El sábado pasado, llegó a este mundo, mi segundo sobrino postizo: Álvaro.
Pensé, pensé, pensé, qué me apetecía hacerle. Y después de darme varias vueltitas por red, encontré una mantita que acaparó mi interés. Y desde ese momento hasta ahora, todo ha sido una sucesión de actos encadenados.
1º Pienso en la lana. Acudo a mi lanería, pero ¡ay! tiene horario de verano, no voy a poder ir a comprar.
2º Pienso en mis compañeras de fatigas laneras, una de ellas, puede ir a buscar lo que yo quiera comprar. Llamo a la lanería y hablo con Dévora. Le cuento.
3º Las modernas tecnologías que nos rodean, me hacen fácil la elección de colores y calidades. Via mms tengo un muestrario de lo que me recomiendan.
4º Elijo.
5º Y de un momento a otro, la lana estará en mi poder.
Y por último, dibujo una sonrisa de placer pensando en lo fácil que es elegir, ayudarte de buenas amigas, utilizar las nuevas tecnologías que tenemos al alcance de la mano.
Que suerte tener tan buenas amigas.
Imagino que la mantita te quedará de escándalo y este invierno tu sobrino postizo no pasará frío.ya pondrás alguna foto de tus avances,no?……
encantada….ademas es un placer ir a esta tienda para acariciar las lanas..:-)
Es lo que tiene contar con coleguillas laneras… 😉
Por cierto, esa colcha me encanta. Mira una versión de la misma en el blog de "la familia de los tartarouchos" (el enlace en mi blog). Le quedó de escándalo!!!
Por cierto… que te diviertas… 🙂
Qué bonita la mantita. Yo también voy a ser tía pronto (noviembre o diciembre). Ojalá supiera ganchillar para hacer una mantita así. A ver si consigo entender todas estas abreviaciones inglesas…
Este año hay una epidemia, cuanta embarazada por favor 🙂
Me gusta esa mantita y los colores que elegiste.
Por cierto donde estas????