Me siento, observo.. desde una esquina se puede ver pasar el mundo.
Se pueden vivir, revivir, sentir, superar.. sentimientos.
En una esquina me siento, y observo a los que pasan. Dos que se encuentran, se acercan con prisa, se miran a los ojos, se ríen, se miran… se van.
Es bonito ver a dos que se encuentran.
El perro sin dueño que pasa y levanta la pata en un acto casi incosciente, sabe que al llegar a una esquina, debe hacer eso..
La señora que mira el ticket del super, y se queja: estos malditos euros que no dan para nada.
Una chica que mira un reloj, que da pequeños pasitos. Espera.
Un chico que viene corriendo, se deshace en excusas, le coge las manos, las besa, se vuelve a disculpar, ella sonríe, le cree, le disculpa.. Se cogen de la mano y se van
Pero este chico ya estuvo aquí, este chico ya miró a otra chica, ya tomó a otra de la mano y se fue..
Las chicas lo quieren a él, y él no quiere a nadie..
Y en esta esquina, con el mundo a mis pies, me doy cuenta de que todo es mentira. De que las palabras se las lleva el viento, de que lo que creemos sentimientos verdaderos son ilusiones pasajeras. De que hay gente que está tan sola que tiene que engañar a varias para no pasar ni un minuto consigo mismo.
Me quiere…. no me quiere??
El eclipse, la Luna.. o mi locura transitoria
Quiero pensar que ha sido el eclipse, o alguna conjunción planetaria la que me ha tenido sumida en una cuasi-depre que ha durado algunos días. La semana pasó deprisa, sin embargo mi estado de ánimo decaía por horas.
Supongo que no era nada especial, supongo que no ha pasado nada fuera de lo común.. Solo que a veces la gotita colma el vaso, y se desborda, y entonces parece el fin del mundo. Como Ave Fénix, solo debo arder, consumirme, y renacer.. Y a eso me he dedicado el fin de semana.
Disco duro sin espacio
Últimamente me aparece este mensaje con mucha frecuencia.
Tengo la memoria del móvil saturada, el disco duro del pc.. hasta la tarjeta de mi memoria está llena.
Anoche empecé con el lento proceso de borrado.. No quise formatear, porque hay recuerdos con cierto grado de dolor, que constituyen en sí una gran fuente de aprendizaje, así que con tiento y paciencia fui borrando.
Primero los recuerdos, esos que en algún momento me hicieron feliz, otros llorar, otros melancólica.. DELETED. Los borré todos, borré todos los recuerdos donde estaba.
Ya lo más duro estaba hecho.
Borré luego los mensajes del móvil, increíble, aún conservaba uno invitándome a un concierto con fecha de junio de 2001 (ya tenía móvil en aquella época???), era el que ocupaba más espacio, porque era que contenía más materia, DELETED.. y así seguí. Ya tampoco queda nada viejo en mi móvil.
Y finalmente, el pc. E-mails, relatos, archivos… todo: DELETED..
Ahora me voy a desfragmentar, para ordenar y dejar hueco a lo nuevo que viene, que venga o que esté por venir..
Ya no queda nada de la otra vida, ya no queda nada.. Solo un cartel en mi casa, que ni siquiera lo relaciono con otros momentos..
Ya en mí no queda nada de tí. Ni siquiera el recuerdo.
Banana Pancakes
Desde hace días mi IPOD tiene vida nueva. Le digo así cuando cambio mis “listas de reproducción”. No hace mucho que comenté que estaba como en shock con un nuevo disco que tenía entre los oídos. No tiene sustituto, pero le he dado unas vacaciones para que no se canse él ni yo; y también estoy haciendo un experimento. Voy a estar sin escucharlo unas semanas, a ver que reacción me causa cuando vuelva a hacerlo.
El nuevo disco es “In Between Dreams” de Jack Johnson. Me encanta. Y ahora que se acerca el fin de semana, no dejo de anhelar lo que describe Banana Pancakes.
Ilusión vs Realidad
Hace unos días hablando con un amigo, comentamos algo de un libro de Mario Benedetti, que se llama Primavera con una esquina rota.
