cambiar de opinión. Un té negro muy suave: Prince of Wales. Y previsora como soy, un Christmas tea, que es especiado y afrutado al mismo tiempo, ideal para las tardes de domingo con un buen bizcocho.
Que más podemos pedir para un otoño imaginado?.
De lo máximo a lo mínimo, pero en rojo
De un tiempo a esta parte se ha puesto muy de moda el Trapillo o Zpagetti. Aquí en Fuerte no tenía la posibilidad de encontrar para poder tocar y experimentar. Pero tengo la suerte de contar con un HadaMadrina que está siempre pendiente para que pueda probar todas estas cosas nuevas.
Por correo y como anticipo al cumpleaños me mandó un ovillo de Zpagetti en el color adecuado. Seguramente que si yo hubiera ido a comprarla también hubiera elegido ese color, es muy yo.
Junto con el ovillo me mandó un gancho.
Estaba casi convencida de que crochetearía un camino de mesa gigante o algo similar, pero al pasar por su blog, y ver el cojín de domino-knitting, no pude resistirme, siempre he sido más de agujas que de gancho.
Saqué mis agujas rectas de 15mm y ahí me puse a tejer.
Es divertido, muy divertido, pero también costoso. Mis manos son pequeñas y están acostumbradas a tejer hebras finas, y medias, pero algo tan grueso no lo había tejido en mi vida. Me costó bastante. Aunque estoy enamorada del resultado, y ya está formando parte de los cojines del salón. Después de tejer esto, sigue sobrando un poco del ovillo, que aún no tengo claro a qué dedicar, aunque si miro mis necesidades, lo mejor sería ganchillear un cubilete para los hilos que van sobrando al coser.
Mientras me lo pienso, he terminado el primer cuadrado de este conjunto de cuatro bordados en red work. Es un diseño de EvaGustems, y lo tengo casi casi de mi último cumpleaños.
Pasar de las agujas de 15mm a las pequeñas puntadas de hilo finca nº12 ha sido todo un cambio.
Mientras bordo, y tejo, estoy enganchada a la serie Once Upon a Time, aún no he terminado de ver la primera temporada, pero puedo confirmar que me está encantando.
Y ya hoy, me despido de mis 36. Lo voy a hacer comprando los ingredientes de una tarta para mañana, recogiendo unos estantes de la tienda sueca para mis libros, y esperando mi Kindle (regalo de los papás), atrás quedaron los malos humores y las tristezas por cumplir años. Mañana y para celebrar voy a poner en marcha de nuevo ElReto, otro año de fotos, para capturar con la cámara los pequeños momentos que hacen más llevaderos los días.
Conservas en bote con pan y matequilla
Si hay algo que últimamente llega a casi obsesionarme es el DIY (do it yourself). Me encanta poder usar todo lo que tejo, lo que coso, lo que cocino.. Y es en éste campo donde me puedo volver literalmente loca. Empecé haciendo pasteles, queques; pasé al pan, a los bollos, la base de la pizza.., y ya desde hace un tiempo estoy loca por las conservas.
Estar de nuevo en casa, me da la posibilidad de estar más cerca del campo. Parte de la familia tiene huerto, un huerto de verdad, no como el mío, que fue como un huerto de juguete.. pero todo se andará.
Y así, me veo en casa, con una bolsa con calabaza, cebollas moradas, tomates, pimientos… Todo recién cogido y todo super fresco. En casa somos dos, y LaMariposita todavía no llega a comer cantidades decentes de casi nada, bueno sí, de leche sí. Así y teniendo en cuenta que tirar comida es algo que no puedo contemplar, que el mundo de las conservas es amplio y muy interesante para experimentar, me he puesto manos a la obra. El resultado es un bote de dulce de calabaza, con canela y cardamomo; un bote cebolla caramelizada sin azúcar y con mostaza; y un bote de salsa de tomate con pimientos, un poco picante, ideal para las pizzas.
La cebolla en bote la uso para acompañar casi cualquier cosa, me resulta riquísima incluso sola.
