Todos los años, en enero, después de las fiestas, una de las frases más populares, es la de: Y ahora la cuesta de enero.
Pues eso, que de toda la vida he oído yo que enero quedaba allá arriba, después de la cuesta.
Hasta ahora la cuesta en sí, no ha sido nada insalvable, me refiero a que costaba más levantarse e ir a trabajar, seguir la rutina, arreglar los desperfectos en las cuentas corrientes.. pero como digo, con pereza eso sí, pero se superaba.
Este año, la pendiente de la cuesta de enero resulta impracticable. Son demasiados los gastos que afrontar, y muy pocas las ganas de trabajar.
Las cuestiones pendientes parece que se amontonan en la bandeja de espera, el sueño en aumento, y los gastos se siguen multiplicando (ya lo dije??).
Ante tal panorama, he decidido reorganizar mi agenda, para que así me de tiempo de hacer todo lo que pueda al día, de esta forma aumentaré mis horas productivas, en detrimento de mis horas de sueño, (aumentarán las ojeras, pero tengo un bote entero sin estrenar de un corrector espectacular), y con ellas los ingresos en mi cuenta, para que de esta manera, los gastos no me superen, y la cuenta entre gastos e ingresos al menos quede compensada. (Lo de obtener beneficios ni me lo planteo por ahora).
Solo falta que las cosas se den como las he diseñado en mi fabuloso Planning, y que nada, absolutamente nada se “descojone”.
(Estoy en conversaciones y trámites para convencer a mi coche de los convenientes de no jubilarse todavía)
Algunas veces asi me siento, como q no salgo de una para ya estar dentro de otra…
chispas yo ando igual sin un quinto en la bolsa, pero espero que en Febrero ya la situacion vuelva a la normalidad, es cuestion de apretarse un poquillo el cinturon jeje.. saluditos =D
Yo estoy en la cuesta de enero, de febrero, de marzo….Aunque eso sí con menos gastos 😉
Todo pasa…
Besos