Recordaba haberlo leído hacía algún tiempo, pero la verdad no recordaba mucho más. Me doy cuenta de que hay veces en que los libros pasan sin pena ni gloria por nuestra vida, y que tiempo después los volvemos a tomar en las manos y descubrimos el mundo de nuevo, como si nunca lo hubiéramos leído, porque nos parece increíble que no nos dieramos cuenta la primera vez de todo lo que ahora captamos de él. Mi conclusión: que todo, absolutamente todo tiene su momento.
El caso, es que como no recordaba, lo volví a leer, y me pasó eso que ahora mismo acabo de escribir: que descubrí un libro nuevo, como si nunca lo hubiera leído.
Mario Benedetti siempre gusta, porque su manera de escribir engancha, es claro, tierno, real..
No quiero destripar el libro, porque todo el que pueda que lo lea. La cuestión es que una vez que repetí lectura, me planteé una cosa. ¿Es mejor afrontar la realidad aunque sea dolorosa, aunque sepamos que nos va a taladrar el corazón, aunque tengamos la certeza de que la verdad nos obligará a reconstruirnos de nuevo, o es mejor vivir en la ilusión?
Vivir la ilusión que hemos creado como mecanismo de defensa para poder superar la situación real que vivimos. En el libro, uno de los protagonistas vive encerrado, y en tal estado la única esperanza que le mantiene en la lucha, es el recuerdo de su mujer y su hija, y de la vida que tenía y que espera continuar una vez sea liberado. Ese recuerdo es el que le anima a seguir, las cartas que recibe son su alimento. Sin embargo, la “realidad” fuera de su encierro es distinta a como él la piensa, y fuera, ya no le espera su recuerdo. Me hace pensar que después de tanto sufrimiento encerrado, con un sólo objetivo; al ser libre es obligado de alguna manera a enfrentarse con todo lo que él no contempló. Ante esto, tal vez sea mejor idea seguir encerrado.
Tal vez, pueda haber un punto en la vida de una persona, donde alimentar esta ilusión sea hasta necesario para poder sobrevivir. Fabricarse un castillo y atrincherarse dentro con sus ilusiones, sus recuerdos… y su imaginación. Yo, por si acaso, ya tengo el mío.
Las consecuencias de Cuatro
He estado dándole vueltas a la programación que el viernes por la noche emite la cadena Cuatro.
Para los treintañeros como yo, el viernes por la noche puede ser el día idóneo para salir, con amigos, con pareja, con desconocidos.. Ya se sabe, se sale y no se sabe cómo se entra, ni con quien.
Pero también hay viernes, en los que uno se queda en casa, con una cena agradable, con unos buenos calcetines y con un quilt así mullidito como el de
Tiemposoria viendo lo que la programación no-de-pago puede ofrecerte. Entonces sintonizas con el canal en cuestión, y empiezas a ver Callejeros. El programa está muy bien y te acerca a realidades cotidianas de las que muchas veces tratamos de olvidarnos, o hacernos los ciegos. Hace unos pocos días ví uno de estos programas, trataba de los distintos tipos de adolescentes en nuestra sociedad. Quedé perpleja, desde grupitos pertenecientes al Opus, con quince años, y proclamando la virginidad hasta el matrimonio; hasta otros grupos también de quince años, tirados en el suelo a punto del coma etílico, y pidiendo desde preservativos hasta tripis a cualquiera que les pareciera que tuviera; pasando por pandilleros, skinheads, y consumidores de hachís habituales.. repito, con 15 años!.. Me recorrió un escalofrío por la espalda, pensando en lo que es la juventud en estos días.
Después de este instructivo programa, le seguía otro: SOS adolescentes. El programa consiste en una familia que pide ayuda porque no puede con los adolescentes que tiene en casa, no pueden con sus hábitos, sus malas contestaciones.. como diría mi madre, “no los meten a camino”. El programa les brinda ayuda mediante una psicóloga que se instala en casa, y les ayuda a analizar el comportamiento de la familia entera. Juro que ningún programa de Cuarto Milenio me dio tanto miedo. Es absolutamente increíble cómo los chicos se comportan, como contestan a sus padres, y cómo lo hacen una vez fuera de casa…
Pero aquí no acaba todo, después de esto emiten Nanny. El hilo conductor del programa es el mismo que el anterior, pero ahora los protagonistas son niños, desde un añito a diez, más o menos.. Si lo de los adolescentes me pareció de terror, esto ya fue indefinible: Niños que pasan horas llorando, que rompen todo, que no paran de moverse, que no escuchan, que no comen, que berrean, que se dan golpes.. incluso algunos que abren la puerta y salen corriendo!!! se escapan de casa!!! con cuatro años!!