El rey de los botes de conserva en esta casa es el atún. Lo trae ElPatrón, directito de la mar, más fresco no puede ser, y es LaMamma quien lo embota. Esto sí que es un manjar de Dioses, con su punto de sal y en aceite de oliva virgen. Solo, así directo del bote, con un poco de pan de leña es suficiente para degustarlo.
Y después de pasar un par de horas en la cocina bailándonos un pan y mantequilla un par de veces, y que todo tenga olor a comida, a fogones a pleno rendimiento, y de que no termine de espantar la cantidad terrible de moscas que pueden entrar a la cocina por la rendijita que dejo abierta. Bueno, igual solo eran dos, pero molestas como cincuenta. He puesto un limón con clavo en el frutero, para que todo huela rico, y para que de paso éstas indeseables desaparezcan.
Con la alacena llena de botes, y la casa oliendo a otoño, nos hemos ido a la Feria del Saldo que hay este fin de semana en mi pueblo. Será que a mi lo de ir a comprar no me motiva demasiado, y mientras la mayoría se prueba zapatos, trajes, blusas, yo solo he encontrado una pequeña colección de libros infantiles, a un euro la unidad, imposible dejarlos allí. Y un esmalte de uñas, porque amigas esmaltes, nunca hay suficientes.
Será por algo
Octubre es un mes especial..
Es mi mes. Ahora ya lo asumo como tal, sin dramas y sin más rodeos.
Pero no solo lo digo yo, la naturaleza me da la razón.
Por esta tierra, los cielos en Octubre son espectaculares, tanto al amanecer como al anochecer.
Las mareas están más altas de lo normal, y también más bajas.
La playa te recibe con soledad, con el frío justo, con la ración de Sol necesaria, y con esa brisa exacta que ayuda a hacer de la playa el mejor sitio para estar.
Octubre es un buen mes, y nosotras ya, estamos celebrándolo.
PD: La puesta de Sol, como no podía ser de otra manera: en MiNorte
Mensaje en una piedra
El domingo por la mañana, como viene siendo habitual y hasta que el tiempo lo remedie, solemos darnos un paseo por la avenida marítima de mi pueblo.
Voy porteando a LaMariposita por todo el trayecto, hablándole sin parar de lo que vemos, de lo que se me ocurre, incluso a veces vamos cantando.
Últimamente, se ha convertido en un pequeño lorito, y va repitiendo todo lo que escucha.
Momento de especial atención, es cuando ve el mar: aaaaaaaaaaagua, aaaaaaaaaaaaaaagua, dice en voz bajita, casi susurrando. Al pasar por el muelle, saca su dedito y señala el barco del abuelo, y me va informando: abuebo.. atúuuuuuuunnnnnnn.
Momentos de fiesta y puro jolgorio son cuando nos encontramos con otro bebé, o con algún perrillo… A parte de llamarlos a viva voz, se pone a mover brazos y manos con una energía tal, que a veces he creído que se me escapaba del sling!
Este domingo, nos paramos un momentito en el murete de la playa, para ver a los bañistas, y ahí que me encontré este mensaje… Ya veo que no soy yo la única que va dejando notitas por ahí..
Y esta vez, no puedo estar más de acuerdo.
Llenando de cruces las paredes
En cada cambio de estación, pongo el piso patas arriba, limpiando, guardando, redecorando…
Me gusta esperar las estaciones, aunque sea solo en sentido poético, porque como saben el tiempo aquí es bastante igual. Pero suena como bonito esto de esperar el otoño e ir despidiendo el verano.
Cambiar la corona de la puerta de las frescas y coloridas frutas por la de hojas secas de color naranja con calabacitas y manzanas.. Cambiar los salvamanteles y los caminos de mesa, y poner algunas cosas más.
Haciendo esta limpieza, creo o me lo imagino, que nos limpiamos nosotras también, y preparamos el cuerpo y el alma para la nueva época. Lleno la cocina de botes para las conservas, y hago limpieza en la nevera de refrescos y gazpachos, que ya no apetecen tanto tomar.
