El martes pasado estaba tejiendo tranquilamente, mientras veía la primera entrega de Once upon a time. Cuando iba acabando el segundo capítulo, estaba encantada con la serie, apasionada más bien. Hacía mucho tiempo que ninguna serie nueva me gustaba y me enganchaba (cosa que sí parece que lo hace esta). En el frenesí de mi entusiasmo tiré del cable de la aguja para mover los puntos.. Ni siquiera oí “click” o “clack”, o “catapún!!!!!!”.. Que son los sonidos básicos que en mi cabeza tienen aparejados cualquier desástrofe de magnitud.
No se oyó nada, silencio.. Y a los segundos, el suave deslizar de una gota de sudor frío por mi frente. El cable de las knitpicks, se había salido de su abrazadera, y los trescientos y pico puntos de mi Shift of focus, se iban saliendo uno a uno de la aguja, mientras yo miraba la escena totalmente paralizada.
Corrí a buscar otro cable para reparar este desastre. Cuál fue mi sorpresa que todos los cables estaban utilizándose.. Todos!!!!. Evalué rápidamente la situación para decidir qué labor sacrificar. La elegida fue una manta que lleva durmiendo un buen número de meses. Tiré de este segundo cable, para sacar los puntos de la aguja.. Y sí, la escena se repitió. Ahora sí se oyó más de un ruido: mis maldiciones en arameo! Dos cables en menos de 15 minutos!!! Los Mayas tenían razón: el fin del mundo era esa noche!
Bueno, llegados a este punto, si el fin del mundo era esa noche, a mí me iba a coger arreglando mis agujas.
Busqué unos alicates, un mechero, y me encomendé a San Judas Tadeo (patrón de las causas difíciles).
Después de varios intentos, y de más de una quemadura, solventé la situación.
La enseñanza de esto, es que no se pueden tener solo tres cables, hay que tener más. Cosa que puse remedio a la mañana siguiente.
El mal sabor de boca de la noche anterior, lo arreglé preparando un buen desayuno, a base de panecillos de zanahoria, a los que añadí semillas de amapolas y sésamo.
Y ya para rematar, la mariposita, que sigue sin querer andar sola, pero que hace equilibrios en su preciosisimo pie. Le ha cambiado tanto en un año, que no parece ni el mismo. Se los reconoce, y los coge al tiempo que dice: papos… papos…. no taaaaan
Y yo, después de recomponerme de la derretida, tengo que salir corriendo a traerle sus zapatos, para que se quede tranquila.
Que situación!!!!
Que se salgan los puntos de una labor es algo que – a las que nos ha pasado. se podría acercar al fin de mundo, si!
Cuando me ha pasado a mi, también despotrico pero después de engarzar los puntos por que durante estoy en tensión contenida.
Pero estas cosas suceden. Es parte del hacer, los errores, los despistes, la pequeña imperfección, que por otra parte me encantan-
Supongo que lo arreglarías y seguirías…
Un besote 🙂
Haber cuando se suelta en los andares la mariposita…
Me ha venido a la cabeza una escena de mi infancia, mi abuela tejía jerseys, chaquetas y calcetines para nosotros y alguna vez mi hermano tiraba de la aguja y se salían todos los puntos y ella juraba en arameo, mientras volvía a ponerlos en la aguja, regañando a mi hermano.
Buf, a mí eso me ha pasado muchas veces, será verdad que el fin del mundo está cerca!
UFFFFFFF,esperemos que el fin del mundo se tarde un poco para poder seguir tejiendo mas que nada jajajajjaja.
Que rato mas malo habrás pasado,a mi las veces que me ha ocurrido me ha dado por llorar o reir según me coja el ánimo en ese momento,pero lo que si es seguro es que he jurado en arameo y en algún otro idioma.
No te preocupes por que la mariposita aún no camine sola,mi nieto cumplió 1 año el 27 de julio y aunque le encanta que lo cojan de la mano para caminar y se pone de pie agarrado a los muebles no termina de soltarse el solo….cuando menos te lo esperes la tienes cogiendote las cosas y tu detrás quitandolas para que nos las tire (les encanta hacerlo)debe de ser que les gusta el sonido cuando llegan al suelo jajajjajajajja.
Besos para ambas desde Los Estancos.
De agujas y tejer sé poco, pero tienes un buen gusto para contar las cosas. Tengo la receta de Demo apuntada esperando ser horneada!
Todas hemos aprendido arameo por culpa de los cables de las agujas. ¿Por qué será que siempre se rompen con nocturnidad, premeditación y alevosía?
No tengas prisa porque camine, luego hecharás de menos cuando sólo gateaba, creeme.
Y lo de la obsesión con los zapatos debe ser algo contagioso. La mía siempre aprovecha cuando ve alguno suelto para intentar probarselo, sea de la talla que sea.
Hola guapa!!! Vaya tela, si las "desgracias" nunca vienen solas, pero ya es mal café que se te rompan dos cables, uno detrás de otro!!! que marrón!!!jejeje, me imagino tu cara, con los ojos como platos y aguantando la respiración como si así no fueran a esparramarse los puntos!!! Pobrecita.
Besitos a la pitufa y tú, ánimo mujer, que todo lo malo sea perder 300 y pico puntos en 3 seguntos (que ya es mala uva!!!).
Abrazotes.
Pilar.
Que bonito escribes siempre Violeta