No recuerdo la fecha ni el lugar en el que compré este kit diseñado por Judy Rothermel, pero pongamos que fue en Chicago, hace como dos años.
Tiempo que lleva durmiendo el sueño de los justos en algún cajón, con este trajín de semi-mudanza que tengo, lo he descubierto.
Una tarde para decidirme en meterle la tijera y marcar las piezas. Otra tarde para ensamblar pieza a pieza, formar los bloques y concienciarme para planchar tanta mini costura. Y finalmente otra tarde para hacer el quilting y el binding.
Ayer por la tarde decidí el sitio, y ya hoy luce radiantemente en mi salón.
Está hecha con telas de reproducción de aproximadamente 1870, y el colorido es espectacular.
Ha sido el remedio perfecto para poner la mente en off, no pensar, no echar de menos, no provocar ansiedad, y dejar que las manos hagan su trabajo mientras la mente descansa un poco de tanto trabajo.
Por fin, la organización del piso está hecha, ahora solo falta que el escuadrón de limpieza tome las riendas del asunto y me deje la estancia como los chorros del oro.
Y una vez acabado el trabajo manual, la angustia ha vuelto, echo de menos, encuentro detalles en cada rincón que me provocan una sonrisa o se me saltan las lágrimas, depende del momento del día. ElPatrón se ha echo a la mar, y eso tampoco me ayuda. Pero ella, sigue moviendo mis agujas, mis días y mis noches.
Tiempo que lleva durmiendo el sueño de los justos en algún cajón, con este trajín de semi-mudanza que tengo, lo he descubierto.
Una tarde para decidirme en meterle la tijera y marcar las piezas. Otra tarde para ensamblar pieza a pieza, formar los bloques y concienciarme para planchar tanta mini costura. Y finalmente otra tarde para hacer el quilting y el binding.
Ayer por la tarde decidí el sitio, y ya hoy luce radiantemente en mi salón.
Está hecha con telas de reproducción de aproximadamente 1870, y el colorido es espectacular.
Ha sido el remedio perfecto para poner la mente en off, no pensar, no echar de menos, no provocar ansiedad, y dejar que las manos hagan su trabajo mientras la mente descansa un poco de tanto trabajo.
Por fin, la organización del piso está hecha, ahora solo falta que el escuadrón de limpieza tome las riendas del asunto y me deje la estancia como los chorros del oro.
Y una vez acabado el trabajo manual, la angustia ha vuelto, echo de menos, encuentro detalles en cada rincón que me provocan una sonrisa o se me saltan las lágrimas, depende del momento del día. ElPatrón se ha echo a la mar, y eso tampoco me ayuda. Pero ella, sigue moviendo mis agujas, mis días y mis noches.
Te ha quedado precioso. Y rápido. Yo soy mucho más lenta, porque yo lo hago todo a mano.
Haz foto de donde lo has puesto, anda.
Por Tutatis!!! Yo tardaría semanas en hacer eso…
Tengo que llamarte. Quiero saber de Ella…
¿y que tal si haces otro para el momento en el que Ella llegue? 😉 quizás así la mente se disperse de nuevo …
un abrazo,
SIONA
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