Nunca pensé que fuera a decirlo, como lo cantaba la Winehouse, pero así es.
Ayer empecé mi tratamiento de rehabilitación.
Supongo que me rehabilito de malas costumbres, malas posturas, y demasiado estrés.
En esta semana me ha tocado explicar cada día, a personas distintas que siento electricidad en las muñecas y manos, que el cuello es una pieza fija sin posibilidad de movimientos con el resto de la espalda, y que de un tiempo a esta parte el cambio de temperatura en las manos, empieza a preocuparme.
Tengo que decir, que todas y cada una de estas personas que me han escuchado con atención, merecen mi sonrisa y gratitud, han sido todas muy amables. Así las cosas, ayer me dirigí presta y on time a mi primera sesión de rehabilitación.
Mi fisioterapeuta personal se llama Javier. Es joven, atlético, y muy muy activo. Me dio a leer las normas del centro al momento que me daba unos parches y una sábana que he de llevar conmigo cada día. Las normas son algo extrañas. No se puede leer, escuchar música, hablar por telf, dentro de la sala.
No leer???? No entiendo bien por qué.
Mi tratamiento consiste en una tabla de ejercicios cervicales, guiados por Javier.
10 minutos de Tensiones, o sea, corriente eléctrica, para eso los parches, que me los pone César.
8 minutos de Onda corta, te sientas en una silla de madera, y una máquina manejada por Zaida, emite esas ondas sobre la parte afectada.
15 minutos de Masaje, administrado por Maica.. encantadora masajista, que me explicó con detalles en qué consiste mi mal y como se mejora con sus masajes.
5 minutos de Ultrasonido, una especie de ventosa conectada a otra máquina y que Fayna coloca sobre mis hombros.
Y ¡hale! a casa.
Todo esto a una velocidad considerable. No hay posibilidad de relajación. Hay un movimiento frenético de personas, pacientes y profesionales, de un lado a otro, siguiendo cada uno un protocolo determinado.
Estuve allí poco menos de una hora. Como se me impide leer, escribir, hablar por telf.. no me queda otra que poner en marcha mis neuronas.
Estoy convencida de que el tratamiento me vendrá genial para mis cervicales, pero también sé, que será totalmente perjudicial para mi cerebro, demasiado tiempo libre para pensar.
Será para no estropear el karma…
A ver si te sienta bien la rehabilitación, porque para tu trabajo en concreto no debe ser cómodo todo ese malestar.
un beso!!!
Pues mucho ánimo… Intenta implicar tus neuronas, cada vez que vayas, pensando sólo en un tema en concreto y céntrate en eso… así evitarás agobiarte en exceso…
Un besote
Essvedra
¡Qué bueno, Violeta!… sabes?? hará justo 8 meses yo estuve allí, y por los nombres es el mismo centro de rehabilitación. Me pasó un poco como a ti… lo de no leer no lo entendía y lo pregunté. Me dijeron que era porque la gente se abstrae con "ese tipo de cosas", los "tens" se paran y no se dan ni cuenta, y como el ritmo es vertiginoso… En fin, que durante casi 1 mes tuve tiempo de pensar, de observar, de analizar… e incluso conocí a gente super interesante!!. La verdad es que llegó a convertirse en una de mis partes del día de relax… a veces viene bien para mirar para adentro y para afuera. No hay mal que por bien no venga, no? Un beso
Espero que la rehabilitación te sirva de ayuda y te sientas mejor. Puedes aprovechar esa horita para dejar la mente en blanco y desconectar, aunque creo que esto es mucho más fácil en la teoría que en la práctica.
Besos
Espero que te vaya bien la rehabilitacion.
No puedes leer? jo! que aburrido!!!!
:-)))….seguro que no esta prohibido tejer…lol….porque no haces pilates?? abrazo fuerte!
Me recuerda a cuando iba a fisioterapia por lo de la lesión de espalda. Es verdad que no haces nada y la cabeza te vuela. Yo, como además no estaba demasiado bien anímicamente, recuerdo que en esos momentos tocaba fondo.
Ánimo.
Habrá que pensar entonces en proyectos de tejido para que tus neuronas se centren en algo agradable durante la rehabilitación. Vas a ver que te ayuda bastante.
A mi me ha pasado lo mismo!!!!!!!! Incluso he pensado en llevar las agujas… eso no lo pone en el papel… 🙂