Visitando rincones con mucho salero

Después de una semana terrible, que aún debo digerir para poder contarlo, nos levantamos temprano (una vez más durante la semana) el sábado. La MamáPollo, nos informó de que era el día de los museos, y por lo tanto se podían visitar de forma gratuita. Se me encendió la bombilla ipsofácticamente.
Hacía tiempo que quería visitar el Museo de la Sal, y después de desayunar y hacer las tareas básicas, nos pusimos en la carretera con rumbo las Salinas.
El día estaba algo fresco y un poco nublado, pero yo confiaba en que pudiéramos disfrutar de un paseo agradable sin mucho frío. Y así fue.
El Museo está muy bien. El camino que lleva hasta la entrada es un puro camino de Fuerteventura, con veroles, tuneras, siemprevivas y piedra cal. Me gusta que se haga jardín con lo que tenemos, con lo que somos. Esa costumbre de poner césped en una isla que no llueve, que es desértica  y que por tanto, el agua debería ser tratada como oro, me parece de un mal gusto digno de catetos-nuevos-ricos. Aquí hay picón, piedra y arcilla, y de esos colores deberían ser nuestros jardines, sobre todo los que dependen del Cabildo o Ayuntamientos (punto positivo para el museo).
No sé qué tienen las Salinas que me gustan tanto. Creo que la primera vez que miré  las salinas para ver algo distinto a lo cotidiano fue a través de la película Mararía. Y de pronto, en algo que formaba parte de mi paisaje natural, encontré una belleza escondida que me resultaba del todo cautivadora.
La visita al museo se me hizo corta. Hay mucho para leer y para ver, pero con LaMariposita de la mano, se hizo imposible. Ella estaba más interesada en salir afuera y correr por en medio de los trastones de piedra.
Tenía la esperanza de que pudiera llevarme un folleto con toda la información recopilada para poder leerla en casa más tarde, pero no fue posible: no existían tales folletos más que los de uso dentro de la instalación (punto negativo para el museo). Al final de las salas, hay un video explicativo, de cómo se saca la sal del agua. Explicado por un lugareño al más puro estilo majorero.
Ver la sal tan blanca en montañitas sobre las paredes de piedra negra, es una imagen preciosa. Por momentos parece nieve. Es curioso que después de ver el fondo de tierra de las “minipiscinas” de donde se saca la sal, ésta sea tan blanca.
Al final del paseo entre las salinas se encuentra el esqueleto de una ballena. Se ve desde la carretera cuando pasas con el coche, y ya impresiona. Está completo y muy bien conservado, pese a estar a la interperie. A mí me hubiera dado para estar dando vueltas alrededor del esqueleto por lo menos un par de horas, para ver bien los huesos y sus formas.. Pero Emma tenía otras intenciones. Con lo que queda patente que tendremos que volver dentro de un tiempo, a ver si conseguimos que mis intereses y los suyos se pongan de acuerdo.
Ya he dicho del gusto de esta niña por el agua. Pues después de esta visita queda confirmado que empiezo a preocuparme. No puedo perder ni un nanosegundo su mano. Desde que ve agua quiere salir corriendo hacia ella, y le da igual que tipo de agua sea. Lo mismo le da una piscina, que mar abierto, que una palangana con agua. Hace unos días paseábamos por el muelle, y tuvo una intentona de bajar por la escollera del paseo para irse al agua.. Pues ayer en las salinas igual. Pretendía colarse por debajo de la cuerda que hacía de valla para ir a tocar el agua.. En fin, que como dice cannnela me equivoqué con el nombre, no es una mariposita, es una sirena, con todas las letras.
Cuando ya nos íbamos empezaron a disiparse las nubes y a salir el sol tímidamente, lo que nos dío para sentarnos en uno de los bancos de piedra que miran al mar y tomarnos un tentenpié de lechita que nos dejó satisfechas para emprender el camino de vuelta a casa.

4 opiniones en “Visitando rincones con mucho salero”

  1. Original museo, no sabía que tuviera museos de la Sal.
    debe ser fascinante, a mi que tanto me gusta el tema de la mar me encantaría, yo estoy acostumbrada a ver las salinas de Cádiz, pero cada verano cuando las contemplo me siguen fascinando como la primera ves que las vi.

    Cuidado con la Sirena, está guapa guapa!!!

    😀
    Besos !!

  2. Hoy que J durmiose pronto, iba a llamarte, peeeeeero, se que me quedó el móvil sin batería. Sin cargador. Sin agenda. Sin número. Chof!
    Mañana.
    A mi me apasionan las salinas también. En La Palma hay unas preciosas en Fuencaliente. Tienes que ir. Cuando quedamos??? 😛

  3. Lo del agua y los niños es irremediable 😉 yo siempre salgo con un cambio completo de ropa, mi niño se moja hasta cuando no hay agua, porque es muy caluroso y enseguida empieza a sudar.

    Espero q lo que hizo mala tu semana haya tenido punto final.

    La mía se presenta movidita…hemos empezado con mocos y casi sin dormir, además tenemos cita en el hospital con la nena… a ver q nos dicen…temblando estoy.

    Disfrutad del sol, que por aquí ha vuelto el invierno 🙁

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