Me quedé en casa después de esta sesión televisiva, como en estado catatónico, con los ojos abiertos como platos, acurrucada en la manta, y sin poder mover ni un pelo.
Puedo asegurar que sentí como mi instinto maternal, mi reloj biológico y todo eso, desaparecieron, sentí como se esfumaron…
Y entonces lo ví claro, Cuatro es una cadena que aboga por el envejecimiento de la población, y el descenso de la natalidad. Nos mandan mensajes subliminares (o no tanto) de lo que nos espera si accedemos a ocupar el puesto de “papá-mamá”.
Definitivamente, conmigo lo han conseguido, y ya he pedido cita al psicoanalista para poder recuperarme de este viernes noche. Y la próxima semana, me pongo a ver Dónde estás corazón… que nunca el cotilleo me dejó traumatizada.
Viendo los proyectos crecer
Las cosas cuando se piensan demasiado, tienden a aumentar considerablemente de tamaño.
El juicio que estoy perdiendo
Esta semana ha pasado lenta lenta.. Será porque estoy con dolor de muelas desde el sábado.
El dichoso dolorcillo se ha ido acentuando durante la semana, hasta hacerse insoportable.
Las muelas del juicio, son una de esas tantas cosas que tengo como misterio sin resolver. No les encuentro ninguna utilidad, ninguna finalidad a su existencia; es más todo lo contrario, no conozco a casi nadie que diga que no le molestaron al salir.
Causan dolor, al salir, casi siempre vienen cariadas, y encima por si fuera poco, destrozan el resto de los dientes, descolocándolos, aprentándolos, dejándolos doloridos… Encima, donde están situadas no sirven ni para masticar. O sea, totalmente inútiles.
Pero nada, aún no hemos evolucionado lo suficiente como para que dejen de salir. Hace un poco menos de un año, me sacaban una, la primera. La extracción fue poco traumática, además, fue cuando conocí a un dentista guapísimo que salpimentaba el momento.
Esta segunda han de extraérmela con cirujía, lo cual se me antoja complicado a la par de molesto. Luego tendré que estar varios días con puntos de sutura puestos, comiendo a base de líquidos y papillas.. Y lo peor de todo no es todo esto, lo peor es el agujero que se está creando en mi cuenta bancaria, ese agujero me va a costar rellenarlo..
Y a todas estas, en mi cabeza vuela una pregunta, ¿por qué se les llamará muelas del juicio?
Puede ser porque del dolor que causan al salir, uno puede perder el juicio; o también porque salen muy tarde cuando se supone que uno ya tiene “juicio”.. si esto fuera así, se podría deducir también, que cuando uno las pierde… ¿pierde también el juicio?… Podría ser, porque yo siento que de un tiempo a esta parte ando medio volada… medio volando… medio enloquecida..
Aunque tal vez, todo esto que pienso hoy, no sea más que el resultado del nolotil bebible que ingiero cada ocho horas.
La asignatura pendiente
Hace poco menos de un año, un joven me sorprendió con su forma tan rápida y efectiva de ligar.
Fue en mayo, y me causó tal impacto que lo conté por aquí.
Desde entonces, hemos compartido algunos cafés exprés más, y me ha ido dando tutoriales para ir desarrollando la técnica…
Hoy, pude poner en práctica todo lo aprendido.
Un posible cliente, pidiendo oferta sobre materiales. En menos de dos minutos, tenía su móvil personal, su nombre, y casi casi su dirección…
He sido una alumna aplicada y he hecho los deberes.. Y hoy tengo un sobresaliente!
Ahora solo me falta reunir el valor suficiente para llamar.. Tendré que esperar a la próxima clase.
Tengo pendiente un post sobre mis avances en una técnica de cosido nueva, bueno, nueva para mí. Prometo fotos..