Orgullo, música y regalos

Cuando las cosas me tocan por dentro, es muy difícil que sea objetiva, y en este caso, pues como que menos.
Este fin de semana, LaBajista estuvo en Gran Canaria, amenizándonos la noche del sábado con su grupo. Podría ser objetiva, como digo, y decir que es un grupo joven que no son fácilmente encasillables en cuanto a estilo, y que merece la pena verlos. Pero es que LaBajista es mi hermana y ElCantante mi primo, entonces se me hace imposible ser imparcial.
En cuanto los veo subir al escenario me llena una oleada de orgullo difícilmente controlable. Ellos hacen bien su trabajo, tocan, cantan, animan, y motivan a todo el quiera escucharles, y de eso dieron buena cuenta los que estaban en primera fila.
Últimamente duermo demasiado, aunque es lo que me pide el cuerpo, y el sábado por la noche antes de salir estaba medio acurrucada en los brazos de Morfeo, no obstante, me pinté el ojo y allá que nos fuimos ElRoomie y yo a ver a Blues de Gofio. El cansancio acumulado no me dio tregua para aguantar y ver Efecto Pasillo, que por lo que me han contado, se salieron.

El resto del fin de semana pude dedicarme a lo que me pide el cuerpo: cocinar-comer y descansar. Y entre una cosa y otra: tejer. Terminé esta parejita que ya están en casa de LaBajista en una especie de homenaje póstumo a Chinchi (la chinchilla sin mano que la acompañó durante sus años de estudiante, y decidió irse este verano). Y también las dos BSJ para los sobrinos majoreros.
Y hoy, de vuelta a la caseta, cada día con menos cosas por hacer, y también con menos ganas. Se está meritando la necesidad de algún cambio, de algún giro, de alguna señal,.. de algo que me vuelva a colocar en ruta, porque de momento ahora, entre el sueño y la incertidumbre me siento un poco perdida.