Hace unos días, que empecé con el 3º bloque de la GAAA.
No son complicados excesivamente, solo hay que prestar un poquito de atención a las indicaciones, al patrón y a los charts. Organizarse un poco con las páginas, y entregarse completamente a las trenzas.
Sabido es lo que me cuesta leer hasta el final cada patrón, y empiezo a tejer saltándome pasos, o confundiendo charts.
Después de tener tejido casi la mitad de la primera repetición, reparé, en un fallo.
No se notaba demasiado ¿o sí?
Seguí tejiendo, asumiendo el fallo del principio, y fue como un reto.
Me hablaba a mí misma, intentando infundirme un poquito de espíritu Amish: Perfecto solo es Dios, por eso ellos cuando hacen un quilt, cometen errores adrede para no ofender a Dios, intentando imitar su perfección.
Seguí tejiendo, pero ese fallo (una trenza cruzada hacia el lado equivocado), resaltaba casi más que los puntos, que la lana, que todo… Era como un imán a la vista, clavaba ahí los ojos, y la imperfección se hacía enorme abarcando toda mi atención.
No pude.. y deshice todo.
No pretendo imitar a Dios, no pretendo ser perfecta, pero no puedo con un fallo inconsciente..
Tal vez si el fallo fuera cometido conscientemente, lo toleraría de otra manera ¿o no?
Y como siempre, la lana y los pensamientos que me originan, me sirven para todos los ámbitos de la vida.
Depende… A veces se digieren mejor si son inconscientes o, al menos, no previstos… 😉
La vida está hecha de imperfecciones,si no,no sería vida.
Seguro que al final te queda perfecto…conociendote jajaja.
Desde que sigo tu blog todo lo que he visto lo encuentro perfecto y está claro que nunca te rindes.