Hoy, yo, tenía pensado venir aquí, y contar todas las cosas que había hecho durante estos tres días de descanso que nos regalaba el calendario. Tenía una hojita llena de planes marcados con marcadores de colores, y tenía sobre todo, otra lista de cosas para terminar. Tengo una montaña de telas, lanas, hilos, de labores a medio hacer, a las que sólo les falta un pequeño empujón para ser terminadas, y por fin, ir bajando ese Himalaya craftero que tengo en el estudio.
Pero uno propone, y los virus disponen. Y digo virus porque hoy ya sé qué fue uno ellos el que se encargó de sabotearme el perfecto puente que yo había planeado.
El jueves teníamos una cita en casa de LaAbogada, para disfrazarnos y pasar un rato divertido y ameno, nosotras y ellas. Pero el jueves a medio día, con las galletas de la ocasión horneadas, y nuestros disfraces a punto, siento que Emma está calentita. En cuestión de unas horas pasó de estar calentita a tener 39.3º de fiebre. Se me encienden todas las alarmas, se me salen los ojos de las órbitas, y me pongo a contener todas las preguntas que alguien dentro de mi cabeza me hace siempre en estos momentos.
Vuelvo a ponerle el termómetro. 39.4º. ¡Maldito cacharro!. Pensé incluso que estaba mal, pero no. La fiebre había llegado a casa.
Llamadas de teléfonos, mensajes, deshago planes, nos ponemos el pijama, y saco el Apiretal (ese gran amigo). A todas éstas, Emma, sigue saltando, riendo, y haciendo todas las cosas normals, de niña de dos años. Sin síntomas de ningún tipo.
A la pregunta de ¿Emma te duele algo?. Respuesta: Las nonillas (señalándose las rodillas). En fin.
Podemos resumir el resto del jueves, el viernes entero, y el sábado, como ciclos de seis horas en los que se empieza con una toma de Apiretal, se ve un capítulo de Dora, pintamos un dibujo, comemos algo, bebemos mucha agua, jugamos con la plastilina, leemos un par de cuentos.. Y otra vez a empezar.
Tuvimos algún ratito de descanso, de unos 10 minutos aproximadamente, donde yo desayuné leyendo Pan Casero, nos comimos las galletas, refresqué una masa madre. Y ya casi de madrugada, horneé unos panes y coloqué los cojines que corté en mayo, y mamá cosió en junio.
Ni que decir tiene, que las noches no han desmerecido los días, y también hemos tenido ratos de charla, de de tomas de Apiretales, de termómetros y de mucha agua.
Desde ayer por la noche, Emma no tiene fiebre, y hoy a medio día, le ha aparecido un sarpullido extraño por la barriga. Al principio fueron unas manchitas, que hicieron que volvieran a encendérseme las alarmas y a salir corriendo a coger un vaso. Los ojos se me volvieron a las cuencas, al comprobar el negativo de las manchitas. Al rato, ya tenía todo el tronco, y ahí se me encendió la luz: Exantema súbito. Es la segunda vez que le pasa. Una vez que ya ha salido, está todo pasado.
Ahora Emma duerme, y yo estoy aquí, escribiendo, mientras se hornean otros panes.
Pareciera que de un tiempo a esta parte, pretendo arreglar todas mis frustraciones haciendo pan. Puede ser.
Si me busco dentro, siento una frustración y un enfado considerable. No he podido hacer nada de lo que me hubiera gustado hacer, siento cansancio mental por el exceso de preocupación durante tres días, por no saber a qué era debida la fiebre, y cansancio físico porque no es nada fácil ni llevadero, mantener a una niña de dos años en un piso de 65m2 durante tres días… Siento rabia por las veces que he sentido que estaba cansada y superada, siento lástima por no tener una dosis extra de paciencia cuando siento que la normal empieza a acabarse… siento frustración, mucha,.. y también siento alivio, porque “no era nada”.. Lo peor, es que esto último debería alegrarme, calmarme, relajarme… pero las malditas expectativas están ahí, haciéndome señales con la mano, reclamándome el tiempo que no les dediqué..
Estoy enfadada,… y lo malo es que ni siquiera sé con quién.
Leer tu post me retrotrae a tiempos pasados, con los mismos miedos e incertidumbres, momentos en los que te planteas por qué no estudiaste pediatría o por qué maldita Ley de Murphy los niños siempre se ponen malitos en fiestas o vísperas de fin de semana.
Me alegro de que todo haya quedado en un susto y unos pocos días de encierro en casa.
Seguro que ya se te ha pasado el enfado 🙂
Vicent.
Estas enfadada con los planes!!!
Esos que estuvieron pero solo en tu mente.
Si algo tiene de bueno la vida es que siempre hay mas días, mas puentes, mas planes…
pero claro cuando los virus llegan así… a traición, es algo que enfada y desconsienta.
Espero que esté mejor y ese virus saliera de casa pitando 🙂
Besos 🙂
Yo soy una experta en enfadarme ante las expectativas! Cuánto más larga es la lista de cosas por hacer tanto más nos molestan los canvios de planes. Aunque signifiquen pasar un fin de semana mucho más divertido del que teníamos planeado (aunque esta vez no sea tu caso) Sólo por el hecho de no haber podido tachar nada de la maldita to-do-list.
Pero no hay mal que por bien no venga, tu horno está de fiesta! Qué pinta tiene ese pan! Ahora que Emma està bien apetece ese pan casero!
Muchisimas gracias por ponerle nombre a la última febrada de Anna. Yo también me asusté mucho cuando la vi llena de manchitas! No respiras tranquila hasta que el pediatra te dice que si salen después de la fiebre y no durante, se van tal y como vinieron… misterios de jalogüin!
Cuando leí tu post desde el móvil no te podía comentar…de haber podido, mi comentario hubiera sido otro seguramente… pero hoy desde el Pc, me siento total y absolutamente como tú 🙁
El finde tenemos la cena de cumple con mis amigas del alma, 2 veces postpuesta ya…y tengo a mi marido con rotura fibrilar, q parece q ya no tenemos edad para jugar al futbol con el niño, al niño con la rodilla un poco hinchada tras chocarse con otro niño en el cole y a mi pequeña princesa con 39 de fiebre …
Y sólo es martes!!! tú crees q voy a sobrevivir a la semana para poder cocinar y preparar una cena??? 🙁
Me alegro q Emma ya esté bien.
Un abrazo!
Me has hecho recordar mis tiempos de fiebres y males cuando mis hijas eran pequeñas, pero poco a poco, todo va pasando, me alegro que la nena este mejor y no te enfades, que con el tiempo aprendes a vivir con los contratiempos, un gran beso.