Dando vueltas por la casa estos días, he encontrado esas notas que me voy dejando por ahí. Sí, me dejo notas (si apostaron que no podía ser más friki, perdieron). Notas recordatorias, notas de saludos, simples frases que oígo o se me ocurren, incluso a veces pequeñas estrofas de canciones. Me encanta encontrarlas cuando menos lo espero, siempre me traen buenas vibraciones y me ayudan a clarificar ideas.
Cuando me dí cuenta de esto, mezclé ideas, y ahora tengo mis paredes adornadas con frases que me gustan, que me inspiran, y que me dan ese pequeño empujoncito cuando me quedo atascada en un momento negativo.
Por aquí empezó a llover tímidamente y despacito, aunque sea sólo por darle firmeza a esta alegría mía de que cambiamos de estación, y ya está aquí el Señor Otoño.
Historia de un desástrofe
El martes pasado estaba tejiendo tranquilamente, mientras veía la primera entrega de Once upon a time. Cuando iba acabando el segundo capítulo, estaba encantada con la serie, apasionada más bien. Hacía mucho tiempo que ninguna serie nueva me gustaba y me enganchaba (cosa que sí parece que lo hace esta). En el frenesí de mi entusiasmo tiré del cable de la aguja para mover los puntos.. Ni siquiera oí “click” o “clack”, o “catapún!!!!!!”.. Que son los sonidos básicos que en mi cabeza tienen aparejados cualquier desástrofe de magnitud.
No se oyó nada, silencio.. Y a los segundos, el suave deslizar de una gota de sudor frío por mi frente. El cable de las knitpicks, se había salido de su abrazadera, y los trescientos y pico puntos de mi Shift of focus, se iban saliendo uno a uno de la aguja, mientras yo miraba la escena totalmente paralizada.
Corrí a buscar otro cable para reparar este desastre. Cuál fue mi sorpresa que todos los cables estaban utilizándose.. Todos!!!!. Evalué rápidamente la situación para decidir qué labor sacrificar. La elegida fue una manta que lleva durmiendo un buen número de meses. Tiré de este segundo cable, para sacar los puntos de la aguja.. Y sí, la escena se repitió. Ahora sí se oyó más de un ruido: mis maldiciones en arameo! Dos cables en menos de 15 minutos!!! Los Mayas tenían razón: el fin del mundo era esa noche!
Bueno, llegados a este punto, si el fin del mundo era esa noche, a mí me iba a coger arreglando mis agujas.
Busqué unos alicates, un mechero, y me encomendé a San Judas Tadeo (patrón de las causas difíciles).
Después de varios intentos, y de más de una quemadura, solventé la situación.
La enseñanza de esto, es que no se pueden tener solo tres cables, hay que tener más. Cosa que puse remedio a la mañana siguiente.
El mal sabor de boca de la noche anterior, lo arreglé preparando un buen desayuno, a base de panecillos de zanahoria, a los que añadí semillas de amapolas y sésamo.
Y ya para rematar, la mariposita, que sigue sin querer andar sola, pero que hace equilibrios en su preciosisimo pie. Le ha cambiado tanto en un año, que no parece ni el mismo. Se los reconoce, y los coge al tiempo que dice: papos… papos…. no taaaaan
Y yo, después de recomponerme de la derretida, tengo que salir corriendo a traerle sus zapatos, para que se quede tranquila.
Agujas echando humo, y una pizca de nostalgia
Se pasó el mes de Agosto, en un abrir y cerrar de ojos.
Este año no pude dedicarme totalmente a lo que más me gusta hacer en MiNorte: echarme a la bartola en la arena de la playa, tomar quintillos, y desayunar en El Goloso.
Este año, he tenido que cambiar todas mis rutinas veraniegas. Los motivos, son varios, pero fundamentalmente porque tenía un proyecto que hacer, y porque LaMariposita ya no me da la total libertad que tenía antes.
Ahora ella me acompaña en el sling, a los paseos por la playa, a la puesta de Sol, a ver a la Vírgen, a los parientes… Y en todas las esquinas, alguien que pregunta por el carro.. Ya tengo un speech aprendido, rápido y sin muchas explicaciones.
