Fin de semana sin Norte.
Terminé de leer a García Márquez. Hubo un momento, casi al final, en que la tristeza me invadió de tal manera, que no pude reprimir las lágrimas. Me parece que aunque intenté disimular, el brillo de esa gotita salada resbalándose por mi mejilla, hizo reflejo, y un nadador concentrado perdió su concentración, ante el brillo de mi lágrima.
Quise disimular, quise volcarme en otra cosa, pero creo, que ese micromomento ha dado lugar a una persecución de ojos en los sitios más insospechados.
Intuyo, que él quiere saber el por qué de mi lágrima.
Yo esquivo sus preguntas sin palabras como puedo.
Empiezo a leer a P.D. James, y es inevitable volver sobre mis diarios y recordar.
Soy cíclica, mis relaciones son cíclicas, y empiezo a entender.
Un pentagrama, un puente.. tiempo de espera (corto como el silencio de una redonda) y otro pentagrama.
Creo que estoy en el segundo puente, es decir, en la segunda persona puente, y ya casi he cruzado, así que ahora tocará el tiempo de espera, para empezar otro pentagrama.
Entonces he reparado en la importancia de las personas puente. Son aquellas personas, que sin saberlo te ayudan a pasar de una persona a otra, entre una relación y otra, entre una ilusión y otra.
Son puente, porque nos dan el soporte para andar, y también la mano a modo de guía, para poder avanzar. Si sigo con el símil de los zapatos, las personas puente, son como las visitas al podólogo.
Me pregunto si yo también habré sido persona puente alguna vez, y si habré desarrollado dicha misión de forma adecuada.
Las personas puente hacen un bien infinito. Si se mantienen conscientes de ser puente, claro, y no quieren ser orilla.
De todas formas, oye, a lo mejor el nadador… Pero eso tú lo sabes. Lo sabe el corazón.
Todos somos puente alguna vez. Lo que ocurre es que en ocasiones lo desconocemos y a veces se nos queda una cara de gilipollas que pa qué…
te preguntas, vamos bien… un puente, no! un acueducto! y lo tendrías que saber sobradamente!
te quiero mucho.
persona puente… ayer, por fin, puse nombre a algunas cosas gracias a tu definición… y me gusta
garcía márquez tiene estas cosas… las putas tristes, los cien años de soledad, los demonios y el amor… por eso es el más grande…
hazme un hueco al lado de tu toalla… llegaré volando… en una de mis escobas, claro, y te llevaré otra…
mil besos
Me ha encantado eso de ‘persona puente’. Y pensándolo bien, es cierto, existen y hacen su papel.
Yo no sé si tú lo habrás sido, pero, si la respuesta resulta ser que sí, estoy segura de que lo habrás hecho muy bien.
Un beso, corazón.
Me agencio el simil. Y creo que todos lo hemos sido, conscientemente o no.
Hoy me dijo un compañero de trabajo: “mira que eres rara”, a lo cual yo contesté “no soy rara, soy diferente…”
Tu también lo eres y eso es lo que te hace especial.