Son las 16:44, y ahora mismo aparte de morirme del calor, estoy más aburrida que una ostra perlera.
Ya he mirado los planos, los metros, las actas…. todo bajo control.
Entonces me he dado a los blogs, he leído los preferidos, los frecuentes, los enlazables.
Me ha dado tiempo hasta de matar una cucaracha que he encontrado en el baño… gen asesino bajo control?
Son las 16:45, y parece que los minutos dan para mucho, aunque ahora mismo cualquier cosa que me aptezca, pasa por salir de esta caseta de obra con aires de oficina, aunque no deje de ser más que eso, una caseta de obra.
Se me ocurren mil cosas para hacer, para entretenerme, para darle esquinazo al aburrimiento, y dejar que los minutos sigan pasando sin que yo les ponga atención.
Podría tomarme otro café, y salir disimulando por los despachos contiguos, ser un poco sociable, y darle uso a esa parte de la antropología que estudia la necesidad de la interacción entre seres humanos, pero el café a esta hora de la tarde, tendrá graves consecuencias, así que mejor lo dejo en una botellita de agua. De las cuales ya tengo tres en la mesa, de sendos paseos que ya me he dado, desde la hora que me senté aquí esta tarde. Con lo cual el paseo no es recomendable.
Me gustaría atrincherarme en algún lugar cómodo, para hacer nada. Ni siquiera pensar, que últimamente se me da tan bien. Le estoy cogiendo hasta gusto. Dejar que cualquier cosa a mi alrededor no me cause ningún efecto, es un nuevo estado que disfruto conforme lo padezco. Parece que el método ameba se me está dando bien, igual hasta logro licenciarme, y a partir de este mes, al que solo le queda un día, empiezo a practicarlo de forma permanente.
Y mientras en mis orejas tengo de forma continua la música de Paolo Nutini, y lo único que tengo ganas es de bailar. Definitivamente, la alineación de mis polos está siendo alterada por fuerzas mayores que ni veo ni controlo.
Querida Violeta, como te entiendo. Cuando los minutos parecen horas, las horas día y los dias…toda una vida. Cuano te invade el aburrimiento en el trabajo, encima con calor, y no sabes que inventar…uf, qué horror. Menos mal que pasa tarde o temprano, llegas a casa, te tiras por un rincón y practicas el "mínimo movimiento humano" que es respirar tan solo.
Saluditos y ánimo.