He podido trabajar relativamente tranquila, y hoy por fin, he entregado mi proyecto (soy libre! aunque por poco tiempo). Hemos ido a la playa, y he tenido más tiempo para tejer. Las siestas de la peque en el norte son brutales!
Así, he terminado el Aestlight, y un granny shawl, que ahora mismo se están bloqueando. Aún no los he subido al Rav, a la espera de la sesión fotográfica cuando salgan del bloqueo.
He encontrado un Damson perdido, y otro pequeño shawl que le había tejido a la no tan pequeña de la casa. Como cosas curiosas, los dos están tejidos en Katia Mississippi, lanas que primero fueron chaquetas, y cuyo resultado me dejó totalmente unhappy.. Ya he hablado del fin interno que tiene la lana, verdad?. Con estas, yo me empeñé en que fueran chaquetas, cuando en realidad, ellas querían ser chales.
He seguido gastando las lanas siberianas que aún me quedaban en mi stash, y de una sentada hice tres cestas, a las que les encontré sitio casi antes de terminar de tejerlas.
Ahora mismo en mis agujas, tengo el Color Affection. Ya estoy en la última parte, en las vueltas cortas, y la verdad, se me está haciendo un poco pesado, aunque se compensa con el resultado, ciertamente.
Ya estamos de vuelta en nuestro piso, hemos dejado el Norte, las largas siestas, los cafés de media mañana, los paseos por el Charco,…
Ahora volvemos a la rutina, a ir haciéndola poco a poco, aunque con LaMariposita, es una ardua tarea. Estamos en el momento de “quiero ver el mundo, pero gateando me siento muy segura”. Gatea por todos lados, y a una velocidad que me deja atónita. Por momentos parece un dragón de Comodo acercándose rápidamente a su presa. Al tiempo ha soltado la lengua, y se hace entender. Estos días no quiere la fruta, y me la rechaza con la mano a la voz de “aaaaamóooon!!” con autoridad y firmeza. Desde que abre el ojo: “eeeeeecheee”. No sé si está teniendo una crisis de alimentación, lo que sí sé es que está mamando el doble de lo que lo hacía hasta hace un mes, a todas horas lo que quiere es leche…
Una chaqueta y la selva de nuestra casa
Estos días, las noches calurosas son largas, y la única forma de combartirlas y asegurar el equilibrio de mi mente, es seguir tejiendo. Mis dedos trabajan y mis ideas no se dispersan hacia sitios donde es mejor no adentrarse.
Así, y para ir en contra totalmente del tiempo, me he puesto a tejer con las lanas más gordas que tenía en el stash. Dándome cuenta de que he comprado lanas, pensando que vivía en Siberia, o que algún día podría irme a vivir alli. En qué estaba pensando exactamente cuando las compré, es puro misterio. Hace ya tanto tiempo, que puedo usar perfectamente la excusa de: era joven e inexperta.
La cuestión es que me he propuesto acabar con todo los ovillos huérfanos que tengo por casa.
De ahí, lo único que ha podido salir, es algo selvático.
1. Ugly Bunny. Al terminarlo, se me ha parecido demasiado a ese dibujo animado amarillo y cuadrado que no me gusta nada. Pero como digo, el parecido es obvio, así que le hemos puesto el nombre de: Pepe Estropajo.
2. Sheldom Turtle. La primera se la hice al pescadito de Adijirja. y con los restos de la primera, prácticamente he hecho la segunda.
3. La oveja de mi amiga MaryC. Estoy enamorada de las ovejas, y pareciera que de un tiempo a esta parte, veo ovejas por todos lados.
4. La chaqueta de Emma, esperando ya, las noches frías de invierno. El resultado me ha encantado, aunque al ir terminando el cuello, la lana escaseaba, y no he podido hacerle el cuello tan grande como deseaba. Aún así, le queda bastante bien. Le he puesto unos botones gris muy clarito, que tenía por casa.
5. Un super búho. Ha quedado grandote, y muy mullidito, perfecto para abrazar y dormitar.
Me ha entrado como una especie de obsesión por tejer animales, y ya tengo una lista por orden de preferencia, para seguir tejiéndolos.
Para más detalles, mi rav