Llegué el viernes a MiNorte como una auténtica drogadicta desesperada por su dosis.
Desde que llegué a Lajares, dicha droga empezó a hacer efecto, y la angustia, el estrés, el agobio, y hasta el mal humor acumulado durante una semana de pluriempleo, fueron dejando paso a la tranquilidad, la paz, el sosiego, llegando incluso a dejar espacio suficiente para sentir felicidad.
El tiempo no acompañó. La mar dejó de ser azul turquesa, para ser verde marrón. Como se dice en la jerga local, había resaca y mar de fondo. Y como dicen las mujeres de los marineros: la mar como un demonio, o la mar como un infierno…
Que lo mismo da, que lo mismo es.
Sobrecoge mirar la ferocidad del agua, asusta y gusta por igual.
Puestas las cosas así, ¿qué mejor opción queda, que hacer dos litros de té y darse a las agujas?
Mi Juliet está terminada. Está tejida en lana Katia Mississippi con agujas KnitPicks, se puede decir, que tanto el patrón, la lana, las agujas, las tres cosas en conjunto son capaces de provocar un orgasmo tejeril o lanero, es decir, puro placer. Que por supuesto, está aderezado con el orgullo de llevarla puesta. Hoy con una camisa de tirantes, mañana con una camiseta de manga larga. Una chaquetita 10.
De las mejores cosas del fin de semana, ha sido una reunión improvisada de tejedoras a la luz de la luna llena, combinada con luz de las farolas, en la esquina. La esquina es el punto de reunión de los marineros en activo y también los jubilados, desde donde vigilan sus barcos atracados. Este sábado, después de que el temporal amainara un poco, quedó el escenario perfecto para que varias mujeres de mi familia, nos decidiéramos a sacar las agujas y tejer, o ganchillear, que de todo se dio. Tengo la esperanza, y la idea de que no será la única noche que esto ocurra.
Últimamente, tengo un ojo clínico para calcular la cantidad de lana a emplear. La crafter que hay en mí, y que compra meticulosamente todo lo necesario para la labor a acometer, es plenamente consciente de la época de recesión que vive, y por ello compra la cantidad exacta del material a necesitar. Así, esta vez me ha sobrado un hilito de lana después de coser los botones, y hacer los ojales. Me empieza a gustar la sensación de intriga al no saber si voy a tener suficiente lana para acabar.
Después de este impás, me vuelvo a los calcetines, haciendo acopio de fuerzas para no empezar otra rebeca, que esto de los top downs es bastante agradecido de tejer.
Ñosss colegui te ha quedado de muerte!!! y los botones te quedan geniales 😉 viste como hay que tener una cajita de botones siempre en casa?
me encanta tu juliet…
y la sensación de paz, sosiego, descanso y hasta felicicidad que transmites…
si no te importa, me lo quedo, te robo un poquito de cada una de esas sensaciones a punto de estallar de estrés…
mil besos
pd. te espero en el café barbieri cuando quieras
Me encanta el color y el patrón! Y con la percha queda de pasarela 🙂
muy bien guapisima!!!! esa katia mississipi es un placer para los deditos tejedores, si señor…
La piensas bloquear para marcar un poquito mas el calado???
Me gusta tu Juliet. Te ha quedado un modelo estupendo para este otoño que se aproxima. Los botones también. Y la modelo, no digamos.
Por cierto… A mi últimamente me está pasando también eso con el hilo. Con el último me sobró incluso menos que a ti… Será un virus??? 🙂
Que bonito¡¡¡
Te espero a finales de mes que tengo muchas ganitas de verte.
Besos
Qué bonito ha quedado, me encanta ese color, uno de mis preferidos 😉
¡Qué bonita la Juliet! Mae se hizo una igual y le quedó preciosa. El color además es muy chulo, el azul me encanta. Por cierto, yo me he hecho un diseño muy parecido, el Ophelia, lo terminé hace semanas, pero me falta rematarle los bordes con una cadeneta de croché, a ver cuando puedo colgar las fotos.
Una preciosa labor para lucir en otoño, sí que sí. Besos
Me ha encantado tu chaqueta podrias decirme donde conseguir el patron?
mi direccion es
aldharabe@yahoo.es